La mejoría de la Sociedad Deportiva Huesca en las dos áreas presenta como referentes las buenas actuaciones de Roberto Santamaría bajo los palos y la eficacia ante la portería contraria. Los azulgranas han madurado en uno de los aspectos que antes les pasaba factura: necesitaban muchos remates para lograr goles. Antes encajaban gol en uno de cada dos disparos a puerta del rival; frente a Valladolid y Girona, la mitad de sus remates encontraron las redes, cuatro veces con los pucelanos y dos con los catalanes. El equilibrio tan perseguido por Francisco se ha fraguado en las tres últimas semanas.

En Montilivi, el equipo oscense realizó seis remates y todos ellos fueron a puerta. Tres fueron del bigoleador Chimy Ávila, dos de Enric Gallego y otro de Christian Rivera, e hicieron trabajar al guardameta Bono. Los aciertos del argentino se sumaron al de la jornada anterior frente al Valladolid y al del empate de la ya lejana segunda fecha en San Mamés frente al Athletic. Los cuatro, anotados con su pierna izquierda. Chimy representa ahora el empuje ofensivo del equipo con su acierto a la luz de la incorporación del delantero catalán: de sus cuatro últimos intentos, tres han sido gol.

La efectividad con el Valladolid fue todavía más elevada. La goleada del Huesca se cimentó en once lanzamientos, siete de ellos a portería: dos de Enric Gallego y uno de Yangel, Cucho, Chimy, Moi Gómez y Pulido. Los tres últimos, con una puntería absoluta. Así, en los dos últimos encuentros los azulgranas han marcado seis goles en 13 intentos con peligro y, además, han minimizado el error hasta el punto de que de los 19 disparos en total solo dos salieron por la línea de fondo.

La referencia, por fin, de un delantero centro como Enric Gallego ha contribuido de manera determinante a que los de Francisco enfoquen con un mayor tino sus acciones ofensivas. En el 0-0 de Anoeta se registraron ocho intentos pero solo uno fue detenido por Gero Rulli además del chut al palo de Yangel Herrera en la primera mitad. La ocasión clara de Cucho Hernández no dio la victoria a los visitantes porque el portero argentino la despejó con la punta de los dedos.

Atrás quedan los tiempos en que los oscenses presumían de un caudaloso juego en ataque que, sin embargo, ofrecía escasos réditos. Cerraron la primera vuelta con 17 goles a favor y en los cuatro primeros de la segunda han logrado seis. Y parece de otro siglo la referencia del principio de la campaña según la cual, estadísticamente, solo se acertaba en uno de cada diez intentos. En el recuerdo, los 18 lanzamientos al Getafe en un partido que terminó 1-1 o los 29 al Villarreal para un 2-2. El Huesca ha dejado de convertir en internacionales a los guardametas rivales.