Leo Franco se sentará en el banquillo de la Sociedad Deportiva Huesca este domingo ante el Girona (12.00), pero nadie garantiza su continuidad después de esa fecha. Las cuatro derrotas consecutivas y la imagen decreciente que ha mostrado el equipo azulgrana desde el comienzo del curso preocupan en la entidad, que valora la hipotética destitución del entrenador como un posible freno a la crisis que se inició con el 8-2 del Camp Nou. De hecho, ya ha entablado conversaciones con otros técnicos por si el rendimiento que se muestre con el equipo catalán no diese lugar a otra salida o por si se prescinde del exguardameta más adelante.

Fuentes de la entidad aluden, en primer lugar, al «respeto» por la labor que está realizando hasta la fecha Leo Franco; a la vez, consideran como «un proceso natural e inteligente» la valoración «realista» de la situación deportiva en el periodo de reflexión abierto tras la derrota de este martes en el Wanda Metropolitano (3-0). Y este análisis incluye el mantenimiento de contactos con entrenadores que estarían dispuestos a asumir las riendas del Huesca en un futuro más o menos próximo. El club no quiere que se produzca una salida drástica del argentino sin contar con una alternativa sólida.

Uno de esos nombres es el del Juan Ignacio Martínez, más conocido como JIM y con quien responsables de la parcela deportiva mantuvieron un encuentro el pasado martes en Madrid. Martínez fue destituido hace unos días en el Meizhou Meixian Techand chino y atesora experiencia en Primera División en clubes como Levante, Valladolid y Almería. La nómina de preparadores sin equipo cuenta con una oferta variada e interesante: nombres como los de Pepe Mel, Juan Carlos Unzué o Enrique Martín Monreal, entre otros.

En todo caso, la cita con el Girona se antoja decisiva para Leo Franco. Los azulgranas aspiran a recuperar las sensaciones perdidas en el último mes, tanto en dos salidas tan inasequibles como las de Barcelona y Atlético de Madrid como en los decepcionantes partidos en El Alcoraz ante Rayo Vallecano (0-1) y Real Sociedad (0-1). Al margen de la situación en la tabla, empujada además por las reacciones que han experimentado en las últimas jornadas Valladolid y Leganés, preocupa la imagen de abatimiento que transmite el cuadro oscense cuando todo está aún por decidirse.

El Huesca se ha ido deteriorando de manera gradual y esta semana se le ha sumado la gravísima lesión de Luisinho. La baja del portugués, que estará fuera de los terrenos de juego durante unos seis meses, abre la posibilidad de que el club azulgrana incorpore un futbolista si se da la baja federativa al luso. La opción más lógica es la de fichar a otro zaguero, pero la entidad estudia ir más allá y tratar de que recale un delantero o incluso otro portero. Al margen de Luisinho, la plantilla cuenta con dos huecos más que también podrían taparse con jugadores que se encuentren sin equipo antes de que se abra el plazo invernal en enero.

La gestión de sus activos por parte de Leo Franco genera dudas, con situaciones como la del centro del campo o la elección de los futbolistas de ataque entre las cuestiones centrales. Por ejemplo Gürler, el fichaje más caro de la historia del club y que solo ha disputado 118 minutos este campeonato.

La situación del argentino encuentra dos precedentes antagónicos. Ángel Royo, una apuesta por alguien de la casa, fue destituido tras la sexta jornada de la temporada 2011-12 con un idéntico bagaje de cuatro puntos; por el contrario, Onésimo sobrevivió en la 10-11 a un comienzo con dos puntos de 18 posibles y terminó cerrando el curso más brillante de la entidad hasta entonces.