El Huesca trata de salir del barro que ha bloqueado su sistema de dirección en las últimas jornadas, después de acumular siete encuentros sin conocer la victoria y pasar de liderar con mano de hierro la Segunda División a ocupar el tercer puesto. Pese al descenso numérico y posicional, la cabeza no les queda lejos a los azulgranas, puesto que con 58 puntos se encuentran a la estela de los 61 con los que el Sporting y el Rayo Vallecano, al unísono, abren la procesión de la categoría de plata. Además, el Huesca tiene un partido menos, el que disputará el jueves en El Alcoraz contra el Albacete (20.00). Será el primero de los nueve que le restan para alcanzar la línea de meta de la fecha 42 de un calendario que ahora, tras superar varios tramos de alta montaña, pica hacia abajo –usando el simil ciclista– para el equipo altoaragonés.

Es ese uno de los consuelos para el Huesca, cuya programación pendiente no refleja ningún partido frente a los rivales que circulan en zona de ascenso directo o dentro del ‘play off’. A priori, palabra siempre tan engañosa en la igualada travesía de la Segunda División, de las escuadras que figuran por los pisos más altos de la tabla es la azulgrana la que cuenta con un calendario menos exigente. El Rayo, con el choque del próximo fin de semana contra el Real Zaragoza, tiene por delante un solo enfrentamiento ante los que ahora figuran arriba en posición destacada; el Sporting y el propio Zaragoza son los que más duelos de estas características deben acometer, con el Cádiz a la espera de recibir al Sporting y visitar La Romareda. Aparte del Huesca, el Numancia, sexto en discordia, tampoco cuenta con partidos a completar frente a los rivales que le preceden en la clasificación.

Los tres equipos que caminan ahora por el pórtico de entrada a la promoción hacia Primera son por rango clasificatorio los más cualificados que se cruzarán en la trayectoria del Huesca. El Granada, el Oviedo y el Tenerife, del séptimo al noveno, se presentan como las principales pruebas de nivel. El trío de potenciales candidatos a la entrada al ‘play off’ podría incluso haberse colado ya dentro cuando tengan que jugar frente a los altoaragoneses, dependiendo de lo que hagan por el camino, tanto ellos como los demás aspirantes que van a protagonizar un emocionante epílogo.

Para que esas emociones, en el caso del Huesca, aparten la negatividad y den paso a un nuevo aire de optimismo, la confrontación del jueves contra el Albacete es vital. No existe margen para más tropiezos. La pócima del ascenso directo necesita de una victoria frente a los castellano-manchegos. En primer lugar por la reactivación moral del vestuario, quebrando la mala dinámica de los resultados; en segundo, porque el acelerón del Sporting y del Rayo obliga al Huesca a una rápida respuesta para no ceder un espacio que termine siendo irrecuperable.

El lunes, contra el Barcelona B, El Alcoraz celebrará otro pasaje trascendental en el intento de refrendar su candidatura directa a Primera. Y a continuación, salida a Tenerife y encuentro en casa contra el Granada. Es decir, dos duelos frente a rivales que pretenden descabalgar a los azulgranas.

En total, de los nueves partidos pendientes cinco los jugará como local el Huesca, que aparte de Albacete, Barça B y Granada deberá recibir al Alcorcón y al Nàstic. A domicilio son cuatro los choques a disputar por el equipo de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’: después del Heliodoro Rodríguez pasará por El Arcángel de Córdoba, el Anxo Carro de Lugo y cerrará el campeonato en el Carlos Tartiere de Oviedo.

Repetición para optar a todo

Durante la primera vuelta, el Huesca obtuvo 18 puntos en esos nueve partidos que ahora marcarán su destino. La repetición permitiría a los oscenses alcanzar los 76 puntos, cifra que podría ser suficiente para el ascenso directo. Como mínimo les aseguraría sobradamente el ‘play off’ y también el permanecer en la pelea estelar hasta el último asalto.