Gonzalo Melero vestirá la camiseta del Villarreal, que pagará por él 5 millones la próxima temporada, y se desvive por lucir la azulgrana en el presente. El capitán de la Sociedad Deportiva Huesca se reflejará en su futuro más inmediato este domingo en El Alcoraz después de haberlo hecho con su pasado frente al Real Madrid. La temporada del centrocampista, marcada por una pubalgia que le ha dejado fuera del equipo durante casi dos meses, se adentra en un periodo crucial ahora que puede ejercer de líder en el conjunto de Francisco Rodríguez.

El madrileño apunta a mantenerse en el once esta jornada y después de haber ofrecido un buen rendimiento ante el conjunto blanco. Sustituyó a Aguilera tras su lesión a los 18 minutos y configuró un eficaz triángulo junto a Christian Rivera y Moi Gómez en la medular al que el técnico andaluz dará continuidad contra el ‘Submarino Amarillo’. Por el rendimiento de los tres futbolistas y por las bajas de Aguilera y Musto. La otra opción para esta línea del campo la representa un Lluís Sastre que, de momento, tiene menos peso para Francisco.

No está siendo un año sencillo para Melero, que solo ha estado disponible para el actual entrenador en dos citas de la Liga; la que supuso el debut de Francisco, con el Espanyol, y el pasado domingo. La pubalgia que ha afectado al pivote exigía una serie de cuidados y precauciones que sumaron al criterio del técnico: quería a un Melero repuesto al cien por cien puesto que se trata de un tipo de dolencia muy molesta y los jugadores son proclives a recaer si no se encuentra bien curada. Tampoco quería que el jugador actuase infiltrado.

Así, entre la atención de los servicios médicos y un técnico inflexible se han evitado males mayores. Melero pudo reaparecer antes de uno de los primeros plazos estimados y que miraba a comienzos de 2019. Lo hizo en el partido de Copa ante el Athletic en El Alcoraz. Jugó los 90 minutos, lo que pudo sorprender a más de uno tras un tiempo tan acusado de inactividad y con la eliminatoria sentenciada desde la ida. Sin embargo, hay una explicación: las pubalgias recomiendan para dar continuidad a la recuperación del futbolista una actividad física continuada. La situación del madrileño pedía minutos y los tuvo.

Sin embargo, partió en el banquillo ante el Real Madrid porque Francisco prefirió una figura de corte más defensivo como la que representa Aguilera para complementar a Rivera y Moi Gómez. La entrada de Melero no descompuso esta idea inicial, sino que dotó de nuevos bríos a la apuesta de la Sociedad Deportiva Huesca. Y, además, actuó medicado porque había sufrido un esguince de tobillo en la primera acción del duelo con el Athletic, al devolver una pelota atrás en un salto. En el entrenamiento de este miércoles, hacia la mitad de la sesión, se ha ido a completar la jornada a las instalaciones de El Alcoraz y el pasado lunes no trabajó junto a sus compañeros.

Autor de 17 goles la pasada campaña, por ahora solo luce en su estadística el que marcó al Girona de penalti. Solo ha podido participar en nueve de los 17 compromisos oficiales del conjunto azulgrana y se fichó a Rivera porque representaba un perfil similar al del mediocampista criado en la Fábrica blanca y por el que el Villarreal llevaba meses suspirando. Ahora, Melero y Rivera pueden complementarse en el once y contribuir a que el Huesca emerja del fondo de la clasificación.