Los testigos coinciden en que las ofertas para directivos eran conocidas por CAI

Contradicen a la entidad, que acusa a los imputados de abusar de su cargo.

Los acusados, Tomás García Montes, Ramón Marrero y Javier Alfaro, en la Audiencia de Zaragoza.
Los acusados, Tomás García Montes, Ramón Marrero y Javier Alfaro, en la Audiencia de Zaragoza.
J. M. Marco

El juicio contra dos exdirectivos de Caja Inmaculada y un exsocio de la entidad en negocios inmobiliarios en Andalucía entra hoy en su fase final sin que, a tenor de lo escuchado ayer a los testigos, haya quedado claro si CAI salió beneficiada o perjudicada por la gestión de los acusados.


Tampoco si los viajes eran una recompensa por ejercer cargos no retribuidos en consejos de administración, como declaró el acusado Tomás García Montes, o una forma de fomentar la "integración" y "comunicación entre los directivos", tal y como señaló ayer Antonio Aznar, presidente de CAI de 2008 a 2010.


Ni siquiera está claro si la oferta de adquirir lujosos pisos en el Puerto de Santa María (Cádiz) a mitad de precio surgió de la promotora de las viviendas Soto de Villahermosa (sociedad participada por CAI Inmuebles en un 32%) para abrir mercado en la capital aragonesa, o fue una idea de la "dirección general de Zaragoza", según declaró ayer José Luis Paesa, empleado de la caja durante 35 años y consejero de la sociedad Arcai, confirmando lo manifestado el día anterior por García Montes, en el sentido de que había sido su predecesor en el cargo, Luis Calvera, quien se lo ofreció a él.


Ninguna de las acusaciones, ni la Fiscalía ni la ejercida por la propia caja ni por la asociación intersindical pudieron interrogar ayer a Calvera, ya que no lo habían propuesto como testigo. Solo lo habían hecho los letrados de los tres acusados, Esteban Mestre y Javier Osés, quienes, por no interesarles ya para su estrategia defensiva, renunciaron ayer a su comparecencia. Lo mismo pasó con otros testigos de relevancia, como el sucesor de García Montes al frente de la dirección de la entidad y promotor de la demanda, junto a Juan Pemán, Luis Miguel Carrasco.


No obstante, casi todos los que pasaron ante el tribunal dijeron que la oferta a los directivos era "conocida suficientemente" por la entidad y que todos (6) los que compraron tuvieron rebajas. Quien dijo no saberlo fue Antonio Aznar, aunque en el asunto de los viajes para directivos defendió la bondad de los mismos, incluso reprochó que se hablara de ellos con "frivolidad", cuando deberían enmarcarse, dijo, en las "peculiaridades" de los consejos de administración de las cajas de ahorro.


También supo de los descuentos en la promoción de viviendas en el Puerto de Santa María Julián Puente, exdirector del departamento de Vivienda de CAI, que adquirió por 150.000 euros una valorada en 230.000. Puente también fue con su esposa a viajes organizados por empresas participadas por CAI (Tinsa les llevó a Mallorca, Canadá, México o Kenia), pero señaló que iban 30 o 40 personas de todas las cajas. A los encausados se les acusa de haber viajado a Egipto con sus respectivas familias ­–11 personas–, una semana por 195.700 euros.


Otros testigos, como Eusebio Cezón, consejero en CAI Inmuebles y en Arcai, corroboraron que los viajes eran un "tema común" en el sector. "Yo venía de otra caja donde todos los años se facilitaban viajes a directivos patrocinados por empresas colaboradoras", señaló. Estas salidas eran de ocio y no se descontaban de las vacaciones, como dijo Raimundo Figueras, responsable de Recursos Humanos en CAI durante cinco años.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión