Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

El Real Zaragoza y el comodín de Víctor

Víctor Fernández al final del partido Real Zaragoza - Elche del 'play off'
Víctor Fernández al final del partido Real Zaragoza - Elche del 'play off'
José Miguel Marco

Los actuales gestores del Real Zaragoza llegaron desde tierras lejanas cuando Juan Ignacio Martínez estaba en el banquillo de La Romareda, pero apostaron por Juan Carlos Carcedo para su primera temporada a orillas del Ebro; lo sustituyeron después por Fran Escribá y a este, por Julio Velázquez. Ahora, a punto de llegar a la primavera del año 2024, usarán el comodín de Víctor Fernández.

Son cinco entrenadores en menos de dos años, un registro que habla de un fracaso total al elegir el perfil de los técnicos, pero que también revela la mala confección de las plantillas que les han puesto entre sus manos. El fichaje de Julio Velázquez es, probablemente, el que más heridas deja en los responsables del club, ya que era una elección ciertamente arriesgada y ha tenido un resultado fatal. El entrenador pucelano pudo amortiguar el golpe inicial, pero se quedó ahí. Dijo llegar a Zaragoza sin un libreto cerrado, pero luego pareció que realmente no lo tenía, ya que su equipo nunca tuvo identidad.

Ahora, tras sus cuatro primeras malas experiencias, los dirigentes usan la bala de Víctor Fernández. Pudieron hacerlo antes, pero recurren al técnico zaragozano ahora, a mediados de marzo con el equipo totalmente caído, sumido en una preocupante racha de resultados y con curvas peligrosas en el calendario. Saben que Víctor será un cortafuegos poderoso para una Romareda que ya está que arde, a la que salta tras once temporadas en Segunda y con el reto de garantizar que haya una duodécima como ‘gran’ e ‘ilusionante’ objetivo.

Con Víctor Fernández al menos se espera levantar el ánimo. El entrenador zaragozano sabe dominar la escena, conoce al zaragocismo y conoce qué teclas hay que tocar para crear un ambiente propicio. La Romareda será otra este domingo. Habrá que mirar más allá y ver qué puede hacer con el equipo que tiene entre manos, cómo es capaz de introducir su idea del fútbol en una plantilla que ha llegado hasta donde ha llegado esta temporada.

En un club cuyo presidente manda desde el otro lado del océano, y con gestores venidos de otros lares, Víctor aporta una manera de sentir el Real Zaragoza que el aficionado medio quizá echaba de menos. Además de ver cómo casa con la plantilla, está por ver cómo engarza su figura en el propio club. Víctor Fernández no es un mero inquilino del banquillo de La Romareda. Su presencia va más allá y se extenderá por áreas y competencias que actualmente tienen dueño.

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