Exdirectivos de Serviplem crean B+S para ocupar el hueco que dejó el cierre de la fábrica de hormigoneras

Cinco inversores, entre ellos uno de los fundadores de la empresa que Tata Hitachi compró en 2008 y cerró en 2016, constituyen Baryserv con el aval de la italiana CIFA.

Luis San Gil, Salvador Roldán, Marcos Andaluz y Alfredo Sacacia, cuatro de los cinco accionistas de Baryserv.
Luis San Gil, Salvador Roldán, Marcos Andaluz y Alfredo Sacacia, cuatro de los cinco accionistas de Baryserv.
Raquel Labodía

Serviplem, fabricante de hormigoneras zaragozano que vendía sus productos con la marca Baryval y que fue adquirida en 2008 por la empresa india Telcon, filial del gigante empresarial Tata en ‘joint-venture’ con la japonesa Hitachi, vuelve de alguna forma a la vida después de haber cerrado en noviembre de 2016. Uno de los fundadores de la compañía aragonesa, Marcos Andaluz, dos exdirectivos de la firma y dos inversores más han creado Baryserv Equipos y Servicios (B+S) para ocupar el hueco que la desaparición de la empresa dejó y, con el apoyo del grupo italiano CIFA, fabricante de hormigoneras, están en la brecha desde hace menos de un año. 20 personas trabajan ya en la joven empresa constituida, número que podría duplicarse este mismo año si todo sale según lo previsto.

Andaluz, que se había desvinculado de Serviplem tras venderse la empresa a Telcon en marzo de 2008 (primero un 79% y más tarde el resto), no dudó en ‘volver al ruedo’ cuando se enteró del cierre de la compañía, víctima del desplome del mercado de la construcción en los peores años de la crisis. En diciembre de 2016 decidió con otros socios lanzar Baryserv unos meses más tarde con el aval de CIFA, cuyos productos (hormigoneras sobre camión, bombas de hormigón, plantas de hormigón y gunitadoras) vendería en exclusiva en España, además de dar servicio de postventa e incluso fabricar para recambio. "La empresa se crea en marzo de 2017, amoldada a la situación actual pero con previsiones de crecimiento acordes con la mejora de la economía, y nos presentamos en la feria Smopyc de maquinaria de obras públicas y construcción de Zaragoza, en abril", relata Andaluz, visiblemente feliz de volver al negocio en el que se forjó como empresario durante tantos años.

Baryserv fue creada por Andaluz con otros dos veteranos del mundo empresarial aragonés, Luis San Gil (de Gesán grupos electrógenos, hoy propiedad de la sueca Atlas Copco) y Nicanor Royo (Fermar). Con ellos invirtieron los exdirectivos de Serviplem Salvador Roldán y Alfredo Sacacia, que siguieron en la empresa aún con los dueños indios y que son quienes llevan hoy el día a día de la compañía creada. El primero, como director general y encargado del área comercial y la administración y el segundo como jefe de Producción.

A CIFA, una multinacional con 90 años de historia, referente en el sector, hoy con capital chino, la operación le encajó perfectamente ya que no vendía en España por no entrar en zona de influencia de Serviplem, que copaba el 50% del mercado nacional. Y es ese porcentaje de ventas, precisamente, el que quiere alcanzar la nueva Baryserv a medio plazo. La joven empresa zaragozana empezó a vender hormigoneras en mayo de 2017 y, desde entonces, ha entregado 20 unidades, así como 3 bombas de hormigón. Su objetivo para el presente 2018 es vender unas 100 unidades y unas 6 o 7 bombas.

Hasta 40 empleos este año

En 2007, se vendieron en España unas 1.200 hormigoneras, pero a partir del año siguiente la crisis económica provocó el hundimiento casi total del mercado. En 2016, ya con cifras de incremento del PIB destacadas y una recuperación visible en todos los sectores, se vendieron 60 hormigoneras en toda España. Ese número se incrementó a las 250 unidades y la previsión para 2018 es de entre 350 y 400. Baryserv, por tanto, quiere representar al cierre del ejercicio un 25% del mercado o incluso un poco más y para ello cuenta con incrementar la contratación de personal y tener en plantilla a unas 40 personas, el doble que hay en la actualidad. Para acometer ese reto, al que podría unirse el incremento en la fabricación de piezas –hoy hace tambores de hormigoneras–, los propietarios de la compañía ya estudian ampliar instalaciones porque las que tienen ahora (de 3.000 metros cuadrados en el polígono Malpica) podrían quedarse pequeñas.

Una inversión de medio millón de euros, ilusión y el conocimiento del sector han impulsado el nacimiento de B+S. Sus expectativas de futuro pintan muy bien.

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