Cucho Hernández: "El que juegue en el Huesca nunca puede darse por vencido"

El delantero colombiano analiza su trayectoria como azulgrana. Se siente comprometido con la ciudad y el club y está seguro de que desde la unión lograrán la permanencia.

El jovencísimo delantero Juan Camilo 'Cucho' Hernández posa junto a uno de los vehículos que utiliza el Huesca diariamente para el traslado de material.
El jovencísimo delantero Juan Camilo 'Cucho' Hernández posa junto a uno de los vehículos que utiliza el Huesca diariamente para el traslado de material.
Heraldo

Juan Camilo Hernández, bajo el sobrenombre de Cucho, irrumpió con una fuerza desmedida en su llegada a Europa. El Huesca fue la puerta de entrada para un futbolista que con solo 18 años asombró a propios y extraños en una temporada pasada mágica que concluyó con el ascenso azulgrana a Primera División. El huracán colombiano azotó la categoría de plata y ahora, 14 meses después de su establecimiento en el Alto Aragón, mantiene su empeño en seguir rompiendo moldes. Con una madurez impropia para su edad, tanto dentro como fuera del verde, Cucho Hernández muestra una total seguridad en que el Huesca logrará un nuevo éxito: la salvación en su estreno en lo más alto.

¡Con solo 19 años y dónde ha llegado ya usted!

Contento por todo lo que estoy viviendo. Es un sueño lo que ha sucedido hasta el momento. Lo que venga en adelante será todavía más grande, con mucho trabajo y esfuerzo como ha sido siempre.

Cualquier historia tiene un punto de partida. ¿Cuál fue el suyo?

Desde que salí del vientre de mi madre. El primer año mis padres me regalaron pelotas de fútbol, uniformes de equipo. De muchos equipos, pero que me acuerde del Real Madrid y Boca Juniors.

¿Dónde anotó sus primeros goles?

En el Indubolsas, un equipo de mi ciudad, Pereira. Desde los 5 a los 15 años estuve ahí, pasando directamente al equipo profesional, el Deportivo Pereira.

Con 16 años asombró por su capacidad goleadora.

Hice 21 goles y quedé goleador de la Segunda de Colombia. Entonces fue cuando me compraron de aquí de Europa. Y aquí estamos.

Ya estaba usted fichado por el Watford cuando apareció en el Sudamericano Sub 20.

Sí, sí, ya lo estaba.

Después pasa al América de Cali, un histórico. He leído muchas críticas al que era su DT (técnico), porque los aficionados aseguran que no le dio suficiente bola.

Respondí entonces y sigo respondiendo: me faltaron oportunidades en el América. Es un club grande y se sabía que iba a estar a préstamo solo seis meses. Tal vez por esa razón no confío mucho en mí. Pero siempre que me puso respondí, hasta jugar los dos partidos en cuartos y semifinales.

¿Cómo se produce su fichaje por el Huesca?

Había acabado mi contrato con el América y tenía varias opciones de Segunda aquí. Pero en la que más ganas sentía hacia mí era la del Huesca. Emilio Vega, el director deportivo, fue muy importante. Pujó siempre para que viniera. Son cosas de Dios. Pasó como tenía que pasar y aquí estamos haciendo historia en este gran club.

Era difícil imaginar el pasado verano que pasara lo que pasó.

No se lo imaginaba nadie. Cierto que en la temporada anterior se hizo una gran campaña y se llegó al ‘play off’. Pero después de eso, al irse el cuerpo técnico y alguna figura decían que iba a ser casi imposible superar eso. Yo soy una persona con mucha fe e ilusión y no me gusta pasar por los sitios sin dejar huella. Creo que hasta ahora lo he hecho bien.

Sí, un poquito puede ser.

Creo que un poquito ya sí (ríe). Va para algunos años que me recuerden aquí en Huesca y estoy feliz. La mejor sensación fue ver disfrutar a la gente. Es el premio más grande.

La historia del ascenso del Huesca es muy bonita. Un equipo humilde que lucha contra gigantes y los derrota.

Nos dimos cuenta de que había mucha calidad y nos sacamos de la mente lo de ser un equipo chico. Al principio el objetivo era la permanencia, pero viendo el nivel que teníamos nos ilusionamos con la primera vuelta. En la segunda se nos complicó más.

Se les juntaron muchas lesiones, entre ellas la suya. Le tocó ver la cara B del fútbol.

Sí. Fue un momento muy difícil, el más difícil de mi carrera. Venía a un gran nivel y una lesión que te saca siete semanas te toca emocionalmente. Gracias a Dios estaba con mis padres aquí y me ayudaron mucho. Quería volver siendo el mismo y lo conseguí, para ayudar al equipo a lograr el ascenso.

¿Cómo es posible que un chico de su edad refleje tanta madurez dentro y fuera del campo? Explíqueselo a esos niños que quieren ser como usted, porque es un caso anormal tanta precocidad.

