Conflicto laboral

Huelga indefinida en varias plantas Panrico por el impago de nóminas a los trabajadores

La compañía quiere despedir a la mitad de la plantilla para evitar un concurso de acreedores. Los trabajadores de la planta zaragozana aún no han decidido qué medidas que van a tomar.

Los trabajadores de cinco fábricas que Panrico tiene en España irán a la huelga a partir del próximo 7 de octubre de forma indefinida. El motivo es el impago anunciado de las nominas del último mes, una medida severa que la dirección de la compañía ha tomado para poder abonar las facturas de los proveedores y que podría prolongarse en el tiempo 'sine die'.


En Zaragoza, desde la antigua factoría de laBella Easo, integrada en Panrico, los trabajadores aún no han decidido qué medidas van a adoptar, pero está previsto que se reunan la próxima semana para tratar el tema.


La falta de concreción de la empresa sobré cuándo y de qué forma se recuperaría ese sueldo, así como la inexistencia de garantías respecto a que pueda pasar lo mismo con la nomina de octubre, ha llevado a los representantes sindicales a convocar un paro total, respaldado este sábado de forma masiva en las votaciones realizadas en las factorías que Panrico tiene en Barcelona, Valladolid, Madrid, Córdoba y Murcia. Asimismo, los más de 2.000 autónomos que colaboran con la empresa tampoco trabajarían por falta de producción.


La dirección de Panrico -propiedad del fondo estadounidense de capital riesgo Oaktree- quiere despedir a 1.914 empleados hasta 2015, la mitad de la plantilla (48%), así como rebajar los salarios entre un 35% y un 45%. Según los sindicatos, que ven preferible el concurso de acreedores dadas las pérdidas de 700 millones de euros que lleva acumuladas de varios ejercicios sin un horizonte claro de pago, "su única pretensión es hacer la compañía atractiva para venderla a alguien".


Entre los planes de la directiva, según fuentes del sector, también figura apostar claramente por la producción de bollería industrial de marca blanca para grandes superficies comerciales. Su argumento para una medida así, algo contradictorio, es que el deterioro de la marca ha aumentado "mucho" y es preferible apostar por fabricar artículos para terceros, un negocio con costes menores pero también con bastantes menos ingresos.