La racha más negativa de la SD Huesca

La trayectoria de 14 jornadas sin ganar en Liga que arrastran los altoaragoneses es la peor desde su primer ascenso a Segunda División en la 2008-09.

Etxeita se lamenta de una acción en el partido contra el Real Madrid.
La racha más negativa de la SD Huesca
Pablo Segura

El 19 de agosto queda ya muy atrás en el tiempo, para encontrarlo hay que echar prácticamente cuatro hojas atrás en el calendario y 14 jornadas en la Liga. La Sociedad Deportiva Huesca se impuso a domicilio en aquel veraniego día al Eibar por 1-2 en el que suponía su debut en Primera División. Fue una tarde para el recuerdo y la esperanza que por desgracia ya no se ha vuelto a repetir. Los errores puntuales en unas ocasiones, los aciertos de los rivales en otras y más de una vez la mala suerte han contribuido a perpetuar una racha de diez derrotas y cuatro empates que ha anclado a los azulgrana en el último puesto de la clasificación y alejado la salvación a siete puntos. Desde que el club altoaragonés ascendió a Segunda División por primera vez en 2008, no había vivido una concatenación igual de resultados.

Lo más similar se puede encontrar, precisamente, en aquella campaña inicial en la categoría de plata. Entonces, fueron diez los encuentros que se intercalaron entre una victoria y la siguiente. La principal diferencia, al margen de que durase cuatro partidos menos, fue que ésta llegó hacia el final de la competición cuando la permanencia estaba más que encarrilada. De hecho, antes de atascarse a partir de la jornada 30, los de Antonio Calderón eran novenos con 43 puntos, doce más que el Alavés, que marcaba el descenso. Tras cuatro empates y cinco derrotas, se volvió a ver la luz con un 3-0 sobre el Sevilla Atlético. Al final de la campaña, el Huesca acabó ocupando la 11ª plaza.

Un curso después, la mala racha se acortó en un encuentro, los nueve que van entre la segunda cita de la Liga y la décima. La cosecha fue de cinco puntos y el equipo se situó en la zona de descenso. Sin embargo, una semana después consiguió un triunfo de esos que suponen un cambio de dinámica, del mismo tipo que Francisco y los suyos andan persiguiendo. Llegó a El Alcoraz el Hércules, gallito de la competición que acabaría ascendiendo, y regresó a Alicante con un 1-0.

También son notorios los periodos de malos resultados registrados en la 2011-12 y en la 2012-13, ambos en  Segunda División y en tramos del calendario muy similares. En el primero, la victoria inicial no llegó hasta la jornada seis, un 0-1 con el Córdoba. Fue un oasis dentro de un desierto. El siguiente marcador favorable sería ya en la jornada quince, un 2-0 frente a Las Palmas. Enrique Hernández ya llevaba por entonces siete actuaciones en el banquillo oscense una vez que hubiese tomado el testigo de Ángel Royo. A partir de entonces el Huesca se entonó y acabó ganándose el derecho a seguir en la categoría, algo que no ocurrió en el ejercicio siguiente.

Entonces, de nuevo con Antonio Calderón como responsable técnico, no se arrancó mal. Tras cinco compromisos, los azulgrana acumulaban ocho puntos, eran séptimos y acababan de golear al Lugo con un 2-4. Ya no volvieron a ganar hasta la jornada 14, en la que vencieron al Guadalajara 2-1. Tres puntos que rompieron la racha, pero que no supusieron más que un paréntesis. La siguiente sonrisa hubo que esperar seis partidos para encontrarla de nuevo en los jugadores. Por el camino, dos puntos, la caída de Calderón, la interinidad de Royo y la llegada de Jorge D’Alessandro. Tres entrenadores en una misma temporada suele ser un mal síntoma y en este caso se cumplió, el Huesca cayó a Segunda División B.

En los dos años que duró la estancia en el fútbol de bronce, la racha más negativa se produjo en el curso 2014-15 entre la jornada 19 y la 22. Sin embargo, no impidió que se acabase festejando el ascenso.

En la 2015-16, en tres ocasiones hubo que superar una trayectoria de cinco encuentros sin conocer la victoria. La primera no se saboreó hasta la jornada seis (0-1 con el Mallorca). Entre la 12 y la 16 lo único que se llevaron a la boca los altoaragoneses fue un 1-1 con el Córdoba. Luis García Tevenet hizo las maletas y el sustituto fue Juan Antonio Anquela. Su desembarco tuvo un buen efecto inmediato con una victoria sobre el Villarreal en la Copa del Rey (3-2) y otra en la jornada 17 con el Almería (1-2), intercaladas, eso sí, por un tropiezo con el Mirandés (1-2), pero una vez que a la aspirina se le acabó su efecto efervescente, el de Linares tardaría otros cinco envites ligueros en volver a ganar.

Hace dos campañas, con el mismo protagonista en el banquillo, el atasco se produjo entre las jornadas 19 y 24. Y ya la temporada pasada Rubi vivió su momento más delicado entre el 16 de febrero y el 16 de abril, dos meses sin triunfos, que no lograron desviar al Huesca de su trayectoria hacia el ascenso.

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