Vitamina Francisco

El nuevo técnico de la SD Huesca ya inculca sus principios a los futbolistas, a los que debe reanimar en lo táctico y lo mental

El nuevo técnico se emplea con intensidad durante los entrenamientos con la SD Huesca.
El nuevo técnico se emplea con intensidad durante los entrenamientos con la SD Huesca.
Rafael Gobantes

Sometido a los exiguos plazos de una pretemporada heterodoxa, Francisco Rodríguez sabe que la afinación de la plantilla de la Sociedad Deportiva Huesca para que suene al son que marque el técnico almeriense exige una implicación absoluta desde el primer momento. Y si ayer fue el día de las presentaciones, esta mañana en el Instituto Montearagón se han remarcado varios de los principios que rigen el credo del nuevo entrenador azulgrana. Ante todo una energía contagiosa, que se transmite entre sus pupilos y que hace que todos se sientan igual de motivados e importantes.

En un plazo brevísimo de tiempo se ha dejado atrás el luto por la salida de Leo Franco y las sombras por la difícil situación deportiva se tratarán de exorcizar con mucho trabajo y un aprovechamiento cabal de los recursos de que dispone el andaluz a la espera de que lleguen los necesarios refuerzos. El tiempo vuela y la fecha que marcará su estreno, el domingo 21 de octubre frente al Espanyol de Rubi, se encuentra a la vuelta de la esquina. Francisco ha llegado al club en pleno paréntesis y, a la vez, sabedor de que hay una ingente labor por delante.

No hay día que perder y traza estrategias para ganarse al vestuario desde todos los flancos. Desde luego con el anímico. El Huesca empieza de cero en pleno mes de octubre y esta máxima se aplica entre los futbolistas. Por supuesto, con mención especial para aquellos que contaron poco para el anterior entrenador y que aspiran a sentirse una parte útil del grupo. Juanjo Camacho, Pablo Insua, Axel Werner o Samuele Longo han sido unos de los futbolistas sobre los que se ha depositado la atención del nuevo cuerpo técnico durante unos ejercicios de centros al área, regates y lanzamientos a portería.

Para Francisco todos son iguales. Y el almeriense se emplea en mantener alta la moral de todos con una implicación máxima en todos los ejercicios. Frente al perfil más observador de Leo Franco, quien en los entrenamientos reservaba la mayor parte de la responsabilidad al explicar los ejercicios a sus ayudantes, Francisco se expresa alto y claro. Sabe que ha heredado una plantilla alicaída y quiere transmitirle un mensaje claro desde el primer minuto. A falta de que la próxima semana se adentre en cuestiones tácticas y traslade a los jugadores su querencia por el sistema 4-2-3-1, les insiste en que han de hablar entre ellos para que no se den desajustes sobre el terreno de juego.

La comunicación es tan elemental en un equipo de fútbol, considera Francisco, como encontrar líneas de pase claras, asociaciones que permitan acceder con ventaja numérica a los dominios del rival. El técnico quiere un Huesca dinámico, que no se pierda en una secuencia de pases improductiva y que dé los dos o tres toques necesarios para quebrar los mecanismos de defensa del contrincante. En este sentido, los jugadores han asumido pronto estos postulados y esta mañana predominaban los rostros de concentración, de estar atentos a lo que explicaba el míster.

Por todo ellos reina en el Huesca un ambiente de renovación, de aire fresco que echa a los escombros del pasado los ritmos fúnebres del pasado más reciente, con los jugadores carcomidos por los malos resultados y un entrenador superado por los acontecimientos y abocado a un desenlace esperado. Francisco se ha rodeado de colaboradores que marcan su territorio. Como el preparador físico, Sergio Pardo, quien para empezar les ha diseñado un pequeño circuito para calibrar esfuerzos tras un tramo inicial de carrera continua.

El anterior cuerpo técnico había diseñado una semana de entrenamientos con descanso el sábado y el domingo que Francisco va a respetar. De hecho, se ha adelantado el comienzo del entrenamiento media hora para que los futbolistas dispusiesen de ese breve lapso para añadirlo a su tiempo libre. Lejos de sucumbir a la creencia de que la situación exigía más trabajo durante el fin de semana, el andaluz cuida asimismo el descanso de un plantel que regresará el lunes con la cita del 21 de octubre entre ceja y ceja, el comienzo de una ilusión nueva.

Sastre, con molestias en los abductores

Las ausencias también marcan el inicio de la era Francisco, que ha completado el entrenamiento de esta mañana en el Instituto Montearagón con apenas 15 futbolistas disponibles. A las bajas de aquellos convocados por sus selecciones nacionales (Jovanovic, Akapo, Gürler y Cucho) se suman durante estos primeros días las de Melero y Gallar, que siguen arrastrando molestias físicas y se han quedado en el gimnasio a las órdenes del recuperador Víctor Escamilla.

Al margen de Luisinho, el otro jugador con problemas ha sido Lluís Sastre, que se ha retirado de la sesión con molestias en los abductores y después de haber sido atendido in situ por los servicios médicos. Así, y sin recambios de la cantera, el entrenador se ha quedado con lo puesto para continuar con una labor que se ha prolongado por espacio de casi dos horas y que ha concluido con un partidillo. La plantilla azulgrana retomará el trabajo el lunes a la vez que recupera efectivos de manera paulatina.

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