El GPS, conocido por sus siglas de la terminología británica ‘global positioning system’, en castellano sistema de posicionamiento global, es la última herramienta incorporada por el cuerpo técnico de la Sociedad Deportiva Huesca. Es otro elemento tecnológico para la obtención de muchas variables entre los futbolistas y que se une al sistema Mediacoach de LaLiga para estudiar una ingente cantidad de datos propios o de los rivales y también a las ya clásicas grabaciones de entrenamientos. El Huesca, como nuevo equipo de Primera División, no quiere dejar un cabo suelto y se ha adaptado a esta última corriente futbolística del GPS.

"La idea es controlar la carga de tiempo y llevar a cabo el proceso de readaptación a los jugadores en el campo desde las variables que te ofrece el dispositivo", explica Víctor Escamilla, readaptador y miembro del cuerpo técnico más atento al manejo del GPS. Durante la sesión de entrenamiento "registra parámetros como distancia, velocidades, aceleraciones y decelaraciones... Al final se recogen y se introducen en una especie de caja que se llama ‘doc’ y que está conectada al ordenador. Descargamos la información y procesamos la sesión", detalla.

De este modo, "el día en que volvamos a hacer la misma tarea sabremos si están en los mismos valores o ha evolucionado algo", indica Escamilla, quien sintetiza su aplicación práctica: "Saber si el jugador está haciendo los esfuerzos que le corresponden según su función. Si está por encima habría que reducirle la carga o si está por debajo compensarla".

"No es el mismo esfuerzo el que hace un delantero, un mediocentro, un lateral. Por eso la idea es que trabajan como delanteros, mediocentros o laterales" puntualiza el readaptador azulgrana. Si los valores no se adaptan durante muchos entrenamientos "es un factor de riesgo de lesión".

El GPS controla además "variables como el índice de fatiga o el impacto metabólico, es decir, cómo esa carga está influyendo en su organismo", indica Escamilla.

La idea de los técnicos del Huesca es utilizar las bases de datos generadas por el GPS de los jugadores para compararlas con las del sistema Mediacoach de la Liga de Fútbol Profesional. Este es un capturador de imagen situado en todos los estadios a través de un conjunto de cámaras de 360 grados que obtienen datos de todo tipo de datos colectivos e individuales en cada partido. Al poco de terminar hay una información enorme del mismo, pero también hay muchas variables a tiempo real. "Durante el partido podemos ver en una tablet el mapa de calor de un futbolista, el posicionamiento, la velocidad, la distancia que ha recorrido, los disparos... entonces, tú en el propio descanso puedes comparar la carga habitual de un jugador en los entrenamientos", apunta Adrián Sipán, técnico asistente que aporta una observación: "Los datos son muy útiles pero sin contexto no sirven para nada. Puede ser que un jugador corra un número muy elevado de kilómetros y luego veas partidos de ese jugador y llegues a la conclusión que corre mal".

Una cuestión más visual que numérica es la que motiva que ya hace muchas temporadas sean habituales las cámaras y los trípodes en los entrenamientos, sobre posiciones elevadas. "Es una herramienta más antigua pero no menos importante. Después de las sesiones se ven detalles que se te escapan, por mucha gente que haya en el cuerpo técnico", indica Adrián Mallén, técnico de porteros y miembro del ‘equipo tecnológico’ azulgrana. A los futbolistas, que "suelen ser curiosos y receptivos", tratan de "no inundarles con los datos".

En resumen, "la tecnología es una herramienta muy útil dentro de la planificación tanto del análisis del rival como del propio", argumenta Mallén.