REAL ZARAGOZA

Cuatro salidas que ya urgen a Cordero

Sabin Merino, Igbekeme, Molina y Eugeni siguen en el grupo de entrenamiento pese a saber que no cuentan para este año. A falta de un mes exacto para el comienzo de la liga y a una semana del inicio de los amistosos, sus casos requieren solución.

Eugeni (izda.) y, detrás de Francho, Sabin Merino y Molina, tres que, junto a Igbekeme, han de marcharse.
Eugeni (izda.) y, detrás de Francho, Sabin Merino y Molina, tres que, junto a Igbekeme, han de marcharse.
Guillermo Mestre

Sabin Merino, James Igbekeme, Manu Molina y Eugeni Valderrama, cuatro futbolistas de alto rango económico y de perfil veterano en el vestuario del Real Zaragoza, que saben desde hace muchos días que no entran en los planes del club para este año 23-24, siguen entrenándose con el grupo a las órdenes de Fran Escribá transcurridos 10 días de pretemporada. Por ahora, los cuatro siguen haciendo valer su contrato vigente con el club zaragocista y su derecho a acudir cada día a su puesto laboral para ejercer su profesión. El cuerpo técnico no tiene más remedio que asumir su concurso en los ensayos y simulacros de cada sesión preparatoria, a la espera de que llegue la solución que disuelva este inconveniente logístico y que está tratando Juan Carlos Cordero, el director deportivo blanquillo, cada vez con más presión.

El verano ha ido consumiéndose dentro de su cortedad en el fútbol moderno, pues la liga empieza el 11 de agosto, en el transcurso de solo un mes exacto, por lo tanto. Y los partidos amistosos programados por Escribá dentro de la reducida pretemporada asoman ya a la vuelta de la esquina, a partir del próximo miércoles, en una semana.

Esta es la marca, la señal simbólica establecida en el plan de trabajo del cuerpo técnico y del área deportiva como límite aconsejable para que Merino, Igbekeme, Molina y Eugeni busquen nuevo acomodo fuera de Zaragoza.

Mientras los entrenamientos sean ordinarios, lo cual solo sucederá durante estas dos primeras semanas de precampaña en la soledad de la Ciudad Deportiva (a la prensa solo se le permite ver 15 minutos en las sesiones matinales, ninguno en las vespertinas), la incomodidad de la situación no tiene mayor repercusión externa

Pero en cuanto haya que afrontar esos duelos veraniegos, primero frente al RZD Aragón y el Teruel en tierras aragonesas y, después, en la concentración de una semana en San Pedro del Pinatar (Murcia), las posturas a adoptar por Escribá y el club serán mucho más visibles y delatoras del problema abierto.

Se trata, por lo tanto, de cuatro salidas obligadas que van incrementando su valor en urgencia para el Real Zaragoza según pasan las fechas. Y, aunque en primera instancia sean estas razones estratégicas en el ámbito deportivo las que piden imprimir velocidad a las gestiones con los agentes de cada uno de los cuatro afectados, el trasfondo del cuádruple asunto es lo más sustancial del trabado proceso abierto: Cordero necesita esas cuatro plazas senior en la plantilla, de fichas y sueldos altos, para redondear el cierre de la revolución del equipo que tiene diseñada desde hace más de un trimestre en su cuaderno de bitácora para el curso 23-24.

De las bajas deseadas y comunicadas a los afectados en su día (relativas a los jugadores que tienen contrato en vigor, por supuesto), Cordero ha solventado los casos de Larrazabal, Vigaray, Vada y Quinteros. La mitad. Falta la otra mitad. La más complicada de litigar, la más costosa en dinero. Pero habrá de solucionarla. Ahí está.

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