El tramo final del mercado de invierno, que expirará en la medianoche del jueves 31 de enero, presenta varios frentes abiertos en la Sociedad Deportiva Huesca. Tras las llegadas de Enric Gallego y Yangel Herrera, la prioridad marcada con letras rojas en la agenda es la del lateral izquierdo por el que se han acelerado las negociaciones. La perspectiva más optimista sitúa su llegada en los próximos días. Sin embargo, hay otras operaciones abiertas en el capítulo de entradas y salidas.

Este último aparece muy remarcado por la última convocatoria de Francisco Rodríguez, en la que los descartes fueron Werner, Brezancic o Longo. Todos ellos en la línea de salida; las entradas restantes estarán en buena medida condicionadas por los recursos que el entrenador considere necesarias para compensar carencias y agujeros en un plantel que en este momento cuenta con 22 fichas.

Y se repite una situación que ya se solventó con el fichaje de Christian Herrera en octubre. Los problemas físicos de Gonzalo Melero, que podrían abocarle al quirófano si entre el futbolista, los técnicos y los servicios médicos consensúan esta medida, abre la posibilidad de que llegue otro pivote a una posición en la que a la salida de Lluís Sastre con rumbo a Chipre se respondió con el aterrizaje de Yangel Herrera.

Además, la llegada de una pieza a la portería ha adquirido un cariz más secundario gracias a las excelentes actuaciones de Roberto Santamaría, el mejor de los azulgranas en las derrotas con Leganés y Atlético de Madrid. Con la salida de Werner y si Jovanovic permanece en el plantel, quedaría una vacante por la que se podría incluso acudir a la cantera.

Mientras, la búsqueda de refuerzos se sigue encontrando con dos obstáculos habituales: las altas pretensiones de los clubes, a menudo desproporcionadas, y la renuencia a recalar en el colista de la categoría. En las últimas horas ha surgido el nombre de Darwin Machís, pero su destino más probable es el Málaga.