El rugby vuelve a pedir paso en Huesca

?La escuela creada por el Club Atletismo Huesca pide una instalación municipal para los niños porque ahora tienen que salir a entrenar fuera de la ciudad.

Escuela de rugby en Huesca
Escuela de rugby en Huesca

Siguiendo la estela de otras localidades aragonesas y coincidiendo con el dulce momento que está viviendo el rugby en España (el más claro ejemplo fueron las 25.000 personas que asistieron a la última final de la Copa del Rey en Valladolid), el Club Atletismo Huesca también se ha sumado a la fiebre por este deporte creando una escuela que cuenta de momento con una veintena de niños de entre 4 y 12 años.


Además, este sábado será el anfitrión de una jornada de Juegos Escolares de Aragón que congregará al Unizar de Zaragoza, el Tarazona Rugby Club, el Gigantes de Navarra y el Somontano Rugby Club. La cita será en las instalaciones de la Ciudad Deportiva de 11.00 a 13.00.


El presidente del Club Atletismo Huesca, Antonio Gutiérrez, confía en que esta iniciativa anime a que "en las categorías escolares cada día haya más participantes y sean el futuro del rugby en esta ciudad". Además, destacó las cualidades de este deporte "porque enseña mucha disciplina pero a la vez es también hay una nobleza extrema".


El alma máter de este proyecto es el Mariano Leguizamón. Como "buen argentino", es muy aficionado al fútbol, pero sobre todo es un amante del rugby. Lleva ya 25 años en Huesca y es la segunda vez que intenta formar un club en la ciudad "porque ya tuvimos uno en su día pero al final no pudimos aguantar porque no teníamos instalaciones". Junto a él también están como entrenadores su hermano Maximiliano, Jorge Ascaso y Miguel Franco.


Pese a aquella decepción, ha vuelto a ilusionarse "porque quería que mi hijo Matías probara este deporte y disfrutara como yo lo disfruté de pequeño en Argentina y la única forma de hacerlo en Huesca era tener que involucrarme yo".


Leguizamon reconoce que el rugby que enseñan a los más pequeños es muy diferente al que se ve por televisión. "Los niños demandan a estas edades poder jugar con la mano, con el pie, caerse al suelo, empujarse... Pero todo muy reglamentado. Hay contacto, como en todos los deportes, pero lo que aquí no hay nunca es mala intención. Lo que intentamos es que por medio de juegos aprendan a perderle el miedo al contacto, a respetarse entre ellos y a que uno solo nunca va a ganar un partido sino que tienen que trabajar todos para hacer un ensayo", destaca. El objetivo a largo plazo es que los niños que ahora están aprendido puedan formar en el futuro un equipo sénior "pero queremos crear la base e ir subiendo poco a poco".


El responsable de la escuela agradece el esfuerzo que están haciendo las familias para llevar adelante esta iniciativa. Raquel Martínez es la madre de Acher, de 6 años, uno de los niños que se ha enganchado al rugby. "Había probado otros deportes y no terminaba de encajar en ninguno y sin embargo en el rugby está súper contento y nosotros también porque vemos que es un deporte muy de equipo. No se acaba de enterar mucho de todas las normas, pero se lo pasa muy bien que es lo importante", resalta.


Los niños entrenan todo los sábados de 11.00 a 12.30 en una amplia zona de césped del Centro Manuel Artero de Atades, a 3 kilómetros de Huesca, pero reivindican poder contar con una instalación pública municipal "como el resto es equipos y clubes de la ciudad y a un precio moderado", pide Gutiérrez.


Mariano Leguizamón espera que Huesca aproveche este segunda oportunidad con el rugby "y nos brinden la posibilidad de disfrutarlo y practicarlo dentro de la ciudad". Y es que hace hincapié en que "aunque en Atades estamos de diez, pero no nos ve nadie y si queremos seguir adelante tenemos que ser visibles" .

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