Triplete histórico

La Superliga conquistada en Almería se suma a la Copa del Rey y a la Supercopa ganadas en una temporada de ensueño. El club, fundado en 1991, se ha consolidado como dominador del voleibol nacional a pesar de los recortes presupuestarios.

Ereu levanta el trofeo de la Superliga rodeado de sus compañeros, que celebran por todo lo alto la consecución del campeonato y del histórico triplete.
Ereu levanta el trofeo de la Superliga rodeado de sus compañeros, que celebran por todo lo alto la consecución del campeonato y del histórico triplete.
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En la cima del deporte aragonés. Con el triplete cosechado ayer en la difícil cancha del Unicaja Almería (1-3), codominador con el CV Teruel del voleibol nacional durante la última década, el club turolense se alza con el primer triplete de su brillante historia al sumar Superliga, Copa y Supercopa en una misma temporada, un logro nunca antes alcanzado por ningún equipo de Aragón. Para los turolenses, el 3-0 del ‘play off’ de la final supone la culminación de una intachable trayectoria de 27 años.

El club, que nació en 1991 animado por dos visionarios –Antonio Giménez y José Luis Torán– con la intención de fomentar el deporte base y dar el salto a la competición nacional del voleibol, se ha convertido un cuarto de siglo después en su indiscutido dueño y señor. Una gestión desarrollada con prudencia y sensatez, exprimiendo al máximo los escasos recursos económicos disponibles, ha configurado un equipo equilibrado, talentoso y luchador que se ha mostrado imparable durante toda la temporada –solo ha sufrido una derrota por la mínima frente al Urbia Voley Palma en la liga regular–.

Mientras el CV Teruel se ha mantenido en lo más alto del voleibol nacional durante la última década con varios dobletes en sus vitrinas y sin temporadas en blanco, sus rivales llegaban de un año para otro y se evaporaban con la misma inconsistencia, con la única excepción del Unicaja. El Son Amar Palma, el Real Madrid, el Atlético de Madrid o el Calvo Sotelo de Gran Canaria aparecieron en el firmamento del voley estatal y desaparecieron tras una fugaz trayectoria en la élite, frente a la persistencia y fiabilidad de los turolenses.

Las riendas de la entidad, presidida actualmente por Carlos Ranera, siguen en manos de voluntarios sin remuneración y que aplican los mismos criterios de sensatez y cautela de los orígenes. Los únicos profesionales de la entidad son, como viene ocurriendo desde el acceso a la máxima categoría del voley nacional en la temporada 2006/2007, los jugadores y el cuerpo técnico del primer equipo.

Antonio Giménez y José Luis Torán pusieron en marcha el club hace 27 años en su calidad de presidente y vicepresidente fundadores, respectivamente. Giménez reconoce que ni siquiera "en sueños" aspiraban entonces a convertir el CV Teruel en un club capaz de ganar el triplete y consolidarse como el emperador del voleibol español.

El presidente fundador explica que su intención original era competir a nivel nacional y salir del "provincianismo" deportivo. Sin embargo, al llegar a la Primera División –la categoría de bronce– constataron que "se podía dar un paso más allá" y dieron el salto a la Liga FEV, que también conquistaron en la campaña 2005/2006. Accedieron así a la Superliga, aunque ni siquiera entonces aspiraban a ganarla, como ha ocurrido en seis ocasiones desde 2009, la última de ellas ayer en Almería. Los turolenses se han convertido en la bestia negra del Unicaja, al que ya doblegaron en las finales ligueras de 2009, 2010, 2011, 2012 y 2014.

La clave del éxito está, según Giménez, "en el realismo y el sentido común" en la gestión del club, que en la presente temporada ha conseguido "la máxima rentabilidad con uno de los presupuestos más ajustados desde que está en la Superliga". Porque el triplete llega en un época de vacas flacas para las arcas naranjas sin un patrocinador principal. Contribuyen con su respaldo económico las empresas Martín Lizaga BMW, Tarmac, Ibercaja, Mahou Sin y Construcciones Esfor, así como las administraciones –DGA, DPT y Ayuntamiento–. El expresidente –y actual entrenador del primer equipo femenino– reconoce que "no es nada fácil" conseguir la "sostenibilidad" en la élite.

Uno de los frutos de la excelencia deportiva es el liderazgo social. El CV Teruel se ha convertido en un revulsivo para la autoestima turolense. Con 900 socios puede presumir de una penetración en la sociedad sin parangón en Aragón –teniendo en cuenta que en la ciudad viven 35.000 personas–. El pabellón de Los Planos es, con diferencia, la cancha del voleibol español que mejores entradas registra temporada tras temporada. Por no hablar del entusiasmo y la entrega ejemplares de la hinchada naranja.

Antonio Giménez señala que los éxitos deportivos del CV Teruel han servido para que muchos turolenses "saquen pecho" de una provincia muy deprimida en otros aspectos, sobre todo en el demográfico. Giménez recuerda que la población se siente "orgullosa" de un entidad nacida en su seno, que es ejemplar en España y que "pasea el nombre de Teruel por Europa con gran dignidad".

El próximo reto es, precisamente, volver a la competición europea por la puerta grande. Pero desde el club advierten de que para embarcarse en la Champions League hacen falta recursos económicos. Los argumentos deportivos están asegurados.

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