"No se puede hacer más para conseguir una victoria o un empate. Estamos intentando todo lo posible para sacar adelante esta situación, y no tenemos la fortuna que deberíamos tener". Las declaraciones tras el partido en Valencia de Akapo manifiestan la sensación de impotencia que se siente en el vestuario de la Sociedad Deportiva Huesca. Como en tantas otras ocasiones, como ante el Levante, el Getafe, el Villarreal o el Real Madrid, por poner ejemplos, el equipo abandonó el terreno de juego con el sentimiento de haber obtenido menos de los merecido, con la idea de que el fútbol le debe algo al Huesca.

Algo de eso hay, pero cuando se llevan 16 jornadas de Liga sin ganar, una cuenta que sube hasta 18 si se suman los dos encuentros de la eliminatoria copera con el Athletic, también conviene mirar hacia dentro. No en vano, pocas cosas le quedan ya por probar a Francisco, que ha empleado en los nueve compromisos ligueros que lleva al frente de los altoaragoneses a los 23 jugadores que componen su plantilla. El último, Roberto Santamaría, que partía al inicio de la temporada como el tercer portero y cerró el año sobre el césped de Mestalla firmando una meritoria actuación.

A mediados de noviembre, el técnico almeriense se fijaba como objetivo llegar al parón de Navidad con al menos quince puntos. Ese era el deseo, la realidad dicta que son los colistas, que tienen ocho puntos y que la salvación está a otros tantos.

Con el nuevo año llegará el mercado invernal, que en El Alcoraz se viene esperando desde hace tiempo. De hecho, en la Junta General de Accionistas del pasado viernes se llegó a reconocer que se habían equivocado en tres o cuatro incorporaciones. Una mejor situación en la tabla hubiese sido más seductora para atraer refuerzos de entidad, pero aún así llegarán. Por el momento, el primer movimiento ha sido la renovación de Ferreiro hasta 2021.

En la plantilla hay dos fichas libres y dos posiciones que, a no ser que la actuación de Santamaría haya hecho cambiar de opinión, se entiende prioritarias reforzar: un portero y un delantero. El principio y el fin de un equipo sobre el campo. También gustaría traer un lateral izquierdo, dado que Brezancic, el único jugador puro para esa demarcación que queda tras la lesión de Luisinho, tan apenas cuenta y que el que está actuando en esa banda, Akapo, en principio debería hacerlo por la derecha. E igualmente no se haría ascos a reforzar cualquier otra posición.

Ello implicaría la salida de miembros actuales de la plantilla, algo que también va a suceder con casi total seguridad. En la rueda de prensa previa al desplazamiento a Mestalla Francisco ya dijo que aquellos que cuenta con menos minutos son los que están en la cuerda floja. Así, Werner, cedido por el Atlético de Madrid, se encuentra en una situación delicada. Su trayectoria ha sido la inversa a la de Santamaría, comenzó el curso siendo titular, luego pasó al banquillo y ya son tres las jornadas que lleva sin convocar.

Otra pieza con el interrogante es Gürler. El extremo se incorporó este verano como el fichaje más caro de la historia de la entidad y con el cartel de ser internacional con Turquía, en cuya liga había marcado la campaña anterior doce goles. Sin embargo, no termina de cuajar. El Bursaspor estaría interesado en repatriarlo en forma de cesión, aunque él ya ha manifestado en medios de comunicación otomanos que su intención es permanecer en Huesca, a no ser que llegue una oferta de un grande de aquel país.