CC. OO. y UGT ven el actual clima social como un viento favorable a sus reivindicaciones

Los sindicatos, que comienzan a recuperar afiliados, animan a otras plataformas "a una confluencia".

Multitudinaria e histórica manifestación celebrada en Zaragoza el pasado 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer.
Multitudinaria e histórica manifestación celebrada en Zaragoza el pasado 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer.
Aránzazu Navarro

Todavía resuenan los ecos de la histórica manifestación que el pasado 8 de marzo sacó a cientos de miles de ciudadanos, la mayoría mujeres, a las calles de todo el país para denunciar la desigualdad, la brecha de género y la violencia machista. Y aún quedan huellas de los miles de jubilados que han protagonizado multitudinarias manifestaciones por todo el país gritando a favor de una pensión digna. Unas movilizaciones en las que las siglas de los sindicatos mayoritarios han quedado difuminadas ante los numerosos colectivos sociales, sindicales o incluso partidos políticos que han tomado protagonismo en las convocatorias de estas protestas.

Sin embargo, los secretarios generales de CC. OO. y UGT en Aragón, Manuel Pina y Daniel Alastuey, respectivamente, hacen una lectura "positiva" de la "explosión" de las protestas, que están evidenciando el "hartazgo" y "el monumental enfado" de los ciudadanos que no notan en sus bolsillos, insisten los sindicalistas, "la recuperación económica de la que saca pecho el Gobierno y que se reconoce en los elevados beneficios empresariales o en las ganancias del sector financiero".

"Somos optimistas porque percibimos que el clima social actual es favorable a nuestras reivindicaciones", señala Alastuey, que insiste en que las exigencias que últimamente han sacado a las calles las mujeres y los pensionistas son las mismas por las que el sindicato lleva trabajando y luchando "muchísimos años". Y es rotundo al asegurar que no se sienten amenazados por la respuesta multitudinaria a convocatorias realizadas por organizaciones distintas a los sindicatos porque "la población está muy enfadada y cualquier movilización que se considera justa es secundada masivamente". Otro fenómeno muy distinto es la intención de algunas élites "por despolitizar y desindicalizar las protestas para aprovecharse y hacer una capitalización propia de las movilizaciones", argumenta el líder de UGT para explicar la ausencia de siglas o banderas en las últimas movilizaciones.

"Nosotros no creemos haber perdido protagonismo en la calle", insiste Alastuey, que recuerda que en octubre del pasado año ya habían protestado por las pensiones, como lo hicieron el pasado 17 de marzo y como volverán a hacerlo el 15 de abril. Cree, sin embargo, que el malestar de los jubilados ya existían pero la chispa que encendió su indignación fue la carta que les envió la ministra de Empleo, Fátima Báñez, informando sobre la subida del 0,25% de la prestación. "Ha enfadado mucho a la gente y la ha animado más a salir a la calle", matiza.

En tiempos de recuperación

"Aunque perece que tenía que ser al revés, las movilizaciones masivas tienen mucho que ver con la recuperación", señala Manuel Pina, que reconoce que durante la crisis "costaba mucho" sacar a la gente a la calle y califica de "positivo" que ahora sean muchos los colectivos que están movilizados. Pero, el secretario general de CC. OO. recuerda que los sindicatos mayoritarios llevan años reivindicando la igualdad salarial y laboral y la mejora de las prestaciones. Tanto, que Pina se remonta a 1985, cuando CC. OO. mostró su rechazo a la reforma de las pensiones con la convocatoria de una huelga general. "Sin irnos tan lejos, también en octubre del pasado año hicimos una marcha por las pensiones que recorrió toda España y ahora hemos vuelto a convocar una manifestación para el próximo 15 de abril", explica el líder sindical. Una protesta a la que llaman a "confluir y a sumar" a todas cuantas organizaciones y plataformas así lo deseen.

"El protagonismo no es lo que más nos importa", dice Pina, pero advierte, eso sí, que se tiene que tener siempre en cuenta que en cualquier movilización hay que testar bien el problema, plantear las soluciones y definir quién tiene la interlocución. "Y en el tema de las pensiones, las interlocuciones están claras; son el Gobierno, los partidos políticos y las organizaciones sociales, es decir, los sindicatos mayoritarios y los empresarios".

Desafección y afiliación

Los máximos responsables de los sindicatos mayoritarios aragoneses aseguran que no solo no están perdiendo el liderato en las calles, sino que la recuperación económica se está notando también en el número de afiliados.

Reconocen que también sintieron la desafección que generó la crisis, pero insisten en que si perdieron miembros y delegados fue especialmente como consecuencia de la pérdida de empleo y el cierre de empresas. "Ahora los estamos recuperando", destaca Pina. El líder sindical reitera además que "siempre ha habido un cierto reconocimiento de que allí donde estamos y allí donde trabajamos la gente nos sigue votando y valorando". Y añade que, por ese motivo, el sindicato trabaja ahora para "ir a la ofensiva y recuperar los derechos que perdimos durante la crisis".

En estos argumentos coincide también Alastuey, que insiste en que "si había menos empleo es normal que la afiliación bajara", pero asegura que los sindicatos ya han empezado a recuperar efectivos. De hecho, señala, el año pasado UGT sumó 70.000 nuevos carnés, hasta el millón de afiliados actual.

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