Huesca y Real Zaragoza, en el mismo lugar pero con sensaciones opuestas. ¿Por qué?

SD Huesca y Real Zaragoza se enfrentarán el sábado en El Alcoraz en el partido de la jornada 36 situados en el mismo nivel de la clasificación de Segunda División. Ambos equipos aragoneses suman 42 puntos a falta de solo 7 jornadas para el final de la liga. Por cuestiones de 'golaverage' puntual, dentro de un empate que incluye a un tercero, el Eldense, el duelo en campo oscense lo empezarán los azulgranas en el puesto 13º y los blanquillos en el 14º. Van de la mano.

Sin embargo, hace semanas que el ambiente, el talante dentro y en los alrededores de los dos vestuarios y entre las aficiones, es dispar, muy diferente en uno y otro lugar. En Huesca, las sensaciones se mueven hace tres meses entre el positivismo y el optimismo respecto de la situación geográfica que ha alcanzado su equipo en este tiempo. En Zaragoza, por el contrario, se vive un momento de crisis, de dudas, de miedos por el futuro del equipo en la división y se teme un posible descenso a Primera RFEF. 

¿Cómo puede ser semejante actitud analítica si la SD Huesca y el Real Zaragoza están en el mismo punto del ranquin de la liga? ¿Por qué se da esta reacción tan opuesta en uno y otro sitio si el posicionamiento en la tabla es gemelo entre oscenses y zaragozanos?

La trayectoria es la clave. El punto de origen tiene la respuesta. El modo en el que se ha desarrollado la competición en Huesca y Zaragoza explica todo de forma transparente. 

El Huesca es hoy el 13º pero viene de lo más bajo de la tabla. Y el Real Zaragoza, 'ex aequo', es 14º, pero su dinámica de rendimiento y cotización en la clasificación es enormemente descendente y ha caído a ese lugar después de haber estado en lo más alto. 

El Huesca vive la efervescencia favorable de quien se vio casi ahogado durante media temporada y ahora ha logrado huir del remolino que lleva a cuatro equipos al descenso en apenas mes y medio. Mientras que el Real Zaragoza sufre los vértigos de quien fue líder en el primer quinto del torneo, se movió en puestos de promoción de ascenso en el primer cuarto de la liga y, desde entonces, no ha parado de deteriorarse hasta acabar atascado en el barro que antecede a la catástrofe del descenso. 

Oscenses y zaragocistas circulan a la misma altura de la carrera. Pero los primeros están con la crecida anímica de quien viene remontando desde posiciones de cola y los segundos se ven angustiados por un desmoronamiento de expectativas, rentas y capacidades que dura ya casi 8 meses de deriva progresiva. Se han encontrado en la misma estación, pero cada uno viene de un lado de la vía. 

La importancia de la perspectiva en una evaluación

Los números, en este caso tan singular por sus reacciones humanas, son contundentes y dan sentido a la paradójica forma de actuar de la SD Huesca y su entorno y del Real Zaragoza y el suyo respecto de los 42 puntos y la altura de la clasificación gemela que ostentan ambos clubes en este punto de abril de 2024. 

El Huesca ha pasado 21 jornadas en posiciones de descenso a Primera RFEF. Media liga. Fueron penúltimos incluso en un pasaje muy preocupante de su trayectoria en la primera vuelta. Ahora, solo llevan 11 jornadas fuera de los cuatro últimos puestos, los que suponen en junio el cataclismo absoluto. 

En frente, el Real Zaragoza fue líder, primer clasificado, durante 6 jornadas al principio del torneo. Estuvo 7 en los dos puestos de ascenso directo a Primera División. Y, además, pisó los terrenos de la promoción de ascenso (de las 3ª a la 6ª plaza) en 4 jornadas más. Es decir, en su brillante inicio de curso, el equipo zaragocista se movió 11 jornadas en la llamada 'zona noble', la que tiene premio al final en pos de la categoría máxima. 

Tan radicalmente opuesta es la dinámica manifestada por la SD Huesca y el Real Zaragoza en la segunda vuelta de la temporada que, incluso, ese errático equipo oscense durante los primeros cinco meses de campaña ha adelantado, siquiera sea levemente, al catatónico y deteriorado cuadro zaragocista en las últimas cinco jornadas. 

Esta es la importancia de la perspectiva, ya sea personal o grupal, a la hora de dotar de valor a un objeto; una cantidad; una posición espacial, social o laboral; un rango; un aspecto material; decenas de cuestiones que afectan al ser humano. Un mendrugo de pan y un vaso de agua lo son para todo el mundo. Pero mientras para un recluso es su menú diario, para un hambriento que viene en ayunas desde hace una semana se convierten en un providencial manjar y, para un acomodado burgués, son algo accesorio y despreciable. El mendrugo son los 42 puntos. El agua, la 13ª/14ª posición en la tabla. El resto de deducciones...