El Huesca alcanza la cuarta ronda y aguarda a un Primera

Un gol de Ros en el 117 da la victoria a los azulgranas. Los equipos europeos, posibles rivales.

Guillem Martí remacha a gol el centro de Gassama, lo que sirvió para empatar el encuentro
El Huesca alcanza la cuarta ronda y aguarda a un Primera
Javier Broto

El cabezazo de Iñigo Ros en el minuto 117 del partido pasa a la historia de la Sociedad Deportiva Huesca. Ingresó en la misma vitrina que el tanto de Roberto en Écija o el de Helguera al Cádiz. Sirvió para meter al club azulgrana en la cuarta ronda de la Copa del Rey, donde ya aguarda un equipo de Primera que disputa competiciones europeas. El navarro remachó una falta de Morillas para prolongar el sueño y cerrar un partido épico, con una expulsión por bando y que se puso cuesta arriba antes del descanso. El corazón azulgrana, el reencuentro de Guillem con el gol y un Alcoraz entregado obraron la remontada. Ya tocaba una alegría.


El error de Scardina fue mortal de necesidad. Para mayor pesar, al filo del receso. Entregó el balón al Barakaldo y facilitó una contra de tres contra dos que culminó con suavidad Vidal. El 0-1 evidenció el nerviosismo con que los locales disputaron el choque. El Huesca atacó más y con más énfasis, pero le pudieron las prisas y un estado de hiperexcitación comprensible por la magnitud de la cita pero no siempre bien canalizado. El 2-1, con todo, fue merecido y hasta corto. Pudo golear.


El Huesca encontró luz en la expulsión de Aguiar, que había suplido a Carro y vio dos amarillas en 14 minutos. Tevenet introdujo a Ros por Scardina en un movimiento para dar más libertad a Camacho y abrir los laterales sin desproteger el centro gracias a Manolo. Entró Josan por Cabezas. Gaspar y Morillas hicieron lucirse a Guillén y el 0-1 era ya inexplicable. Con Gassama por Carlos David, tocaron a rebato en El Alcoraz y Guillem igualó en el 86 tras una dejada del africano. Locura y justicia.


La prórroga ayudó a Tevenet a redistribuir sus efectivo. El último cuarto de hora se abrió con la segunda amarilla de Gaspar por protestar un córner no concedido que sí era. Absurdo, un flaco favor. Hizo temer por unos penaltis que evitó el testarazo de Ros, de las redes del Gol Sur al sorteo de mañana y la visita de un grande del fútbol español.