El listón de la salvación se eleva para la SD Huesca

Los resultados de los rivales directos de la zona baja en el final de la primera vuelta obligan a los altoaragoneses ha incrementar su rendimiento

Werner y Santamaría, durante el entrenamiento de este domingo en el IES Pirámide.
El listón de la salvación se eleva para la SD Huesca
Pablo Segura

La salvación sigue siendo posible y a eso se aferra con fuerza la Sociedad Deportiva Huesca tras su derrota el sábado en Leganés por 1-0. Una vez concluida la primera vuelta de la competición en Primera División quedan por delante otras 19 jornadas y pensar lo contrario supondría una travesía por el desierto demasiado larga y ardua. Y lo cierto es que centrándose en los números las posibilidades están ahí, aunque, eso sí, las condiciones para lograrlo se han endurecido. Si a la finalización de 2018 y con todavía dos jornadas por delante para llegar al ecuador del ejercicio la proyección de puntos y los resultados de las temporadas anteriores situaban la permanencia en la élite en una horquilla de entre 32 y 35 puntos, ahora, a tenor de los últimos marcadores de los conjuntos situados en la zona baja, el listón ha subido hasta los más de 38 puntos, si se extrapola lo sucedido hasta el momento a lo que pueda ocurrir a partir de ahora.

Es decir, el conjunto de Francisco debe agregar a su cuenta de resultados unos 28 puntos, los mismos de los que actualmente presume el Getafe, que pugna por los puestos europeos para seguir en la élite. En este sentido, la foto fija que plantea la clasificación tras la jornada 19 no es muy diferente a la de la última campaña. Entonces, Las Palmas y el Málaga empataban en el fondo de la tabla con los mismos puntos que han cosechado por el momento los azulgranas, once, y con la línea de salvación a siete puntos, ahora está a diez. Ambos resultan un mal ejemplo dado que acabaron perdiendo la categoría. El espejo positivo a este respecto es el del Granada, único conjunto en los últimos cinco cursos que logró la permanencia a pesar de ser el último a la conclusión de la primera vuelta. Los andaluces tenían entonces 14 puntos y les bastó con 35 para acabar en la 17ª posición.

Tanto la plantilla como en el cuerpo técnico son escurridizos a la hora de hablar de proyecciones a tan largo plazo y prefieren centrarse en el partido a partido. Aunque, a tenor de sus últimas declaraciones, se ha extendido en el interior del vestuario un convencimiento común de que hay que fortificar El Alcoraz como primer paso para pensar en crecer en la tabla.

No en vano, al calor de su afición han recabado siete puntos y solo han perdido uno de sus últimos cinco compromisos, frente al Real Madrid. La situación cambia drásticamente cuando tienen que hacer las maletas. Como visitantes no sacan nada positivo desde la segunda jornada. La primera prueba para esta conjura es toda una piedra de toque, el Atlético de Madrid, que se presentará en la capital oscense el próximo sábado a las 18.30.

Ahora bien, para entender el presente y preparar el futuro conviene echar la vista atrás. ¿Cómo ha llegado hasta aquí el Huesca? En su primer curso en Primera División los azulgranas, una vez que ya se han enfrentado a todos sus rivales, suman once puntos con un balance de dos victorias, cinco empates y once derrotas. Han cantado 17 goles, un valor bajo, pero dentro de los parámetros que manejan sus contrincantes más cercanos, y ha recibido 35, lo que implica una media de casi dos por actuación. Se puede objetar que el 8-2 sufrido frente al Barcelona desvirtúa los datos, pero también es verdad que hasta el día de hoy uno de los debes se encuentra en que nunca ha dejado su portería a cero.

Dos entrenadores se han sentado en el banquillo oscense. El elegido para el desembarco en la cumbre del fútbol español fue un debutante, Leo Franco. El exguardameta logró que el equipo tomase la línea de salida con mucha fuerza ganando al Eibar, empatando con el Athletic e incluso adelantándose en el Camp Nou, pero a partir de la goleada en la ciudad condal el rendimiento cayó en picado. En los siguientes cinco partidos solo se pudo sumar un empate ante el Girona (1-1), aunque más que los resultados, lo que propició el argentino tuviese que abandonar el cargo tras la jornada ocho fueron las sensaciones que el bloque transmitía sobre el césped.

Con Francisco

Francisco Rodríguez tomó a continuación las riendas. Son ya once compromisos ligueros los que lleva como azulgrana y su marca es de seis puntos de 33 posibles. Más que los marcadores, el mismo motivo que dejó fuera a Franco es el que mantiene al almeriense, las sensaciones. El fútbol de los altoaragoneses ha mejorado notablemente y ahora son capaces de plantar cara a todos sus rivales. La ansiada victoria, en el inicio de 2019, frente al Betis (2-1) renovó los ánimos del bloque que ahora, y aún a pesar del tropiezo con el Leganés, se ve capaz de remontar la situación.

Para ello se ha considerado necesario realizar cambios en la plantilla. Ya han hecho las maletas oficialmente Sastre, rumbo a Chipre, y Gürler, de vuelta a Turquía, y oficiosamente Semedo, que no regresó de las vacaciones de Navidad. Presumiblemente, no serán los únicos. Ahora, con el número de futbolistas limitado, lo que apremia es la llegada de refuerzos.

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