Saman Ghoddos no quiere jugar en la Sociedad Deportiva Huesca, que puede quedarse sin el mundialista iraní pese a que la pasada semana viajó a Huesca para superar el reconocimiento médico y firmó un acuerdo de vinculación con el club. Lo hará -o eso pretende- en el Rennes francés, dispuesto a pagar a su actual equipo, el Östersunds, 3,5 millones de euros para incorporarlo de manera inmediata. Una situación sorprendente puesto que la operación estaba muy avanzada y los aragoneses contaban con el futbolista para el inminente estreno en Primera División este domingo ante el Eibar en Ipurúa.

En el Huesca cunde la extrañeza y, a la vez, la tranquilidad porque considera que los derechos federativos sobre el futbolista le amparan para que recale en la plantilla que dirige Leo Franco. Si no fuese así, el acuerdo contempla el pago de una indemnización por parte del club sueco; si este se negase, la entidad valora acudir a la propia FIFA para dirimir la cuestión. En cualquier caso, la dirección deportiva estudia alternativas a su fichaje.

La clave del rumbo tomado por la historia reside en que el Östersunds ha desechado el punto de encuentro que había alcanzado con el club oscense y que asimismo existía entre el Huesca y el jugador de 24 años, que manejaba a la vez ofertas potentes del fútbol francés (el Rennes disputará la Liga Europa y es un habitual de las competiciones continentales) y se despidió del equipo sueco este fin de semana marcando un gol y dando una asistencia en los 15 minutos que jugó el delantero.

Su intermediario en España ha sido Quique Pina, empresario y representante que fue detenido en enero de este año en el marco de una operación contra el blanqueo de capitales en el fútbol. Pina también ejerció de enlace en el fichaje del turco Serdar Gürler e incluso publicó la pasada semana en su perfil de Instagram imágenes en las que aparecían Ghoddos, el presidente de la SD Huesca, Agustín Lasaosa, y el director general, Josete Ortas, durante la firma del contrato. Pina ya ha borrado esas instantáneas de su cuenta personal.

El equipo aragonés confiaba en que la operación llegase a buen puerto pese a las declaraciones del presidente del Östersunds, Daniel Kindberg, quien explicó que el atacante había gozado de permiso para viajar a Huesca y desarrollar una toma de contacto con el club oscense pero que, en ningún caso, lo tenía para firmar un acuerdo de vinculación y que, en todo caso, no recalaría en El Alcoraz. En realidad, el beneplácito entre los dos clubes estaba sellado.

Tras el choque ante el Kalmar, Ghoddos confirmó a los medios locales que su salida a la Ligue 1 era inminente y que Rennes era el destino elegido. “El Rennes es un gran equipo de una buena liga y es una buena oportunidad, así que depende de mí. Estoy muy contento y muy feliz”, señaló. El internacional iraní aseguró, asimismo, que en su viaje a España “no se cerró ningún acuerdo”.

Con las dificultades aparecidas con Ghoddos, el Huesca ha incrementado en los últimos días su interés por otro punta y por Álvaro García, extremo del Cádiz por el que también suspiran clubes de Primera División como el Rayo Vallecano o el Girona. Su cláusula de rescisión es de 8 millones de euros y ni los azulgranas ni el resto de pretendientes contemplan si quiera acercarse a esa cifra. En el club amarillo asumen que el destino del futbolista es salir y tratarán de tensar la cuerda hasta el final del mercado veraniego, el 31 de agosto, para concretar la operación más lucrativa posible para sus intereses. También se persigue la incorporación de un tercer portero.