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La SD Huesca tras el derbi: seis partidos más para recuperar la solidez y alcanzar la meta

Después de las derrotas ante Real Zaragoza y Ferrol, los azulgranas tienen por delante 18 puntos en juego y pueden bastar seis para salvarse.

Jovanny Bolívar se lamenta de la ocasión de gol desperdiciada en el derbi.
Jovanny Bolívar se lamenta de la ocasión de gol desperdiciada en el derbi.
Toni Galán

Dos golpes consecutivos al mentón, la derrota ante el Real Zaragoza en el derbi aragonés (1-2) y la anterior con el Racing de Ferrol (2-1), han alejado a la SD Huesca de la posibilidad de certificar ya la permanencia y asegurar así una travesía tranquila hacia el final de la temporada. Los azulgranas han encallado en los 42 puntos y encajado cuatro goles en estos compromisos, donde han pesado situaciones anímicas, infortunadas, arbitrales y de estados de forma para componer un cuadro de ansiedad que tiene remedio: restan seis jornadas, seis oportunidades para abrochar la salvación sin necesidad de encender la calculadora y tragar saliva. El techo numérico exige, al menos, seis puntos más.

Después de una racha de once jornadas sin perder, la segunda mejor de los oscenses en el fútbol profesional, los de Antonio Hidalgo se enfrentan a un escenario que ya conocen pero que habían dejado atrás. Ya se perdió de manera seguida con Hidalgo ante Valladolid y Andorra en la primera vuelta. Señaló Elady Zorrilla en la entrevista que concedió la pasada semana a HERALDO que después de perder en Ferrol el vestuario se encontraba abatido, más que por la gravedad del resultado, por reencontrarse con la derrota tras tres meses, cuando ya casi no se recordaba cómo gestionarla.

Y el derbi, un duelo con las pulsaciones por las nubes, no contribuyó a corregir aquel bloqueo mental sino que lo prolongó. El equipo visitante gestionó mejor el derbi y sobrevivió al volcán de trampas y controversias en que se convirtió empujado por el arbitraje de Ávalos Barrera. Toca levantarse, como explicitó Juanjo Nieto en sus redes sociales: "Caer y levantarse. Seis partidos, un objetivo".

Así, se produjeron actuaciones individuales desafortunadas que desnivelaron la balanza. Como los errores impropios de un desconocido Miguel Loureiro, que vivió una pesadilla con Adrián Liso pese a su golpeo genial en el gol de la SD Huesca; o el fallo de Álvaro Fernández en el gol del canterano zaragocista. Como fruto de los nervios o de la presión, los azulgranas jugaron como si estuviesen expuestos a una situación sin remedio.

Para cuando Hidalgo corrigió situaciones y cambió piezas en el segundo periodo, la mejoría no fue suficiente y los locales se estrellaron en una de sus constantes durante todo el curso: la falta de puntería. Lo corroboraron las ocasiones de Jovanny Bolívar y Samuel Obeng, ambos saliendo desde el banquillo. Antes, ni Elady ni Joaquín Muñoz habían ofrecido continuidad ofensiva.

Fue, además, la segunda vez esta campaña, y segunda consecutiva, en que la SD Huesca se adelanta en el marcador, el rival remonta y se termina perdiendo. Nunca le había sucedido antes en lo que va de curso. Ocurrió en A Malata después del tanto de Javi Martínez a los 40 minutos. En once, los transcurridos entre el 54 y el 65, Álvaro Giménez y Nico Serrano adelantaron a los gallegos de manera definitiva.

En el derbi, los minutos de terror se desarrollaron entre el 36 y la prolongación de la primera mitad con los aciertos de Liso y de Maikel Mesa de penalti. Breves lapsos de tiempo que echan por tierra el trabajo previo y no dan margen para la reacción azulgrana. La SD Huesca ha dejado la portería a cero en sus onces victorias oficiales, entre liga y Copa del Rey; cuando ha encajado algún tanto, el balance es de siete empates y 13 derrotas.

Los contrincantes han lucido la máxima eficacia: entre Racing de Ferrol y Real Zaragoza han sumado cinco remates entre los tres palos. Cuatro goles. Así, el juego de la SD Huesca a lo largo de estos 180 minutos desemboca en las dos áreas pero este factor no explica del todo las dos derrotas. El arbitral también pesa, con las situaciones en el área zaragocista del tierno penalti por un braceo con Maikel Mesa señalado a Javi Martínez y el no indicado sobre Samuel Obeng en el segundo periodo. Además, la tarjeta roja a Óscar Sielva, obligado a derribar a Germán Varela después de perder la pelota, volverá a mermar el centro del campo azulgrana como ya sucedió en A Malata. El catalán se ausentó entonces por acumulación de amonestaciones.

De entre los jugadores que se reivindicaron en el derbi aragonés se encuentra el serrablés Rafa Tresaco, que dispuso de ocho minutos más el descuento para demostrar que merece más minutos de los que ha disfrutado. Con la insalvable barrera de Gerard Valentín para acceder a los onces, ofrece soluciones cuando Hidalgo persigue la claridad de ideas por fuera. Un aval que también presenta Hugo Vallejo. El granadino se volvió a caer de la alineación, de la que entra y sale de manera continua, para mejorar después el rendimiento de Joaquín. La principal solución en la zona de tres cuartos la sigue ofreciendo el siempre activo Javi Martínez.

Se avecina así una semana de diván, en la que mantener la calma y preservar las buenas costumbres que han alojado a la SD Huesca a salvo. Para recuperar la fiabilidad defensiva y el sosiego. Para salvarse de forma definitiva dispone de seis estaciones de paso; la primera, el domingo en Zorrilla frente a un Real Valladolid con la flecha hacia arriba, que ha encadenado tres victorias y acelera hacia el ascenso directo a Primera División. Después acudirá a El Alcoraz un Real Oviedo involucrado en el mismo sueño que los pucelanos. Se cerrará con Elche, Racing de Santander, Cartagena y Levante; los albinegros, quizá ya salvados. Los cántabros y granotas, en el mejor de los casos, sin nada en juego.

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