“Las grandes constructoras nunca volveremos a tener el 50% del negocio en España”

Miguel Heras, director general Corporativo de Sacyr, advierte a las empresas de que no tendrán futuro si no asumen que "la gran obra está en el mundo y que hay que buscar el negocio fuera".

PANAMÁ CANAL
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Alejandro Bolívar

Para las grandes constructoras, “España es solo un país más. Nunca volveremos a tener allí el 50 o el 60% de nuestra actividad”, afirmó contundente Miguel Heras, director general Corporativo de Sacyr, protagonista del Foro ADEA sobre la “Internacionalización de las empresas de la construcción. Caso Canal de Panamá”. Las inversiones españolas en obra pública solo en 2006 superaron los 45.000 millones y en 2015 no llega a los 10.000 millones, un dato, que explica, según este ingeniero de caminos, canales y puertos, porque tuvieron que salir. “Nos quedamos sin obra qué hacer y la única oportunidad de mantener nuestro negocio era marcharse a trabajar fuera”, dijo este jueves ante una nutrida presencia de empresarios del ramo en el Hotel Reina Petronila de Zaragoza.


“Las grandes obras están en el mundo y nuestro mercado necesariamente es internacional. No quiero decir”, precisó, “que en España no queden cosas por hacer sobre todo en tratamiento de aguas, depuradoras y hospitales, así como en mantenimiento de las infraestructuras que ya se hicieron y necesitan trabajo de mejora y acondicionamiento, pero nuestro foco ha de estar en el exterior”, dijo.


Estados Unidos y Cuba son algunos de los mercados que tiene interés en conquistar Sacyr, adelantó Miguel Heras. “Aún no sabemos que es lo que va a hacer Trump como nuevo presidente si potenciará las empresas estadounidenses como dijo o permitirá que otras de fuera, aunque sea vía compra empresas locales, podamos trabajar allí, y desde luego, también nos gustaría estar en Cuba donde las empresas españolas sobre todo del sector hotelero llevan años invirtiendo”.


Respecto a otros escenarios como Siria, Irán o Iraq, este directivo reconoció estar menos interesado por la gran “inestabilidad política que tienen” y puso el ejemplo de Libia. “Allí teníamos obras muy importantes y cuando cayó Gadafi, ahí se quedaron”. Entonces, añadió, “nos interesa mucho más Norteamérica o Sudamérica, con países como Chile en los que llevamos 30 años o Paraguay” e incluso todo el norte de Europa donde se licitan obras relevantes y hacia donde estamos mirando poco”, precisó.


Además del “buen hacer” demostrado con obras emblemáticas como el AVE a La Meca, la ampliación del Canal de Panamá, el puente del estrecho de Mesina o el metro de Doha en Qatar, este directivo de Sacyr recordó a las empresas del sector que quieran salir, además “del hecho de ser los que construimos más barato tanto el kilómetro ferroviario de Alta Velocidad como la línea de metro”, tener bien presente que las “reglas de juego son distintas”. Fuera, explicó, “el interlocutor no es otro ingeniero de caminos ni se habla de proyecto sino que lo que se hace es negociar un contrato y eso conviene tenerlo muy en cuenta”.


También, recomendó, “no dar por supuesta una seguridad jurídica que en muchos países no existe y que no consigues garantizar a menos que no te alíes con una empresa local”, así como valorar “la falta de medios técnicos y mano de obra cualificada”. “Eso fuera no existe”, subrayó. Para no darse sorpresas, aconsejó, definir muy bien la metodología y evitar las licitaciones a la baja y apostar por precios cerrados”. Es difícil trabajar fuera, destacó, pero no queda otra. “Sacyr tiene en España un 13% de su negocio y Ferrovial, solo un 8%. Si quieres seguir adelante con tu negocio, has de buscar la actividad en el mundo. Nuestras empresas no tendrán futuro si no saben interiorizar que esto es así y para siempre”. Además, recordó, España cuenta con la ventaja de que “en construcción estamos entre los primeros mejores a nivel mundial y es difícil si miramos un mapamundi señalar lugares en los que nuestro país no esté acometiendo grandes infraestructuras”.


Respecto a Aragón, indicó que aunque vive en Zaragoza y trabaja en Madrid, “el desdoblamiento de la N-232 es vital como en su día lo fueron los cinturones de la ciudad que se terminaron gracias a la Expo”. No obstante, insistió en que como directivo de una gran constructora “su punto de mira está en el mundo”.


En este sentido, se refirió a la obra faraónica en la que ha trabajado muy cerca, la ampliación del canal de Panamá, “desde que nos la adjudicaron el 15 de junio de 2009 hasta que se puso en marcha el 26 de junio de 2016 y que va a permitir a nuestro cliente, la Autoridad del Canal de Panamá, facturar un millón de dolares por cada superbarco, denominados ‘Post Panamᒠpor su enorme tamaño, que pase por las nuevas esclusas, 480 de esos barcos en el mar y muchos ya están atravesando el Canal. “Hay una cuarta parte del PIB de este país vinculado a esta infraestructura de dimensiones colosales en la que los españoles, como a veces decía nuestra propia prensa, no éramos los malos sino que el problema surgió con los sobrecostes que algunos querían imputar al contratista y de los que no éramos responsables”, indicó. Al final, el problema se solucionó con el fallo judicial que dictaminó que la mitad correspondía al consorcio contratista y la otra mitad al cliente. De cualquier forma, concluyó, lo esencial es “el enorme beneficio que esta infraestructura supone para el Tesoro panameno”.

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