Iñurrategi, Vallejo y Zabalza rescatan a un montañero italiano en el G-II

El italiano llevaba cuatro días sin poderse mover del Campo 3 del G-II y presentaba síntomas de deshidratación y congelaciones.

Imagen del rescate de un montañero italiano en el G-II
Imagen del rescate de un montañero italiano en el G-II
WoPeak 2017 @ Mikel Zabalza

Los montañeros Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, que el pasado fin de semana daban por concluido sin éxito su intento de enlazar las cumbre del G-I y G-II han rescatado al montañero italiano Valerio Annovazzi, que llevaba cuatro días sin poder moverse del Campo 3 del G-II.

Según ha informado el equipo de apoyo de los alpinistas vascos, Iñurrategi, Vallejo y Zabalza se encontraban en el Campo Base preparando el regreso cuando llegó "una expedición comercial" en la que tras hacer cima por la vía normal del Gasherbrum II "faltaba Annovazzi".

"Cuando preguntaron por él les dijeron que la última vez que le habían visto fue en el Campo 3, a unos 7.100 metros. Les comentaron que el montañero italiano decía cosas inconexas", señalan las fuentes de la expedición WOPeak17.

Los montañeros pudieron ver la tienda del italiano a través del teleobjetivo de Arkaitz Saiz, el fotógrafo de su expedición, comprobando que aún se encontraba en el Campo 3.

Tras concluir que el montañero "estaba con problemas", Iñurrategi, Vallejo y Zabalza decidieron salir en su busca a primera hora del lunes "con la intención de llegar del tirón y alcanzar su posición lo más rápidamente posible", logrando su objetivo "en aproximadamente 12 horas".

"El montañero italiano, que había hecho cima en el G-II por la ruta normal, estaba deshidratado y tenía síntomas de congelaciones, por las que no se había atrevido a salir, tras haber pasado cuatro días, a sus 59 años, a más de 7.000 metros y sin apenas comer ni beber", señalan.

Iñurrategi, Zabalza y Vallejo, al llegar a su posición, "le dieron comida, agua y medicamentos y decidieron bajarle inmediatamente al C 2 (a 6.500 metros), donde durmieron".

Este martes los cuatro han descendido "con Valerio bajando por su propio pie" y turnándonos entre los tres para asegurarle en corto en todo momento. "Ningún helicóptero en estas condiciones climatológicas podía llegar hasta aquí", estima la cordada.

"Para nosotros esto es el ejemplo máximo del alpinismo en el que creemos. Estamos felices porque ésta es la mejor de las cimas. La vida es la cumbre más importante. Después del bajonazo de la expedición, estamos tremendamente satisfechos" concluyen los montañeros.

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