La fugaz adaptación de Musto

El mediocentro argentino debutó en España y en el Huesca con una sólida actuación en Eibar. No pudo disputar amistosos por una sanción por dopaje que acabó el día 16.

Damián Musto, a la izquierda de la imagen, corriendo en el entrenamiento de este jueves del Huesca junto al balear Lluís Sastre.
Damián Musto, a la izquierda de la imagen, corriendo en el entrenamiento de este jueves del Huesca junto al balear Lluís Sastre.
Rafael Gobantes

Carácter, poderío terrestre y aéreo, sentido táctico, intuición, anticipación, intensidad. Damián Musto escenificó en Eibar, en unos pocos minutos, algunas de las cualidades que reflejaba su hoja de servicios al incorporarse a la Sociedad Deportiva Huesca este verano cedido desde el Club Tijuana. Las últimas referencias hablaban de un centrocampista defensivo y con personalidad, que había enseñado también con celeridad sus altos dotes de liderazgo en Méjico, acompasando el fútbol de trinchera y el buen manejo de la pelota. La realidad en el alumbramiento del jugador argentino en la liga española y en el Huesca no desmintieron los informes acumulados por la dirección deportiva azulgrana; al contrario, su fugaz adaptación al medio en Ipurúa, en el estreno poniéndose la camiseta oscense, no hace sino asentar la candidatura de Musto para jerarca de la zona medular del once de Leo Franco.

Al nuevo entrenador enseguida le sedujo su compatriota. Las virtudes como futbolista y el lado humano del ya experimentado deportista de 31 años. Un flechazo en toda regla. Tal fue el influjo que le concedió la titularidad en Eibar sin haber disputado un solo minuto en pretemporada. Naturalmente no lo disputó por imposibilidad legal, no por un Leo Franco que le ha dado galones a Musto desde el minuto cero del mediocentro argentino en competición.

Por el momento, en el debut el jugador agradeció la confianza del preparador azulgrana con una sólida actuación personal dentro de un prometedor encuentro en su conjunto del Huesca. Dada la premura en aceptar el desafío, ahora el ex de Rosario Central y Olimpo tendrá que continuar subiendo la escalera del rendimiento para proyectar en su esplendor al jugador que se intuye. Es lo que tiene debutar de ese modo. Si das un notable el siguiente paso debe ser buscar el sobresaliente. Lo que está claro es que no es nada fácil lo que logró Musto en Eibar: el ofrecer un nivel tan destacado en lo deportivo y en lo emocional cuando no te has vestido de futbolista para un encuentro desde el mes de enero.

Entonces conoció el centrocampista sudamericano el alcance del castigo impuesto por «el consumo involuntario de dos diuréticos que no están permitidos», reflejó el propio jugador en su presentación como azulgrana. Fue en el último choque con Rosario. Seis meses estaría apartado por dopaje del momento cumbre en la actividad del futbolista, de los partidos. El 16 de agosto era la fecha fijada para su vuelta.

Ya en diciembre había tenido conocimiento Musto del positivo, como también un River Plate que había dejado atado su fichaje y decidió desecharlo por no poder vestirle de ‘millonario’ inmediatamente. «Fue algo incómodo, duro al principio, gracias a Dios quedó en el pasado. Es una presión extra para poder rendir y poder demostrarle a todos que uno está a la altura», recordó Musto en su puesta de largo en el Huesca.

River Plate seguía tras sus pasos. Y no era el único de los grandes clubes argentinos en seguirlos. Pero el jugador se decidió por aceptar la propuesta del Huesca, en donde aterrizo pregonando uno de sus grandes lemas como futbolista. «El esfuerzo no se negocia», apuntó. En base a ello y unas buenas condiciones técnicas, el presente acaba de escribir una primera página en positivo de la historia de Damián Musto y la Sociedad Deportiva Huesca. Ambas partes comparten hoy día pensamiento: que continúen sin freno los relatos eficientes.

Segunda experiencia en Europa

La de Huesca es la tercera experiencia de  Musto lejos de Argentina y la segunda en la vieja Europa. Para datar la primera hay que remontarse a la temporada 2010-11, cuando el mediocentro con pasaporte italiano, entonces de 23 años, se sumó al Spezia Calcio de la Segunda División transalpina. Llegó procedente del Tucumán y estuvo una campaña, pasando después al Olimpo. El curso anterior militó en el Club Tijuana de Méjico.

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