Un sector falto de mano de obra cualificada

La construcción ya no es lo que era y posiblemente no vuelva a serlo.

Un albañil repara un tejado de Rubielos dañado por la granizada del pasado día 23.
Veinte cuadrillas de albañiles reparan a destajo tejados destrozados por el pedrisco en Rubielos
Antonio García/bykofoto

La construcción ya no es lo que era y posiblemente no vuelva a serlo. De ser un sector de contratación masiva de mano de obra ha pasado a ser uno de los que registra mayor déficit de personal cualificado. "Hay una escasez detectada de profesionales. Incluso para las obras tradicionales faltan albañiles, encofradores, etc", constata Vicente Pedro Lafuente, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) en Aragón.

Coincidiendo con cierta reactivación de la actividad "lo que vemos es que no hay personal disponible: los jóvenes son reacios a formarse en oficios ya sea por la falta de prestigio social o la mala imagen que ha tenido la construcción de ser un trabajo penoso y precario, pero todo eso está cambiando", advierte. "Las constructoras se rigen ahora por unos parámetros de más industrialización. Incluso en la selección de personal se están abandonando hábitos tóxicos como robarse cuadrillas de otras obras y se están creando departamentos de Recursos Humanos como en cualquier empresa".

Los aspectos negativos del sector "se están atenuando: ya no se hacen tantas horas extras y el convenio del sector está pagando un 30% más que el de la industria", dice Lafuente. Sin embargo, la demanda de personal "llega en un momento en que no hay recambio generacional".

La mayoría de los profesionales, explica, "abandonaron la construcción con la crisis -muchos se marcharon y otros se recolocaron- y ahora estamos ante un sector falto de cualificación en general; falto de mandos intermedios y mano de obra especializada y ese es el desfase que hay ahora en las obras".

"Mucha gente que podía volver al sector no vuelve", reconoce Daniel Aparicio, gerente de Metro 7, firma especializada en construcción sostenible. "Los que están en la industria prefieren seguir con un trabajo a cubierto y más estable y los que siguen en el paro no han podido mejorar su capacitación". A todo el equipo que tienen actualmente en obra lo han tenido que formar. "Nos apañamos como podemos", añade Aparicio, pero "no nos iría mal que la Administración nos diera a las empresas alguna subvención por el coste que tiene la formación o compensación a la hora de contratar y que quede claro que no hablo de tener a jóvenes por 400 euros".

"Antes valía todo en construcción", indica este empresario. Ahora no es así y "ya no necesitamos tanto especialistas en ladrillo caravista como en aislamiento térmico o pladur". El mercado, dice, "nos lleva al cliente final y este nos exige cada vez más eficiencia en las viviendas". Para Daniel Aparicio, la FLC "puede ser una buena cantera de formación". El problema es "que son aún muy jóvenes: tengo uno de 19 años, que acaba de terminar el grado, pero hay que seguir formándolo".

Juan Carlos Bandrés, director general del grupo Lobe y presidente de la Confederación de Empresarios de la Construcción de Aragón (CEAC), reconoce que "lo que está pasando en el sector es lo normal". La construcción, recuerda, "expulsó de sus puestos de trabajo de 2007 a 2013 a más de 1,5 millones de personas: algunos, inmigrantes, retornaron a sus países, y otros optaron por buscarse un empleo más estable y menos precario". Aunque, admite, "ha llegado el momento de que el sector madure, lo que vemos es que muchas empresas están tratando de cometer los mismos pecados que antes de la crisis cuando deberían estar invirtiendo más en nuevas tecnologías y soluciones que reporten mayor productividad a la obra". No obstante, Bandrés lo tiene claro. "No hay vuelta atrás. El sector tendrá que industrializarse y eso requerirá cada vez más mano de obra especializada".

Lafuente, gerente de la FLC en Aragón, explica que "las empresas valoran mucho que los jóvenes que les enviamos de prácticas sepan manejar un ordenador o una tablet porque el control de la obra está informatizado. Ya no te piden el peón ordinario, que pueden subcontratar, sino profesionales cualificados que conozcan cómo funciona el ‘Building information modeling (BIM)’ -modelado de edificios en tres dimensiones- o sistemas de bajo consumo energético como el Passivhaus".

Ante un nivel de inserción -"al menos los años que llevo aquí", reconoce- del 80%, indica Lafuente "la Federación de asociaciones de la construcción de Huesca ya me ha pedido que les hagamos llegar currículums de nuestros alumnos porque los necesitan". Hoy, pese a que se ha vuelto a generar trabajo en el sector, las empresas se están encontrando con "verdaderos problemas" para contratar personal especializado, recalca. De hecho, el pasado 14 de febrero, la consejera de Economía, Marta Gastón, reunió a la FLC y sindicatos y empresarios de la construcción para impulsar acciones formativas concretas a través del Inaem. Falta relevo generacional, coincide José Juan Arcéiz, responsable de FICA UGT Aragón.

"Se ha llegado a pagar a 6 euros la hora, se ha humillado al sector y ahora no se encuentran oficiales de primera, encofradores, ferrallistas, conductores de excavadoras, etc". Su homólogo en CC. OO. Aragón, Fernando Baraza, reconoce la necesidad de "empezar a recuperar parte de ese gran volumen de empleo que se ha perdido".

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