Cruel derrota del Huesca en Valencia

El conjunto aragonés cae con un gol de Piccini en el tiempo añadido y pierde un partido en el que mereció puntuar e incluso pudo ganar.

Francisco Rodríguez, técnico de la SD Huesca.
Francisco Rodríguez, técnico de la SD Huesca.
Salvador Sas/EFE

Un gol del Valencia en el tiempo añadido emborronó la postal navideña del Huesca, que hunde sus botas un poquito más en la nieve del descenso tras caer en un partido en el que no solo mereció puntuar, sino que incluso pudo ganar. Antes del gol terminal de Piccini en el minuto 93, tanto Longo como Ferreiro, que estrelló un balón en el larguero en el minuto 88, bien pudieron haber rubricado el triunfo aragonés. Cierre lleno de paradojas, con una cruel derrota como epílogo del 2018, el año más brillante en la historia del club altoaragonés, con su ascenso a Primera.

Todo fue tan contradictorio en Valencia como esta mañana anterior a Nochebuena en Mestalla, con sol acaramelado y hasta banda de música. Solo faltó echarse algún punto al cuerpo antes de comerse una paella en la orilla del Mediterráneo. Apenas pudo hacer lo segundo el Huesca, que entre festejos, entre visitas a los mejores rincones de España, no suma a domicilio desde la Semana Grande de Bilbao, allá en agosto. No es casual la presencia en el precipicio. Eso sí, mejor este abismo, el del cielo, que el del infierno.

En su búsqueda de la identidad que ya ha encontrado como local (he dicho identidad, no victorias...), Francisco le dio otra vuelta al equipo en Valencia. No se corta un pelo el técnico andaluz. En su persecución de la competitividad, se atrevió a cambiar hasta al portero. Jovanovic y su guitarra ante el Villarreal se quedaron en el banquillo. Werner ni viajó… En este Huesca en el que hay que rezar en cada aproximación del rival, en Mestalla apareció Santamaría. Tres porteros antes del meridiano de la competición. Santamaría se comportó este domingo como un campeón, pero el dato es delator.

La valentía mostrada por Francisco para tomar decisiones en la gatera no se plasmó inicialmente sobre el terreno de juego. Repitió el 1-4-1-4-1 que tanto nos gustó ante el Villarreal, el mismo dibujo que impresionó a todo un Real Madrid. Pero el fútbol lo encarnan los jugadores no los esquemas. El mismo esqueleto que encorrió al Villarreal, el que asustó al Madrid, se encogió de salida ante el Valencia. Musto, el punto sobre el que debía articularse el organismo futbolístico en el centro del campo, fue en verdad un tercer central, junto a Etxeita e Insua. Miramón en un costado y Akapo en el otro. Por delante de Musto, muchos metros para que Melero continuara portando la empanada y para que Rivera inventara algo, con Moi Gómez y Ferreiro agitando las alas. Arriba, el Cucho contra todos.

Mandó el Valencia en el inicio. Aunque saltara al campo como decimocuarto clasificado, tienen un señor equipo. Su entidad la reflejan hasta sus bajas: Gabriel Paulista, Kondogbia, Coquelin, Guedes, Gameiro… Sin esas estrellas, el once de Marcelino sigue siendo de asustar. Si además le entregas el balón, las opciones de rascar son escasas. Con metros, Parejo y Wass pudieron tocar en el medio. Soler y Cheryshev también llegaron por las bandas. Hasta se atrevió Piccini por el callejón derecho. Qué decir de Rodrigo y Santi Mina arriba. Un equipazo.

Quizá por su talento, quizá por el repliegue del Huesca, quizá por las dos cosas, el peligro llamó a la puerta aragonesa desde el pitido inicial. Santi Mina, Cheryshev, Rodrigo… El Huesca solo acumulaba hombres en su parcela. No presionaba, no daba dos pases seguidos, llegaba tarde a todo… El gol solo era cuestión de tiempo. De poco tiempo. Para más inri, llegó en un contrasentido más. Miramón, el hombre más regular del Huesca en este curso, en su intento de evitar un saque de banda, posibilitó el ataque valenciano, continuado por Rodrigo y rematado con un tiro cruzado de Parejo desde dentro del área.

