Un pasado reciente de gloria y un presente recargado de ilusión se dan la mano este domingo en el estadio de El Alcoraz (18.30). Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, el entrenador que condujo a la Sociedad DeportivaHuesca hasta Primera División, retorna a la que fuera su casa la pasada temporada a los mandos del RCD Espanyol y lo hace justamente en el debut del nuevo responsable técnico azulgrana, Francisco Rodríguez. Más allá de esta coincidencia, que otorga un cariz especial a la cita liguera, para los anfitriones los puntos que se disputan sobre el tapete altoaragonés son de alta trascendencia. Ganar para escapar del fondo de la tabla clasificatoria. Ganar para elevar la confianza del vestuario. Ganar por fin en El Alcoraz. Los enemigos directos del Huesca aprietan y el único modo de alterar la tendencia actual es asestar un golpe al campeonato en forma de victoria. Sería de mérito, puesto que su rival en esta tarde de domingo es uno de los equipos de moda en el arranque del campeonato.

Después de un inicio esperanzador, con el triunfo en Eibar y el empate en Bilbao contra el Athletic, la segunda mitad en el Camp Nou frente al Barcelona sacudió los cimientos que estaba intentando armar Leo Franco y su cuerpo técnico. A partir de ahí, el progresivo descenso en juego y resultados fue minando la autoestima de la plantilla y, a su vez, generando un capítulo de dudas hacia la figura del preparador argentino que creció en amplitud a medida que se diluyó ese patrón observado en la puesta de largo de la histórica temporada del estreno en Primera. Sin rumbo. Sin ideas. Sin voracidad. Sin alma. El Huesca, que tímidamente había renacido en la segunda mitad contra el Girona, mostró su peor cara en Valladolid y el consejo de administración de la entidad oscense decidió que era el momento de buscar otro director de orquesta.

El almeriense Francisco Rodríguez asumió el control, en período de entreguerras debido al parón por los duelos internacionales. Han sido unos días cargados de intensidad en los que el primer responsable del banquillo, junto a sus lugartenientes, ha tratado de insuflar energía y aportar conceptos futbolísticos que sirvan para despertar al alicaído conjunto altoaragonés. Porque la liga de Primera División no espera a nadie. Y menos a un recién ascendido que debe multiplicar hasta el infinito sus fortalezas para contrarrestar el mayor potencial de la práctica totalidad de sus oponentes. Que es difícil, está claro; que no es imposible, también. De hecho, en el presente ejercicio las sorpresas se están convirtiendo en una seña de identidad del campeonato, en anteriores temporadas poco dado a los resultados atípicos.

Ahora el Levante es capaz de vencer en el Santiago Bernabéu, el Deportivo Alavés se acuesta líder en una jornada 9 o el Leganés doblega al Barcelona en su estadio. Por una parte esta perspectiva motiva al Huesca que, de otra, es más consciente del trayecto que necesita para alcanzar la deseada permanencia en la máxima categoría. Si los enemigos íntimos han logrado obtener puntos frente a los que apriorísticamente debían golearles, es de obligado cumplimiento para los azulgranas redoblar los esfuerzos para limar las distancias. Y todavía con más ahínco en El Alcoraz, donde el Huesca no ha obtenido hasta la fecha la victoria en los tres partidos que ha jugado.

Tampoco el Espanyol ha saboreado el triunfo a domicilio. Por eso los de Rubi, intratables en casa, buscan hoy la primera muesca del curso. El favoritismo es suyo, puesto que visitan la guarida del colista de la clasificación dentro de las posiciones europeas.

Pretende eliminar pronto Francisco ese yugo en su vestuario. Lo quiere hacer «con valentía desde el equilibrio», empleando una fórmula similar a la que preparó Rubi en el Huesca durante su inolvidable año. Ambos son técnicos similares en cuanto a la idea de juego, si bien en estos momentos el factor anímico juega en contra de los aragoneses. De ahí que hallar el camino de la victoria sea vital. Por cuestiones numéricas y por aspectos intangibles. Al final la combinación de todos los ingredientes es la que debe configurar un Huesca diferente al de sus últimas apariciones. Estirar su vida en Primera depende de ello.

Sin lateral izquierdo disponible

El primer once de Francisco, el que sacará hoy, cuenta con un matiz importante: no existen laterales izquierdos disponibles por las lesiones de Brezancic y Luisinho. Para resolver el entuerto tiene varias posibilidaes el preparador andaluz. La más lógica es la de que continúe Miramón en la derecha y Akapo se aposte en el flanco izquierdo, a pierna cambiada. Además, en las últimas jornadas de entrenamiento el grupo ha trabajado casi al completo, algo que no ha sido así la mayor parte de los días para Francisco, debido a los contratiempos físicos y la ausencia de los cuatro internacionales. El que llegó más tarde, el colombiano Cucho Hernández, habrá acumulado cansancio, pero ha regresado pletórico tras debutar con la absoluta anotando dos goles. Como adolece del fin definitivo el Huesca desde hace varias jornadas, el delantero cafetero apunta a estar en la formación titular. Si se sitúa en el ala derecha, con Longo de referencia ofensiva. Y en la medular el regreso de Melero se antoja precipitado. Sea con el madrileño o no en el campo, en la sala de máquinas estará la clave: anular a Marc Roca y elevar la capacidad de creación.

- Alineaciones probables:

Huesca: Jovanovic; Miramón, Etxeita, Semedo, Akapo; Aguilera, Musto; Gallar, Moi Gómez Ferreiro; y Longo o "Cucho" Hernández.

Espanyol: Diego López; Javi López, David López, Mario Hermoso, Dídac; Darder, Marc Roca, Granero; Baptistao, Sergio García y Borja Iglesias.

Arbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro).

Estadio: El Alcoraz.

Hora: 18.30.

Huesca: Jovanovic; Miramón, Etxeita, Semedo, Akapo; Aguilera, Musto, Cucho Hernández, Moi Gómez, Gallar y Longo.

Espanyol: Diego López; Javi López, David López, Mario Hermoso, Dídac; Darder, Marc Roca, Granero; Baptistao, Sergio García y Borja Iglesias.

Arbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro).

Estadio: El Alcoraz.

Hora: 18.30.