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El fútbol sin Francho ni Nieto

El Real Zaragoza ataca y defiende peor desde la baja de ambos canteranos. El equipo, después de 371 minutos con ellos y de 413 minutos sin ellos, ha perdido verticalidad.

Carlos Nieto es evacuado del campo de Cartagonova en camilla, en compañía del doctor Ireneo de los Mártires.
Carlos Nieto es evacuado del campo de Cartagonova en camilla, en compañía del doctor Ireneo de los Mártires.
Moisés Castell/Prensa2

En el declive del fútbol –y los resultados- del Real Zaragoza en las últimas tres semanas caben varias razones colectivas e individuales. Desde la insuficiencia de su sistema ofensivo a las bajas de Carlos Nieto –carril de progresión del equipo por la banda izquierda en sus primeros partidos- o Francho Serrano. Aunque por sí solos no explican las carencias del equipo ni ejercen como razón principal de los problemas de su juego, la ausencia del lateral izquierdo y del centrocampista zaragozanos (371 minutos con ellos, 413 minutos sin ellos) ha impactado de lleno en el comportamiento del Real Zaragoza.

Por sus características, Francho es un mediocentro muy singular y diferencial en el fútbol de hoy, más en la rigidez de una estructura táctica 4-4-2 con doble pivote como la que Fran Escribá defiende a capa y espada. Básicamente, porque Francho rompe líneas y hace progresar al equipo. En los primeros días de la temporada, el Zaragoza tenía dos vías de avance principales para saltar escalones en el campo: por un lado, lo hacía desde el pase con Marc Aguado. Y, por otro, desde las conducciones con Francho Serrano, un centrocampista intuitivo, afilado, líquido y territorial.

El dinamismo del ‘zorro’ juntaba las líneas del equipo y le daba profundidad, especialmente, en el sector derecho, donde siempre ha interpretado de forma certera el triángulo compuesto por Fran Gámez y el extremo de esa banda. Francho era un respiradero para el juego del equipo gracias a su privilegiada lectura y sus rasgos físicos: su velocidad y ruptura al espacio estiraba el ataque. El Zaragoza no tiene otro Francho porque no abundan en esta categoría, ni tampoco Escribá ha encontrado fórmulas en una plantilla que se ha publicitado desde el club como completa y rica en diversidad. Lo más similar es Toni Moya, un jugador con talento y pie para la conducción, pero sin la rapidez del aragonés.

Por su parte, Nieto, más allá de su acierto en la finalización de las jugadas y de la precisión de sus centros, ejercía de correa de transmisión en el flanco izquierdo, dándole al equipo una altura más en el campo por la que hacer avanzar el juego o en el que apoyarlo. Eso, unido a la lesión también de Lecoeuche, ha dejado al Zaragoza tuerto en el campo.

Las bajas de Nieto y Francho han repercutido en varias facetas del juego. El Zaragoza se ha resentido a nivel ofensivo, asociativo y defensivo. Según los datos de la consultora Driblab, el equipo de Escribá es menos vertical sin ellos. La métrica de verticalidad se ha desplomado, bajando de un índice por 90 minutos de 22,52 a 18,85 cuando ni Francho ni Nieto han jugado. Esta métrica almacena la direccionalidad de cada pase: si el equipo lo hace hacia la portería rival, en diagonal, horizontal o hacia atrás. El Zaragoza pasaba más hacia delante cuando Francho estaba en el campo y ganaba metros por la banda izquierda con Nieto. A la vez, como causa o como consecuencia, el Zaragoza promedia más posesión desde sus bajas (de 49,40% al 61%). Hay dos razones: por un lado, porque es más plano y horizontal y menos atrevido, por lo que los rivales protegen sus posiciones y ceden la pelota a un equipo al que le han descubierto problemas en su uso y gestión. Y por otro, porque  ha sumado más minutos con el marcador desfavorable, y eso siempre aumenta la posesión.

Los efectos se han dejado notar a nivel ofensivo y defensivo. El Zaragoza, con Francho y/o Nieto en el campo, marcó 9 goles. Sin ellos, solo ha metido 1 (aunque Nieto no estuvo tampoco en el tercero marcado al Cartagena ni Francho en los dos anotados en la primera mitad de ese partido). Además, el Zaragoza genera menos situaciones de gol sin ellos que cuando han coincidido en el equipo. Así, cae de 0,90 goles esperados (tiros con potencial de gol) a 0,57. También tira menos a puerta: baja de 4,12 disparos por 90 minutos a 2,18. Y, además, realiza menos toques en el área rival: de 15,77 decrece a 13,08 toques por 90 minutos.

Si a nivel de actividad atacante, ha afectado la baja de Francho y Nieto; también lo ha hecho la eficacia defensiva. Con ellos juntos en el equipo, el Zaragoza solo ha encajado un gol, el marcado por el Cartagena (con Francho dentro, el equipo no ha recibido ninguno). En cambio, después de ambas bajas le han metido tres. También le rematan más. Con ellos, al Zaragoza le tiraban a puerta 2,67 disparos por 90 minutos. Sin ellos, los rivales promedian 2,83. Lo mismo ha sucedido con los goles esperados en contra, es decir, los remates con potencial de gol realizados sobre Cristian Álvarez: con Francho y Nieto en el campo, al Zaragoza le promediaban 0,50 goles esperados. Sin ellos, 0,75. Es decir, al conjunto de Escribá le generan un 50% más de situaciones de gol.

Hay un Zaragoza antes y después de Nieto y Francho.

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