En desventaja en el marcador, Francisco echó al monte a su equipo. El Huesca se creció cuando se vio abajo en el tanteador. Jugó con más fe, con más frescura. Intentó tocar, consiguió hilar, tejer. No le hizo un traje al Valencia porque el Valencia no solo tiene calidad arriba, sino también atrás, pero qué cerca estuvo... Muy bien este nuevo Huesca tras el 1-0.

Todo el mundo habla de que los de Marcelino solo han marcado 13 goles, solo uno más que el Huesca, mínimo goleador de la competición. Pero nadie dice que el Valencia solo ha encajado 13, solo uno más que la mejor defensa, el Atlético de Simeone (12). Que un defensa que no cuenta para Marcelino, como Murillo, acabe de firmar por el Barça lo dice todo. Y dice algo bueno del Huesca: que supo crear peligro, que asustó, que incluso pudo voltear el marcador. La tuvo Melero, que estrelló el empate sobre el cuerpo de Neto. También lo intentó Cucho. Y Melero, que esta vez se dejó caer en el área. Con la playa tan cerca y con la buena mañanita que hacía, pareció un piscinazo.

El partido se abrió todavía más en la reanudación. El peligro visitó las dos áreas. Pudo abrochar el resultado el Valencia. Pero también pudo empatar el Huesca. Incluso ganar. Sí, en serio, pudo ganar el Huesca en Mestalla. Parejo, Cucho, Rodrigo… De cabeza, con el pie, con todo… Se adivinaba, pero no llegaba el gol. Soler estuvo a punto de rubricar la victoria valenciana, impidiéndolo un paradón Santamaría. Sin embargo, el propio Soler posibilitó la igualada del Huesca, al cometer un absurdo penalti sobre Cucho Hernández. En el borde del área, sin posibilidad de disparar... Todo un regalo de Soler. Lanzó perfectamente el Cucho, cambiando el tiro que ejecutó la semana pasada ante el Villarreal. El tanto llegó tras un grave error rival, pero a fe que lo había perseguido el Huesca, mucho más ofensivo tras la salida de Longo por Melero.

Soler pudo desquitarse de la pifia, pero apareció Santamaría, otra vez muy seguro. Longo intentó estirar el equipo, pero falló como una escopeta de feria a apenas cinco minutos del final, al dejarse caer en el área cuando se encontraba solo ante Neto. También estaba Cucho aguardando. Ni disparo ni pase a Cucho. Fatal. La fatalidad engordó al estrellar Ferreiro un balón en el larguero en el minuto 88. Y todavía más, con un gol del Valencia en el tiempo añadido. Piccini, defensa derecho, se incorporó al ataque y remató con la zurda. Cruel derrota. Cruel final para el año más maravilloso del Huesca.

FICHA TÉCNICA

Valencia CF: Neto, Piccini, Garay, Diakhaby, Gayà, Wass (Bathsuayi, 75), Carlos Soler, Parejo, Cheryshev, Santi Mina (Ferran Torres, 70) y Rodrigo.

SD Huesca: Santamaría, Jorge Miramón, Insua, Etxeita, Akapo, Musto (Sastre, 86), Rivera (Juanjo Camacho, 88), Moi Gómez, Melero, (Longo, 67) Ferreiro y Cucho Hernández.

Goles: 1-0, min. 25: Parejo. 1-1, min .71: Cucho Hernández, de penalti. 2-1, min. 93: Piccini.

Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a Santi Mina, Cheryshev, Garay, Rodrigo, Gayá, Carlos Soler y Piccini; y a Insúa, Longo y Rivera.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 17 de Primera División. Se jugó en Mestalla. 36.500 espectadores.

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