Cerca de 200 aficionados, en la llegada del Atlético de Madrid a Huesca

La expedición rojiblanca ha llegado al hotel Abba sobre las 16.30. Simeone y Griezmann han sido los más ovacionados.

Antoine Griezmann, del Atlético de Madrid, en su llegada a Huesca.
Antoine Griezmann, del Atlético de Madrid, en su llegada a Huesca.
Rafael Gobantes

Cerca de 200 aficionados y curiosos se acercaron este viernes a recibir al Atlético de Madrid en su llegada a Huesca. La expedición rojiblanca, compuesta por 64 personas, partió de la capital de España sobre las 15.10 y aterrizó en el aeropuesto de Huesca-Pirineos pasadas las 16.00. Desde allí, se trasladó en autobús al hotel Abba, donde se alojará hasta después del duelo que le mide este sábado a la Sociedad Deportiva Huesca (18.30) en las 52 habitaciones que han reservado.

Los primeros hinchas comenzaron a acercarse a la calle Tarbes de la capital oscense más de una hora antes para coger buen sitio y poco a poco fueron más los que se agolparon en las vallas de seguridad. La mayoría de ellos eran jóvenes e incluso niños y no faltaron las bufandas, las banderas y las camisetas, buena parte de ellas con el ‘7’ de Antoine Griezmann, uno de los jugadores más esperados.

Lucas Badía, de 12 años, por ejemplo, sostenía un cartel en el que solicitaba, tanto en castellano como en francés, un autógrafo a la estrella gala. Se quedó sin él, pero estaba dispuesto a regresar más veces hasta conseguirlo.

El primero en bajarse del autobús fue el segundo entrenador atlético, Germán, ‘el Mono’, Burgos, que fue uno de los más aclamados de la tarde, junto a su superior, Simeone, Griezmann y Oblak. Otros rostros reconocibles como los de Diego Costa y Filipe Luis tuvieron que quedarse en Madrid al ser bajas.

Tres jugadores se detuvieron para firmar autógrafos y hacerse fotos con los presentes, el internacional español Juanfran, el uruguayo Giménez y el portero Adán. El resto desfilaron veloces hacia la puerta del hotel rodeados de las cámaras de su propio servicio de prensa. Fue esa una de las quejas de los allí congregados. «Han pasado muy rápido», lamentó Agustín Romero, fan colchonero que confiaba en la victoria de los suyos a pesar de las múltiples ausencias. También era de esta opinión Tania Ortega, quien se había quedado con las ganas de conseguir la rúbrica de Simeone.

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