Bosal irá a la huelga en mayo para exigir carga de trabajo que palíe la pérdida del Corsa

"La venta de Opel a PSA nos ha partido por la mitad", reconocen desde la fábrica de Bosal en Pedrola. "Teníamos adjudicado el tubo de escape para el nuevo Corsa. Lo venimos haciendo para todas las generaciones de este modelo desde hace 28 años y resulta que PSA se lo ha asignado a otra empresa, dejando en el aire el futuro de 150 trabajadores, entre producción y oficinas".

Aunque la plantilla es conocedora desde hace varios meses de la pérdida de esta contrata, ya que se les comunicó el gerente que tenían desde hace 20 años antes de marcharse a finales de 2017 (en los últimos meses ha habido tres cambios en la dirección), ha sido en las últimas semanas cuando ha decidido movilizarse para exigir a la empresa un plan industrial que les aporte carga de trabajo suficiente a partir del próximo año para que cuando en noviembre se lance el nuevo Corsa, la planta de Bosal, que lleva ubicada en Pedrola desde hace 28 años, pueda seguir abierta. Actualmente es la única que a la multinacional belga le queda en España después de que cerrase, hace cuatro años, la de Valencia y anteriormente la de Barcelona.

Ha sido en asamblea celebrada este pasado fin de semana cuando la plantilla de Bosal por mayoría ha decidido ir a la huelga de forma progresiva, a partir del 7 de mayo, con la idea de empezar con paros parciales y poco a poco si es necesario llegar hasta la huelga indefinida para exigir a la dirección de la empresa que les garantice un futuro más allá del Corsa que han perdido.

Y es que el Corsa representa el 60% del trabajo que hace Bosal en Pedrola. Trabajan también para otros fabricantes como Volkswagen al que le hacen los tubos de escape para el Polo y también para el Seat Ibiza, pero son solo unos 20 operarios los que se dedican a esta tarea; mientras que  le hacen otra variedad de este producto, el "silencioso" como lo denominan internamente, para la planta de Renault en Valladolid, pero se les acaba en los próximos meses y también para la marca de tractores Deuz a la que le están preparando un pedido con fecha de finalización.

Así las cosas, el personal de Bosal, la mayoría trabajadores veteranos con más de 20 años de trabajo en la planta, espera que la dirección les de una solución antes del 7 de mayo y evitar así las movilizaciones. Básicamente pretenden salvaguardar unos empleos consolidados en el sector industrial. Hasta ahora, la dirección les ha dado esperanzas de que un gran proyecto con Volkswagen que tiene adjudicada una planta en Chequia parte podría venir aquí para no tener que cerrar la planta zaragozana. No obstante, de momento son solo palabras y los trabajadores de Bosal se encuentran muy preocupados por los que pueda ocurrir cuando se lleven el Corsa.

En Bosal son también muy críticos con la bajada generalizada de salarios que en las auxiliares está tratando de introducir el grupo PSA, propietario de la planta de Opel en Figueruelas, y son conscientes de que esa rebaja de costes que pretende a ultranza les ha pasado factura.

Fuentes del sector aseguraron que "Bosal sabía que lo tenía muy difícil porque cuando muchas contratas están pagando salarios del convenio del Metal, a la hora de pujar por un nuevo modelo, son ellas las que suelen ganar la partida". Y al parecer así, ha sido. Es una de las primeras víctimas de esta rebaja que la compañía automovilística pretende imponer, pero habrá más. De hecho, Android, contrata que trabaja dentro de la planta de Opel en Figueruelas tiene mañana reunión para empezar a negociar la inaplicación del convenio y bajar los sueldos de sus trabajadores.

La Mesa de Automoción de Aragón recientemente constituida tenía entre sus objetivos evitar esta devaluación salarial y conseguir un convenio que hiciera de paraguas para toda la industria auxiliar. La batalla por mantener los salarios comienza ahora precisamente en el campo de las auxiliares.