Tradime critica que a Fomento "no le interesa nada" el trabajo del pequeño transportista

Fue en 1977 cuando un pequeño grupo de camioneros decidió aunar esfuerzos para defender los intereses de las empresas más pequeñas del sector del transporte de mercancías por carretera. Nacía así Tradime, la asociación empresarial de transportes discrecionales de mercancías de Aragón, que cuatro décadas después, 700 socios y 2.000 camiones continúa manteniendo aquel espíritu reivindicativo que a lo largo de su trayectoria le ha llevado a protagonizar sonadas protestas, incluso violentas huelgas. Pero también les ha hecho protagonistas de exitosos logros, entre ellos la paralización durante años de la implantación del céntimo sanitario en la Comunidad.

Su lucha mira ahora hacia Fomento, que prepara un nuevo reglamento de ordenación del transporte terrestre, que podría entrar en vigor el próximo año, «en el que parece claro que el Ministerio ha decidido que la pequeña empresa y el autónomo no interesa», señala el presidente de Tradime, Santiago López-Montenegro. Y es que la nueva reglamentación endurece las condiciones para acceder a la profesión y exige a los nuevos empresarios disponer, ya no de un solo camión, sino de tres. «Eso exige una inversión mínima de alrededor de 500.000 euros para los que quieren empezar», explica López-Montenegro, que señala que es cierto que los transportistas que están actualmente operando podrán continuar con un vehículo sin más, pero si quieren vender su empresa, el nuevo profesional tendrá que adquirir otros dos camiones y eso complica las posibles transacciones.

Hay preocupación además ante la posibilidad de que se aumenten hasta las 44 toneladas la masa máxima autorizada. Un nuevo obstáculo para el sector que no entiende esta nueva «ocurrencia», como la califica López-Montenegro, porque, asegura que las infraestructuras viarias no están preparadas, ni lo están sus clientes ni sus vehículos. «Tendríamos que recurrir a nuevas inversiones para disponer de una nueva máquina porque la que tenemos no es adecuada para esta exigencia. Y ese es un esfuerzo que no pueden soportar muchos transportistas porque están hipotecados hasta el pelo», insiste el presidente de Tradime.

La organización empresarial no pierde de vista tampoco su batalla contra la precarización, el intrusismo y la competencia desleal que está provocando en el sector el ‘dumping’ social – rebaja de los costes salariales para ofrecer precios más competitivos y aumentar los beneficios–. Su denuncia comenzó el pasado año, pero ahora «estamos en una segunda fase», señala López-Montenegro, que denuncia la existencia de «falsas cooperativas de autónomos» e incluso «de compras de carnets o carnet falsos».

De celebración

Pero pese estos problemas, Tradime, que junto con su faceta reivindicativa ofrece además un amplio abanico de servicios a sus asociados, estuvo ayer de celebración. Fue el día elegido para conmemorar de manera institucional sus 40 años de historia. Una cena de gala, a la que asistieron más de 450 invitados y en la que participó el consejero de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, y que fue escenario del homenaje y reconocimiento al trabajo realizado por los más de 2.000 asociados que han pasado por Tradime en su cuatro décadas de andadura.

Aun con los retos que tiene pendiente este sector, el máximo responsable de la asociación empresarial quiso enviar ayer a sus asociados un mensaje de esperanza y optimismo. «Tenemos un servicio de muy alto valor, muy personalizado y muy concreto y somos importantes e imprescindibles para el desarrollo económico de este país», destacó López Montenegro, que reiteró, sin embargo, que son los propios profesionales los que tienen que comenzar a creérselo y a valorarse.

«Somos muy buenos y nos jugamos mucho pero eso nos hace ser muy competitivos. Y tenemos que cobrar según lo que damos», insistió el presidente, que reiteró que el transporte autónomo «tiene futuro y no es todo tan negro».