El día de la marmota
El Real Zaragoza vive inmerso en un bucle. A todos los niveles. De abajo arriba. Sobre el campo y en los despachos, donde ahora los directivos deben encontrar solución a una situación que ayer se hizo insostenible, con otra alarmante muestra de incapacidad del equipo.
Si nos dicen que estamos presenciando el partido frente al Amorebieta, el Villarreal B o el Cartagena, nos lo creemos. Pero no. Era el del Valladolid, donde Julio Velázquez se jugaba el puesto y su pizarra volvió a fallar estrepitosamente. Por última vez, como entrenador de un Zaragoza que hace días que le viene buscando sustituto.
La derrota en el estadio José Zorrilla no es más que la sentencia. El final de un técnico que no ha terminado de entender lo que es esta plaza, y que incluso en la rueda de prensa posterior a la debacle de ayer continuó hablando de «contextos y tranquilidad».
El contexto futbolístico lleva demasiadas semanas siendo el mismo. Lo de la tranquilidad… la tranquilidad no puede existir cuando hace más de un mes que no ganas, cuando apenas has sumado 15 puntos de los últimos 42 posibles, y el descenso empieza a ser una amenaza real.
Innegable, a la espera de lo que hoy hagan los rivales directos, en una jornada que, resultados aparte, se prevé ajetreada en el seno del club.
El Real Zaragoza, al cierre de la edición en papel de este periódico, no había hecho oficial la destitución de Julio Velázquez. Se espera que lo haga en las próximas horas, cuando también está previsto que la dirección de la entidad, con Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero a la cabeza, se reúna con Víctor Fernández para abordar su regreso como ‘salvador’ de la temporada.
Otra vez Víctor. Como si volviésemos a diciembre de 2018, con el cese de Lucas Alcaraz. Como si el equipo se encontrase atrapado en el tiempo. Como si fuese el Día de la Marmota...
