El ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Juan Antonio Samaranch murió a las 13.25 en el Hospital Quirón de Barcelona a los 89 años a causa de una parada cardiorespiratoria, según un comunicado del hospital.

Samaranch ingresó en el centro el pasado domingo por su propio pie aquejado de una insuficiencia coronaria aguda, y a la media hora sufrió un 'shock' tras el que entró en estado muy grave y no se recuperó.

Su salud había empeorado desde que en 2001 dejó la presidencia del COI, e ingresó inmediatamente en un centro clínico de Lausana por "fatiga extrema". El pasado octubre sufrió un desvanecimiento en Mónaco.

Samaranch estuvo 21 años al frente del CIO y fue el artífice de la modernización de los Juegos Olímpicos y de la incorporación de los países del bloque comunista. Fue el gran valedor de los Juegos de Barcelona de 1992.

Pese a que Samaranch había superado las primeras 48 horas después de su ingreso que eran consideradas las de mayor riesgo, hoy al mediodía entró en un shock irreversible que acabó con su vida.

Pasadas las dos del mediodía la actual pareja de Samaranch, Luisa Sallent, abandonó el hospital visiblemente consternada, y cogió un taxi sin hacer declaraciones.

Instantes antes había salido del hospital la secretaria del Deporte de la Generalitat, Anna Pruna, que trasladó su pésame a la familia y agradeció a Samararanch su trabajo como referente del mundo del Deporte

Hasta el hospital se acercó también la hija de Samaranch, María Teresa, presidenta de la Federación Española de Deportes de Hielo, acompañada también por la nieta del ex presidente del principal organismo olímpico, aunque decidió marcharse rápidamente en coche al advertir la presencia masiva de periodistas.

Durante la mañana acudió al centro clínico el ex secretario del Deporte de la Generalitat, Josep Lluís Vilaseca, que ya avanzó que el estado de salud de su amigo era crítico y aseguró que veía "muy próxima" su muerte".

Mañana a las 10.00 se instalará la capilla ardiente del ex presidente del COI en el Palau de la Generalitat, que abrirá al público al mediodía, y por la tarde se celebrará una misa en su honor en la Catedral de Barcelona.