Se busca mecánico, electricista o electrónico, mejor si ha estudiado FP

Los empresarios aragoneses son los que muestran mayor disposición a aumentar sus plantillas este año, pero también los que encuentran mayores dificultades para disponer de los perfiles que demandan.

Curso de FP en el Instituto de Miralbueno en Zaragoza.
Curso de FP en el Instituto de Miralbueno en Zaragoza
Toni Galán

Las empresas aragonesas ven el futuro con optimismo. Tanto que sitúan a Aragón a la cabeza de las comunidades que más empleo prevén crear durante este ejercicio. De hecho, el 61,2% de las firmas aragonesas está convencida de que su plantilla aumentará durante 2018, un porcentaje muy superior al 47,1% en el que se sitúa la media nacional. Una halagüeña previsión que, sin embargo, choca con una realidad: la dificultad de las empresas para encontrar perfiles que se ajusten a sus ofertas de empleo, situación que ya comenzó a constatarse durante la crisis, pero que se ha agudizado en esta nueva etapa de recuperación y economía cada vez más digitalizada y tecnológica. Eso sí, en estas expectativas son los hombres los que ganan posiciones, ya que la mitad de las compañías de la Comunidad prevén que las nuevas contrataciones estén ocupadas por mano de obra masculina.

 

Lo evidencia un estudio ‘Necesidades laborales de las empresas’, impulsado por el foro de investigación Educa 2020, la firma demoscópica GAD3 y la fundación AXA mediante una encuesta entre 2.500 empresas, de las cuales 157 son aragonesas. El documento, en el que ha colaborado CEOE Aragón y ha sido presentado hoy en Zaragoza por el presidente de la patronal, Fernando Callizo, el director general de la Fundación AXA, Josep Alfonso, y el presidente de Educa 2020, Fernando Jáuregui, que la FP, tanto la de grado medio pero sobre todo la superior, es la formación estrella para acceder al mercado laboral “al día siguiente de terminar los estudios y además a un puesto de trabajo mejor remunerado”. Sucede en Aragón, donde los perfiles más demandados son los mecánicos, los electricistas y electrónicos y los de instalación y mantenimiento, y mejor si los profesionales han cursado estudios de FP. De hecho el 42,5% de las empresas encuestadas asegura que busca a profesionales de grado superior (29,1%) y de grado medio (13,4%). Es cierto que las firmas continúan incorporando en sus filas a titulados universitarios, siempre y cuando procedan de carreras de ingeniería, de economía, empresa y sector comercial o de informática. Apenas hay demanda para la formación universitaria relacionada con las humanidades.

Dada la elevada demanda de profesionales con conocimientos técnicos y tecnológicos y la escasa oferta, los puestos de trabajo mejor remunerados, tanto si los ocupan estudiantes de FP como titulados universitarios, son los relacionados con la informática y las comunicaciones, la electricidad y la electrónica, instalación y mantenimiento, o mecánica y salud.

Con estas cifras en la mano y a pesar de que los índices de paro continúan siendo elevados, los empresarios reconocen en el estudio que tienen muchas dificultades para cubrir su demanda de empleo actual. Lo dice el 73,11% de las empresas aragonesas, un porcentaje que supera en diez puntos a la media nacional, situada en el 63,27% y que coloca a los empresarios aragoneses en los terceros de toda España con más problemas para encontrar candidatos a aumentar sus plantillas. La falta de candidatos, la falta de competencias y la falta de experiencia o de habilidades de empleabilidad son las principales dificultades, en mayor porcentaje en Aragón que en el conjunto del país, con los que los responsables de las empresas se encuentran a la hora de realizar contrataciones.

Y por eso y ante estas carencias, señala el estudio, son las propias compañías las que destinan recursos propios para formar a los trabajadores con los que cubrirán sus puestos vacantes (casi un70% en Aragón), las que recurren a la formación interna (más del 66%) o captando perfiles de otras empresas (casi un 25%). Todo ello supone, lamenta el 81% de los encuestados aragoneses, que ante el déficit formativo formativo son las empresas las que se ven obligadas a invertir tiempo y recursos en la formación de trabajadores, porque además apenas el 39% de ellos considera que la universidad ofrece una formación suficiente a los estudiantes.

¿Cuáles son las aspiraciones de los jóvenes?

Los jóvenes no parecen conocer la realidad del mercado laboral actual e incluso más de 30% de este colectivo no es consciente de que en el futuro tendrá que desempeñar un trabajo que actualmente ni siquiera se han creado. Quizá por eso sus preferencias van por una senda muy distinta a la que discurren las ofertas de contratación de las empresas. “Sus aspiraciones son acomodaticias y las recomendaciones de sus padres, muy conservadoras”, ha señalado Jáuregui, que ha explicado que se han realizado consultas a 12.800 alumnos de Bachiller y 9.000 universitarios, que han dejan claro en el estudio que les falta comunicación en lenguas extranjeras así como sentido empresarial. Lo que más valoran, ha insistido el presidente de Educa 2020, son las condiciones laborales, el horario flexible y la estabilidad laboral, pero apenas muestran interés por la promoción y mucho menos por la movilidad geográfica.

“Estos datos reflejan que las necesidades productivas de las empresas van por un lado y la formación por otro y no somos capaces de ponerlo encima de la mesa", ha señalado el presidente de CEOE Aragón, Fernando Callizo, que ha abogado por "acabar con los complejos de la FP".

Callizo ha insistido además en las buenas expectativas de contratación con las que los empresarios aragoneses encaran el futuro, un optimismo, ha asegurado, que se explica por el peso del sector industrial y el buen comportamiento de las exportaciones aragonesas, que permiten además afirmar que el crecimiento “no es coyuntural, ha venido para quedarse". En opinión de Callizo la buena marcha del mercado laboral aragonés, donde los índices de paro son también inferiores a la media nacional, se debe además “al importante y permanente diálogo social entre agentes sociales y los gobiernos durante los últimos 40 años”, que ha generado un clima laboral tranquilo y ha propiciado la llegada de inversores.

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