Los clústeres aragoneses de la alimentación y del agua han conseguido financiación europea para que las pymes puedan poner en marcha proyectos de innovación que permitan mejorar la gestión de los recursos mediante la aplicación de tecnología avanzada. Lo harán a través del proyecto VIDA (por sus siglas en ingles Value Added Innovation in food Chains) en el que participan nueve socios de siete países europeos (España, Portugal, República Checa, Alemania, Holanda, Dinamarca), aprobado recientemente en una reñida convocatoria al que concurrieron 94 proyectos, de los que solo cuatro consiguieron el visto bueno de Bruselas. “No solo estamos entre las iniciativas aprobadas sino que además nuestro proyecto es el que ha conseguido mayor valoración son ser el que más fondos destina a las pequeñas y medianas empresas”, han explicado este jueves Marisa Fernández y Mª Eugenia Hernández, gerentes de Zinnae y del Clúster Aragonés de Alimentación, acompañadas de Clara Presa e Irene Cilla, gestoras de VIDA.

La iniciativa pone a disposición de las empresas agroalimentarias un presupuesto de 3.375.000 euros. A él tendrán acceso hasta 55 proyectos, que contarán con partidas que van desde los 250.000 euros hasta los 5.000, que “conecten el agua y la energía con el sector agroalimentario mediante la utilización de tecnologías facilitadoras (nanotecnología, fotónica, materiales avanzados…), para conseguir no solo una gestión eficiente y sostenible, respetuosa con el medio ambiente, sino también considerables ahorros de costes con los que mejorar la rentabilidad de las pequeñas industrias.

Tres son los ámbitos de actuación de actuación en los que ambos clústeres quieren priorizar los proyectos. Un primer estadio relacionado con el sector agrarios para conseguir mayores reducciones de agua mediante tecnologías como la sensórica o el bombeo solar. También se priorizarán iniciativas innovadoras aplicadas a la industria agroalimentaria (una gran consumidora de agua) en los que se apliquen tecnologías para medir la calidad de las aguas o para el tratamiento y depuración de las residuales. Y los clústeres aragoneses han querido además dar respuesta a uno de los retos del porcino, la industria más dinámica en Aragón, que se enfrenta a la cada vez más imperante necesidad de solucionar de forma sostenible el tratamiento de sus purines. Por eso, se priorizarán también aquellas iniciativas que, mediante la utilización de la tecnología ya existente, permitan realizar un dar mayor y mejor utilidad a estos residuos ganaderos.