El vestuario del Huesca se agarra a su buen juego en El Alcoraz

Ha estado tan cerca en tantas ocasiones que al final tiene que caer de maduro por su propio peso. Los jugadores de la Sociedad Deportiva Huesca confían en festejar pronto su primera victoria del curso en El Alcoraz, hay premura para lograrlo y para ello la siguiente oportunidad es mañana en la visita del Villarreal a las 18.30. "Es un rival de nuestra liga y tenemos que ganar sí o sí", manifestó este viernes Lluis Sastre ejerciendo de portavoz de la plantilla.

El equipo echa cuentas y ve como con un poco más de suerte ante su afición podría haber retenido unos cuantos puntos más de los tres que ha conseguido. Empató a uno con el Girona en un partido en el que ambos conjuntos marcaron de penalti y en el que Melero estableció las tablas. El mismo resultado se vivió ante el Getafe, aunque en este caso Jorge Molina aguó la fiesta en el descuento. Y también se registró un marcador equilibrado con el Levante en un duelo en el que los de Francisco se adelantaron dos veces.

Si de la Liga es de lo que se habla, dejando a un lado el 0-4 de la Copa del Rey ante el Athletic, solo en una ocasión han perdido por más de un gol de diferencia; fue en la visita del Espanyol (0-2). En el resto de careos el pitido final ha venido acompañado de un 0-1. Así ocurrió con el Rayo Vallecano, la Real Sociedad y el Real Madrid. "En los últimos partidos en casa nos estamos mereciendo la victoria, nos está faltando algo de fortuna en los momentos decisivos, pero tenemos que intentar dar un plus y así los resultados llegarán", expuso convencido el centrocampista, quien, a tenor de esto, cifró en "cinco o seis puntos más" los que debería amasar ahora mismo el equipo.

Sastre apeló a ese buen fútbol que viene practicando el Huesca, pero no escondió que "hay que hacer lo posible por sacar los tres puntos, aunque sea jugando peor". Faltan dos encuentros para finalizar 2018, la llegada del ‘submarino amarillo’ y la visita al Valencia, y el objetivo es alcanzar el mercado de invierno con opciones reales de salvación para optar a buenos refuerzos, de ahí el calificativo que el de Binisalem da al próximo compromiso: "Es una final".

Esto mismo, por ejemplo, ya se había dicho de la visita del Levante, tres jornadas atrás, pero el paso de los partidos y la situación en la que llegan los dos contendientes han dotado al envite de mayores urgencias. No en vano, los azulgrana, colistas a siete puntos de la salvación, se ven las caras con el conjunto que marca ahora mismo esa permanencia. Es decir, una victoria podría acercar a cuatro puntos el sueño de seguir en Primera División y una derrota, lo alejaría a diez. "Es un partido importantísimo contra un rival directo en el que si conseguimos ganar veríamos las cosas de otra manera y en el que si salimos derrotados, todo estará más negro", subrayó, aunque apuntó que "aún queda mucho y la liga todavía puede dar varias vueltas".

De la misma opinión, a buen seguro, son también en Villarreal. Los castellonenses iniciaron el curso con las miras altas, pero ahora mismo no pueden dejar de mantener la vista baja. Javier Calleja ha dejado su sitio a Luis García Plaza, lo que convierte casi en una incógnita el rival con el que se van a encontrar los azulgrana, tras el debut el jueves del nuevo técnico ya con victoria por 2-0 sobre el Spartak de Moscú en la Europa League. "Estamos a la expectativa porque tienen un entrenador nuevo y no sabemos cuál será su forma de trabajar", comentó Sastre quién califico a los de amarillo como "un equipo para estar arriba".

Quizá esa sea una de las características de la presente temporada; todo parece estar más igualado. "Hay rivales que deberían estar en la zona baja que ya tienen bastantes puntos, muchos de ellos contra equipos importantes", valoró y por ello cree que en casa "hay que hacerse fuerte" si quieren "llegar vivos al tramo final de la temporada".