La plantilla de Opel España refrendó el miércoles el preacuerdo del convenio colectivo que estará vigente en la fábrica de Figueruelas entre 2018 y 2022 y que fue pactado por la dirección de la compañía y la mayoría del comité de empresa (formada por los sindicatos UGT, CC. OO. y Acumagme) el pasado lunes. Nada de lo ahí rubricado será retocado –"no hay nada que negociar ya", corroboró Juan Arcéiz, del mayoritario en la planta UGT–, pero hay que repasar los textos y dejarlos impolutos antes de convertirlos en textos definitivos. "Es el documento que regirá el marco laboral de la empresa en los próximos años y lo escrito ahí queda", apuntaron por su parte fuentes de la dirección que encabeza Antonio Cobo. Por ello, realizada esta exhaustiva labor, no se espera que el documento final se firme antes de 10 o 15 días, explicaron las fuentes consultadas.

Este jueves, en cualquier caso, seguían produciéndose reacciones a la votación que ha permitido despejar el futuro de la factoría de Figueruelas. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, valoró el acuerdo y resaltó que la sección sindical de UGT hizo una negociación "brillante". En su opinión, dentro de unos años se reconocerá a UGT "este paso que ha dado para consolidar Opel en Figueruelas". Álvarez dijo en Sevilla que el sindicato sabía que en el momento en que Opel entraba en el grupo PSA, la compañía iba a plantear "dificultades" en la planta zaragozana, puesto que PSA tiene tres fábricas en España, como la de Vigo, "donde las condiciones laborales no son las mejores del grupo". El líder de CC. OO., Unai Sordo, también valoró el acuerdo, aunque reconoció que las negociaciones se produjeron en un contexto de "chantaje permanente" por parte de lo que ha denominado "monstruos multinacionales".