Como una “prueba de fuego”, así describía el entrenador del Huesca, Joan Francesc Rubi, el encuentro que este viernes jugará su equipo en el campo del Valladolid. Lo hacía en la rueda de prensa celebrada este jueves en El Alcoraz, en la que admitía que el potencial ofensivo de su rival es el aspecto que más le preocupa, y que, por ello, los pucelanos serán los encargados de probar la seriedad que ha mostrado el conjunto oscense en las últimas jornadas, ya que acumula un pleno de triunfos en los cinco encuentros disputados en la segunda vuelta.

Esto ha dejado a los azulgranas en una posición privilegiada, a once puntos del 'play off', en un momento que el entrenador considera clave. “Está claro que a día de hoy todo el mundo está adelantando acontecimientos, menos nosotros. Porque nos queda todavía un penúltimo paso, que consideramos que es el más difícil. Porque una vez lo superemos, tengo claro que el último antes de nuestro objetivo, ese seguro no lo vamos a dejar escapar”, valoraba el técnico. Se refería en ese “penúltimo paso” al poder aproximarse a los 70 puntos, que acercarían un ascenso matemático.

Para ello, el equipo debe evitar tropiezos, atendiendo también a la actuación de sus perseguidores. Y en ese sentido, Rubi traslada la presión a los rivales, y se muestra confiado de la capacidad de su plantilla. “No sé si se va a dar nuestra mala racha, ni si va a haber dos equipos que vayan a ganarlo todo, porque tiene que haber dos. No se puede descartar, porque hay mucha igualdad”, apuntaba el técnico, que destacaba también la “bala en la recámara” que guarda su vestuario en el caso de que se pueda entrar en una dinámica negativa. “Hay gente que no está participando, los lesionados, que van a volver pronto porque están trabajando con mucha ilusión. Siempre tendríamos el impulso de esa gente”, puntualizaba.

Pero antes de adelantar acontecimientos, el técnico se refería a los dos importantes desplazamientos a los que tiene que hacer frente el Huesca. El de este viernes contra el Valladolid y la próxima semana contra el Rayo Vallecano se presentan como valiosísimos de cara a medir la capacidad del líder, y en los que el entrenador aspira a sacar, al menos, un buen resultado, y pode puntuar en el otro.

Rubi se refería a la visita a Pucela por ser la más inmediata. “Nuestra obligación es ir a por la victoria y vamos a intentarlo. Tienes la dificultad del escenario, del rival... pero tenemos la confianza en lo que estamos haciendo. El equipo no va a entregar el partido porque llegue con cinco triunfos, porque no piensa en lo que trae acumulado a su favor”, apuntaba el entrenador. En ese sentido, asegura ver a sus hombres muy concentrados, sin haber sido necesario dar ningún toque durante los entrenamientos de esta semana para mantener la gran intensidad, pese a que no se ha guardado descanso.

El potencial ofensivo de los vallisoletanos es lo que más inquieta al entrenador del Huesca, y más después de sus refuerzos invernales. Por eso, ve complicado que su conjunto pueda mantener la línea reciente de victorias por la mínima. “A nivel de ataque me preocupan muchas cosas. Los delanteros, el balón parado, la calidad y rapidez por bandas...”, valoraba el entrenador en la sala de prensa de El Alcoraz.

Para frenar todo ello no podrá contar con uno de los hombres clave a la hora de otorgar equilibrio al juego azulgrana: Juan Aguilera. El centrocampista será baja por sanción tras ver la quinta amarilla, y se suma a la larga lista de lesionados con la que cuentan los oscense. Pero el entrenador no teme que el equipo se resienta sin el mediocentro. “Hemos demostrado que no somos un jugador, porque todos han estado a un nivel alto en algún momento de la temporada. La baja de Aguilera es importante, pero como la serían de otros jugadores”, puntualizaba Rubi. Hacía referencia a los partidos de Numancia y Albacete en los que el madrileño tampoco estuvo, y en base a ello aseguraba que el Huesca “daría la cara”, pese a no contar con su 5.

Discrepaba el entrenador al apuntarle si había bajado algo el nivel ofrecido por su equipo en las últimas jornadas, aunque sí se habían logrado los resultados, con ese quince de quince en la segunda vuelta. “Si tú analizas el partido del otro día, no hay un jugador que no tuviera una ocasión de gol. Solo Pulido y Brezancic. Por eso yo creo que el juego está siendo muy bueno en casa. Siempre es más difícil fuera, donde nos puede faltar más contundencia. Pero creo que si el otro día en lugar de entrar solo un gol, entran tres, la lectura sería diferente”, consideraba Rubi, restando, no obstante, complacencia al discurso al decir que “lo que tampoco podemos pensar es que lo hacemos todo bien”.

El entrenador vuelve al José Zorrilla, que fue su estadio en una temporada que él mismo tildaba de complicada. “Pero siempre es especial, porque tengo gente allí a al que aprecio mucho”, concluía Rubi.