El Huesca se pierde en Mendizorroza

Un error escolar del defensa Semedo condena al conjunto aragonés en el campo del Alavés

El centrocampista del Huesca Moi Gómez, el defensa del Deportivo Alavés Manu García, el defensa del oscense Carlos Akapo, y el delantero argentino del equipo vasco Jonathan Calleri (i a d) durante el partido correspondiente a la décima segunda jornada de Liga de Primera División disputado hoy en el estadio Mendizorrotza de Vitoria.
El centrocampista del Huesca Moi Gómez, el defensa del Deportivo Alavés Manu García, el defensa del oscense Carlos Akapo, y el delantero argentino del equipo vasco Jonathan Calleri (i a d) durante el partido correspondiente a la décima segunda jornada de
EFE/David Aguilar

Más que perder, se perdió el Huesca en Mendizorroza, que parece lo mismo pero no es igual. Allí cayó el conjunto aragonés, condenado por una pifia monumental de su defensa central Semedo, que sirvió en bandeja al delantero rival Rubén Sobrino el balón que significaría el tanto del triunfo vitoriano. Gol y tres puntos para el Alavés de Abelardo, que supera la cota histórica en que lo instaló Mané en 2002. Se sentó a comer como tercer clasificado de la Primera División, con 23 puntos, solo superado en la tabla por el Barça y el Atlético de Madrid. Todo a base de rigor posicional, capacidad competitiva y minimizar errores, concepto este último que no metaboliza el Huesca. Por eso mora en las alturas el Alavés. Por eso el Huesca se muestra incapaz de escapar del sótano clasificatorio, con apenas seis puntos.

Lo mejor (y lo peor) es que el Huesca mejoró actuaciones pretéritas. Mejoró porque parece haber encontrado un estilo (1-5-4-1) y unos hombres con los que desarrollarlo. Esto es lo bueno. Lo malo, que esta mejoría no se trasladó numéricamente ni al marcador ni a la clasificación. Progresa el equipo, pero sufrió una nueva derrota, y ya van once partidos sin ganar. La evolución con Francisco solo ha dado para facturar un punto de los 12 disputados como inquilino del banquillo. Algo hemos mejorado, reitero. Imagínense cómo estábamos con Leo Franco...

Venía el Huesca de completar ante el Getafe su mejor actuación en Primera. A Francisco no le gustó el maldito gol de Jorge Molina, pero sí le agradó su equipo. Por eso repitió el esquema y los futbolistas que lo encarnaron, a excepción de Etxeita, ausente por lesión. En su lugar debutó Pablo Insua. Con Jovanovic consolidado en la vigilancia de los tres palos, el eje defensivo lo integraron Semedo con la escolta de Insua y Pulido. Jorge Miramón tapó y estiró la banda derecha, mientras Akapo intentaba cerrar la banda izquierda. En el medio, Musto y Moi Gómez poblaban el redondel, con Serdar Gurler y Ferreiro intentando habilitar los callejones y/o conectar con Cucho Hernández, llanero solitario en el territorio foral alavés.

Al bravo equipo albiazul, como reza su himno, ese bloque robusto edificado por Abelardo, le plantó cara el Huesca en un arranque prometedor. Serdar Gurler fue el primero en quebrar el bostezo mañanero con una llegada en el minuto 10. Segundos después, al saque del córner forzado por el turco, la bola le llegó a Moi Gómez en situación óptima. Le pegó con toda su alma Moi, que rompió la pelota. Si le hubiera pegado algo más blandito, quizá habría asegurado una mejor colocación.

El Alavés se desperezó de forma progresiva. Manu y Darko elevaron la temperatura del centro del campo, entrando en ebullición Ibai Gómez y Joni por las bandas. Así comenzó a generarse peligro en las proximidades de Jovanovic, amenazado por el ariete Borja. La gravedad del asedio vitoriano creció cuando en el minuto 23 Insua comenzó a dolerse del aductor. Mala suerte, Pablo. Mala suerte, Huesca. De inmediato fue relevado por Brezancic. Además de esta sustitución, Francisco cambió también a media defensa, pues Brezancic se situaría en el lateral izquierdo, trasladándose al centro Akapo.

