Medio siglo en construcción

El Alcoraz se inauguró el 16 de enero de 1972 y su coste casi aboca al club a la desaparición años más tarde. El estadio vivirá el viernes un reestreno de Primera.

Un operario trabaja en las obras originales de El Alcoraz antes de su inauguración el 16 de enero de 1972.
Un operario trabaja en las obras originales de El Alcoraz antes de su inauguración el 16 de enero de 1972.
SD Huesca

El nuevo y remozado estadio de El Alcoraz presentará dentro de tres días una imagen a la altura del reto que representa el salto a la Primera División. En realidad, no ha dejado de adaptarse a los tiempos desde su estreno, el 16 de enero de 1972. Más de 7.600 personas asistirán el viernes por la noche al debut en casa ante el Rayo Vallecano; será la penúltima versión de un campo que seguirá creciendo si la aventura en la máxima categoría perdura en el tiempo. Una posibilidad que no cabía en la cabeza de los pioneros que apostaron por levantarlo hace casi medio siglo.

Por delante de todos ellos José María Mur, presidente azulgrana desde 1967 y quien al frente de una junta directiva ambiciosa y con visión de futuro atisbó la necesidad de contar con un nuevo estadio que respondiese a las necesidades de la entidad tras la remodelación de la Tercera División. Ubicado en el espacio donde se libró en 1096 la batalla del Alcoraz por la reconquista cristiana de la ciudad entre las tropas del rey Pedro I de Aragón y las del musulmán Al-Musta ‘in II, se estrenó en una jornada lluviosa y con una victoria azulgrana por 2-1 sobre el Deportivo Aragón.

El Huesca dejó atrás los campos de San Jorge y La Cabañera para contar con una instalación de titularidad propia y aceptar el desafío de una categoría que contaba con clubes de la talla de Valladolid, Osasuna, Salamanca o Tenerife. Ese mismo curso se acabó bajando a Preferente después de una dramática promoción ante el Guadalajara que dejó en las taquillas, al menos, una recaudación de 700.000 pesetas. Más alegre fue la consecución, en 1974 y en el mismo escenario, de la Copa de España de aficionados y el único título nacional hasta la fecha al imponerse al mismo equipo del estreno, el filial del Real Zaragoza, por 3-0.

José María Mur recuerda que "cuando hicimos el campo tenía 30 años y mucho dijeron que era un iluso y un soñador. Cuando se levantó El Alcoraz se pagaron todos los impuestos municipales". El volumen de la obra terminó pasando una terrible factura que casi termina con la Sociedad Deportiva Huesca. Con el paso de los años se llegó a acumular una deuda de 50 millones de pesetas salvada por el denodado esfuerzo de las consecutivas directivas y juntas gestoras. Se llegaron a suscribir títulos para los socios por valor de 10.000 pesetas de las de 1984, cuando esta situación provocó la salida del estadio a subasta y se libró del embargo gracias al empuje de un centenar de abonados que salvó a la entidad de un futuro muy incierto.

El nuevo siglo llevó consigo reformas paulatinas. Primero tímidas, como la propiciada por el partido de la selección sub 21 ante Grecia en junio de 2003 y después más profundas a raíz del ascenso en 2008. Incluyeron la ampliación y reforma de la tribuna central, la edificación de la cubierta en General, la sala vip, palco, sala de prensa, vestuarios, oficinas y banquillos. Un anticipo del lavado de cara que asombrará al mundo a partir del viernes.

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