Un duelo de mayor exigencia para subir las prestaciones

El Huesca se enfrenta en Tudela al Eibar (19.00) en un amistoso entre equipos de Primera en el que los oscenses quieren lavar su imagen tras el 1-5 ante el Numancia.

El técnico Leo Franco observando en la banda durante la sesión de ayer, con Chimy Ávila de espectador en el Instituto Montearagón.
El técnico Leo Franco observando en la banda durante la sesión de ayer, con Chimy Ávila de espectador en el Instituto Montearagón.
Pablo Segura

La derrota ante Osasuna (0-1) y fundamentalmente la goleada encajada ante el Numancia (1-5) han elevado la importancia del encuentro de este sábado en Tudela (19.00). Allí, en la localidad navarra, la Sociedad Deportiva Huesca se encontrará con otra Sociedad Deportiva, la de Eibar, uno de los clubes que más ha inspirado a los altoaragoneses en su subida al cielo. Ahora, alcanzado el estatus de Primera, el Huesca desea imitar la trayectoria del equipo vasco, que está preparando su quinto curso consecutivo en la máxima categoría. Pero eso es ya una historia a largo plazo. El presente, envuelto en un asfixiante calor, marca una necesidad para los azulgranas: darle la vuelta a la imagen ofrecida contra el Numancia en el quinto duelo preparatorio del trayecto de aclimatación hacia la liga. Será el primero ante un enemigo de la misma división con el que pronto se verán las caras los altoaragoneses en el campeonato liguero.

Porque dentro de quince días, el 19 de agosto, el Eibar recibirá la visita del Huesca al estadio de Ipurúa, testigo del estreno oscense en Primera y, por tanto, un partido que accederá directamente a los grandes hitos acumulados por el club en los últimos tiempos. Unos tiempos de felicidad y fervor social, de orgullo colectivo entre los aficionados y la población por lo que ha conseguido una entidad alejada de los focos durante su trayectoria vital y que en el 2018 es sin duda uno de los equipos de moda del fútbol español.

Si otros lo habían hecho, ¿por qué el Huesca no iba a ser capaz de hacerlo? Leganés, Girona y Eibar. Estos tres nombres se recitaban continuamente durante el pasado curso. Eran los grandes ejemplos de que no siempre el dinero tiene la razón en el mundo del fútbol. De hecho, la tendencia en las últimas temporadas ha sido esa: clubes modestos han destrozado la lógica deportiva y económica y se han sumado a la Primera División.

El Huesca de momento intenta prepararse del mejor modo posible para el asalto a una temporada sin parangón. Por eso en el vestuario azulgrana no han parado de repetir el mensaje en los últimos días: lo del amistoso contra el Numancia no se puede repetir. Cinco goles ante un rival ahora de rango inferior escocieron bastante. Y para que ese picor no vaya a más, para que no surjan dudas antes de que la pelota ponga puntos en juego, la idea en Tudela contra el Eibar es elevar las prestaciones y volver a casa con un subidón moral en lugar de hacerlo entre lamentaciones.

Más allá del resultado, lo que busca el Huesca en la ciudad navarra es ir encontrando palpitaciones positivas. Se puede perder, pero hay formas de hacerlo. Al fin y al cabo en los preparativos del curso oficial el marcador es secundario. No lo son las formas.

Además, el acople de las nuevas piezas, que son multitud en el caso del Huesca, se ejecuta con mayor precisión desde la victoria. Lo mismo puede decirse del cuerpo técnico que capitanea Leo Franco. Las conclusiones para ellos son independientes al marcador de turno, pero de puertas para adentro no es igual analizar una derrota que un triunfo. Se trata de generar sensaciones positivas y descargar de presión a todos los que componen el vestuario azulgrana.

Este sábado en Tudela no participarán el delantero Chimy Ávila y el defensa central Insua, ambos por motivos físicos. Sí que podrá estar el ariete Cucho Hernández y el extremo Álex Gallar, quien valoró ayer la calidad del rival a batir, el Eibar, de cara a "una preparación de primer nivel, con una exigencia alta".

Otro asunto a comprobar en tierras navarras es si ambos entrenadores, Leo Franco y Mendilíbar, hacen alguna probatina por su enfrentamiento en la primera jornada de liga o deciden esconder todas sus cartas. "No sé como lo afrontarán ellos. El mero hecho de enfrentarnos en quince días es una anécdota. Los entrenadores tienen cada uno su método para afrontar estos partidos que casualmente se repiten en poco espacio de tiempo", opinó Gallar. En todo caso lo que sí que podrá hacer el cuerpo técnico del Huesca es una labor de ‘scouting’ in situ. El estudio del Eibar, primer rival liguero, se producirá este sábado frente a frente, sin monitores de por medio.

Tras el quinto amistoso llegarán un sexto y un séptimo, los dos durante la concentración que desde el 8 al 11 de agosto va a llevar a cabo el Huesca en Vitoria para escapar del bullicio de San Lorenzo. En la capital alavesa los azulgranas se medirán el día 8 contra el Oviedo (19.00) y el 11, en Alegría-Dulantzi, jugarán contra el Alavés (19.00).

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