Pedro dispara la competencia

Víctor Muñoz cuenta con un amplio abanico de opciones para sus extremos tras la recuperación del alicantino

"Yo ahora solo pienso en ponerme bien físicamente y entrenar y que luego quien deba decidir que decida". Quien habla es Pedro Sánchez, extremo ambivalente del Real Zaragoza animado por su vuelta al fútbol de verdad, al de los entrenamientos diarios, al de las lesiones olvidadas. Y quien debe decidir es Víctor Muñoz, un técnico a quien con la recuperación de Pedro se le ha disparado la competencia por los extremos del equipo. Borja Bastón y Willian José son una mezcla indivisible e irrenunciable. Pero los flancos de su ataque presentan ahora, con Pedro ya disponible a expensas de que las piernas vayan ganando tono y la respiración ritmo, un catálogo de opciones amplio, variado y profundo. "Cualquier entrenador querría tener ese bendito problema. Es bueno que estemos todos enchufados y con ganas de poder rendir. Pero para eso está el técnico, él es quien decide y pone a quien entienda más conveniente", comenta Pedro Sánchez. 


El extremo alicantino arrancó la temporada como indispensable de Víctor Muñoz. Se había empapado de doctrina durante todo el verano, mientras en los despachos se buscaban futbolistas contra el reloj. Reunía aptitudes muy valoradas por Muñoz: un sacrificio defensivo innegable y recorrido para alcanzar los segundos palos del área contraria. Y así comenzó el año Pedro: indiscutible en la franja izquierda del ataque y goleador contra Osasuna. En Barcelona, se le giró la rodilla y así ha estado hasta ahora, recuperando ese esguince de ligamentos mientras el equipo se ajustaba, crecía y ganaba partidos. 


El fútbol son momentos y los momentos alejan un terreno difícil de recuperar para Pedro. En su plaza en la izquierda -aunque en Córdoba actuaba por la derecha-, ha irrumpido Eldin. El hispanobosnio es ahora una pieza vital en el esquema táctico de Víctor. Su sociedad triangular con Willian José y Borja Bastón es el respiradero ofensivo del Real Zaragoza. Eldin ha marcado dos goles y entregado cuatro asistencias. Y es la fuente principal de desequilibrio del equipo. Su diagonal aún no ha encontrado antídotos en las defensas rivales. Por ahí, Pedro tiene la puerta sellada. "No es igual entrar en dinámicas positivas que negativas. Yo intentaré ayudar al equipo en todo lo que pueda", asume el futbolista procedente del Córdoba. 


Allí, en la ciudad califal, hizo carrera en la derecha, y es en esta plaza por donde surge un posible atajo hacia el once. En ese costado, ha instalado su momento Jaime Romero. Pese a ser zurdo, Muñoz suele ubicarlo ahí, aunque con tendencia a intercambiarse con Eldin, diestro natural. Jaime ha jugado 159 minutos y solo ha sido titular una vez, hace unos días en Alcorcón. Pero la inspiración se ha apoderado de él. Ha marcado tres goles en cuatro chutes a portería y se ha especializado en marcarlos cuando los partidos más anudados están para el Zaragoza. Ese torrente de rendimiento y eficacia ha derribado de la alineación a Javi Álamo, a quien el paso de las semanas le consumió el buen estado de forma y fútbol con el que llegó a septiembre. 


De cara al próximo partido, contra el Tenerife, no se intuyen cambios reseñables en los flancos. Eldin es capital. A Jaime lo avala el presente. Álamo deberá mantenerse en la sala de espera. El canario, capitán y avalado por el entrenador el pasado verano como uno de los pilares del proyecto, deberá reencontrarse con su mejor versión. Pedro, por su parte, deberá quemar etapas con progresión, aunque con la confianza que concede que el entrenador lo entienda como uno de sus futbolistas principales. "Es una lesión que parece que estás bien, pero no es así. Las rodillas son complicadas y este tipo de lesiones hay que tomárselas con calma. Ahora, lo importante es ponerme a punto rápido", cuenta Pedro. Ahora, necesita tiempo. Y por ahí, completando, el repóker de futbolistas que pueden jugar en los extremos está Tato. Al murciano se le van dando minutos y va acumulando entrenamientos y representa otra alternativa más. Con todos aptos, Víctor Muñoz dispone de múltiples posibilidades, con unos y con otros. De todos ellos, el más fijo parece Eldin, por talento, rendimiento y recursos. Pero Muñoz tiene un abanico diverso. Tiene a Jaime como extremo puro y velocista. A Eldin como solución más asociativa, ideal para meterse por dentro. Cuenta con Javi Álamo como extremo para dar salida al juego gracias a su corpulencia y su presencia física. Está Pedro, más trabajador y dominador de la llegada. Y queda Tato, un delantero adaptable a cualquiera de las tres posiciones de la mediapunta y con pisada de área. Y todos ellos, los cinco, pueden ajustarse a cualquiera de las dos bandas, incluso los más específicos Álamo y Jaime Romero.