Soy consciente. Pero esto viene desde siempre. Desde los 5 años que empecé a jugar he tenido mucha personalidad. Fui capitán del Deportivo Pereira con 16 años, algo que no se ve todos los días. Todas esas experiencias me han ayudado a adquirir esa madurez.

En su ciudad es un ídolo, es una gran esperanza para su país y en Huesca, no hay ni que decir lo que es usted. ¿Cómo se asume esa fama y mantener la calma?

De verdad que es complicado. Hemos visto muchos casos que te pasa a la cabeza y te estancas o algo malo sucede. Ha sido muy importante mi familia. Mi padre con sus consejos y yo que sé de donde vengo. Vengo de cosas difíciles en Colombia. Si preguntas a jugadores que vienen de países como el mío, la mayoría vienen de abajo, de familias con escasos recursos. Es que si estás abajo trabajas el doble para conseguir lo que quieres. A mí me ha tocado vivir asesinatos. Debajo de donde vivía vendían la droga. Todo eso tuvo que pasar para ahora estar aquí. Me alegra muchísimo haber salido muy bien de esa situación.

Desde luego que ha salido muy bien. De hecho, a los 19 años ya tiene su primer gol en Primera. Además, en el Camp Nou.

Me hubiera gustado que el final fuera diferente, pero era el Barcelona. Con el 0-1 me emocioné demasiado. No lo puedo describir. Espero seguir marcando.

Vaya 14 minutos con ese 0-1 en el marcador, aunque duró poco.

Hasta el 3-2 en el minuto 45 teníamos mucha ilusión. Cualquiera no sale al Camp Nou con ese atrevimiento. Eso sí, cuando sales así te puede pasar lo que pasó.

¿Pecaron ustedes de ser demasiado valientes?

Exacto. Fue la clave del partido. Ellos al 3-2 al entretiempo salen enojados. No es habitual. En la segunda parte salimos a por el empate y a por algo más y dejamos espacios. Si se los dejas a esos jugadores, te corren.

De todo se aprende.

Claro. No pasa nada. Es un top 3 de los mejores equipos del mundo. Hay que tomarlo como aprendizaje y los partidos que vengan con similitud saber cómo afrontarlos.

Ahora toca estrenar el nuevo Alcoraz. Imagino que las ganas son muchas.

Por supuesto que sí. Hay muchas ganas de escuchar el himno y la cancioncita que suena siempre. Tenemos una gran ilusión. Que pasen rápido estos días. Es nuestra liga. En casa hay que tomarlo como obligación el sacar los tres puntos.

Cuando imagina el final de la temporada para el Huesca, ¿cómo lo visiona?

El año pasado no imaginaba mucho y pasó todo (sonríe). Ahora es otro nivel y el objetivo está claro, es la permanencia. Es muy difícil pero confío mucho en mi equipo y sé que lo lograremos

Y para su temporada, ¿qué imagina?

Yo me acuesto y sueño haciendo goles. Me planteo metas, como el pasar de los diez goles. Pero lo más importante es ayudar al equipo. No puedes poner por delante lo individual. Esa es la clave del Huesca, que somos una familia. Lo que hemos conseguido ha sido juntos.

Cuando se habla de usted como una de las posibles revelaciones del campeonato, ¿qué siente?

Que te vean con esos ojos, que tu talento puede explotar en una de las dos mejores ligas del mundo... la gente espera mucho de ti y hay que trabajar el doble para demostrarlo.

También para entrar en la selección absoluta de Colombia. Le escuché comentar hace unos días que esperaba estar en la última convocatoria.

Sí que lo esperaba. Contra el Eibar y el Athletic jugué muy bien. Pero nada, a trabajar el doble. Los próximos amistosos son en octubre y ahora apunto a ello. No hay nada mejor que representar a tu país.

Si está pronto en la selección será buena noticia para el Huesca.

Es que anímicamente pasaría a otro nivel. Eso también beneficiaría al grupo.

¿Qué le dice a usted el lema del club, el fieles siempre sin reblar?

Cuando llegué lo de fieles siempre lo entendía pero yo no sabía que era reblar. Me explicaron que era sin parar y esa frase define lo que es el club, por los aficionados, la directiva, los jugadores.

Da la sensación que los futbolistas lo han interiorizado.

Es que el que venga aquí lo tiene que plasmar. Estoy hablando como si llevara cinco años en el Huesca, pero es que con uno es suficiente para entender la filosofía de la ciudad y del club. Es muy linda. El que juegue en el Huesca tiene que comprometerse 100% con esto y nunca darse por vencido.

¿Qué va a significar siempre para usted Huesca y el Huesca?

Me hice un tatuaje de la fecha del ascenso. Es algo que no imaginaba ni en mis mejores sueños. Pase lo que pase a Huesca y el Huesca los llevaré siempre dentro de mí, en una parte de mi corazón. Aunque pasen los años seguramente nos iremos encontrando. Guardo demasiado cariño a la gente de Huesca y del club porque me dieron una oportunidad enorme que cualquiera no me hubiera dado sin tener un nombre en España. Muy agradecido por eso.

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