La alteración defensiva del equipo azulgrana (aunque ayer vistió de negro el Huesca), la rentabilizó el Alavés. En ese momento nos acordábamos de Insua. Y de Etxeita. Y de Gonzalo Melero. Y del Chimy Ávila. Hasta de Luisinho. La clasificación del Huesca también se puede argumentar desde su enfermería. El que mejor supo glosar la nueva narración del encuentro fue Ibai Gómez, que encontró la autopista vasco-aragonesa en el peaje que custodiaba Brezancic. Primero asistió a Ximo, después alimentó a Joni. El gol se mascaba, aunque paradójicamente llegó en el otro portal, cuando Moi armó con la zurda un disparo pegado al palo de Sivera. Ajustado, pero parable. Y casi lo para Sivera. He dicho casi… Es decir, a la jaula. Gol. 0-1.

En inferioridad en el marcador, apareció el mejor Alavés. El que se crece ante la adversidad, el que no pierde en su madriguera desde hace siete meses, el que se deja la vida hasta el final. Lo demostró ante el mismísimo Real Madrid. También ante el Huesca. Ibai Gómez continuaba subiendo por su banda derecha. Así, en el minuto 40, en una rosca exquisita del susodicho, Joni firmó el empate con un remate de cabeza.

Agradeció el descanso el Huesca, muy exigido por un enérgico Alavés en el primer acto. Regresó al ruedo algo más intenso el conjunto altoaragonés. Saltaban chispas en la zona ancha, pero el peligro de descarga eléctrica vasca era sensiblemente menor sobre el área que cuidaba Jovanovic. Abelardo le intentó poner las pilas a su equipo y al cuarto de hora apretó el interruptor de Rubén Sobrino en lugar de Borja Bastón. Mientras, el Huesca seguía a su marchica, sudando la gota gorda en defensa y llegando con intención en jugadas de estrategia.

Apenas había noticias sobre el césped, hábitat ideal para rascar algún punto donde casi nadie rasca. Enorme currada defensiva aragonesa. En este contexto favorable, llegó Semedo y confundió Mendizorroza con el patio de un colegio. El central le donó el balón a Sobrino para que fusilara a Jovanovic. El delantero agradeció el obsequio y rubricó el tanto y el triunfo. En la jugada solo faltó la musiquilla de Benny Hill... Gol de broma, de chiste. Pero cuidado, que esto es muy serio. Por esa acción se perdió ayer. De traca.

Entraron Gallar y Longo para intentar levantar a un Huesca aniquilado por su central. Todavía se escuchaba el eco de los aplausos dedicados a Ibai en su sustitución cuando un despeje de verbena de Semedo pudo aumentar la cuenta local. Longo también estuvo cerca igualar cuando ya el Huesca solo defendía con cuatro hombres e incluso con Semedo subiendo a rematar en la portería contraria. La presencia de Semedo siempre trae peligro... Lo malo es que no solo en la portería rival, sino también en la propia...

Ficha técnica

Alavés: Sivera; Ximo Navarro, Laguardia, Maripán, Martín Aguirregabiria; Ibai Gómez (Burgui, 78), Darko Brasanac, Manu García, Jony (Dani Torres, 86); Borja Bastón (Rubén Sobrino, 62) y Calleri.

Huesca: Jovanovic; Miramón, Pulido, Semedo, Insúa (Brezancic, 23), Akapo (Longo, 80); Serdar Gurler (Álex Gallar, 72), Musto, Moi Gómez, Ferreiro; y Cucho Hernández.

Goles: 0-1, min. 35: Moi Gómez. 1-1, min. 40: Jony. 2-1, min. 68: Rubén Sobrino.

Árbitro: Munuera Montero (Comité andaluz). Amonestó a los locales Ximo Navarro, Sobrino y Maripán; y a los visitantes Semedo, Musto, Akapo y Cucho.

Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de Primera División, disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante 18.437 espectadores.

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