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Real Zaragoza: sigue el atasco en las salidas

La confirmación del adiós de Vada es el mayor avance que estos días se ha producido para aligerar la plantilla. El caso de Sabin Merino sigue siendo prioritario. 

Eugeni y Vada se entrenan en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
Eugeni y Vada se entrenan en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
Rubén Losada

El adiós de Valentín Vada, que aunque estaba anunciado se hizo oficial este viernes en términos contractuales, es el único avance de calado que en las últimas horas se ha producido en la ‘operación salida’ del Real Zaragoza.

Sabiendo que el club no deseaba contar con él en los términos que había impuesto, el argentino ejecutó una cláusula de salida que lleva ligada una indemnización de 100.000 euros por ‘cortar’ el contrato, tal y como acordó con el anterior director deportivo, Miguel Torrecilla.

La marcha de Valentín Vada, que se une a las de Álvaro Ratón, Tomás Alarcón, Alberto Zapater, Bebé, Gaizka Larrazabal, Pape Gueye, Giuliano Simeone, Gabi Fuentes, Carlos Vigaray, Ángel López y Víctor Mollejo, libera una de las fichas medias de la plantilla (en torno a 225.000 euros) pero a Juan Carlos Cordero todavía le queda un arduo camino por recorrer en este sentido.

En las fechas venideras, el club tiene que encontrar arreglo a la situación de diversos futbolistas que ocupan una importante masa salarial, con objeto de poder acometer las incorporaciones cerradas pero no confirmadas (Bakis y Lecoeuche) y otras que también están avanzadas, como la de Jordi Mboula.

El caso más áspero es el de Sabin Merino. El atacante vasco tiene un salario muy elevado (unos 700.000 euros) y dos años de contrato por delante, por lo que su rescisión supondría un importante lastre en la economía zaragocista.

Merino ha sido ofrecido a diversos equipos, entre ellos el Amorebieta, pero sus emolumentos lo complican todo. Hasta el punto de que el Real Zaragoza asume que, salvo que aparezca una oportunidad como la del Atlético de San Luis, tendrá que hacerse cargo de buena parte de la ficha del delantero para sacarlo nuevamente cedido.

Lo que parece claro es que Merino comenzará la pretemporada este lunes a las órdenes de Fran Escribá. Y junto a él, un puñado de jugadores que saben -directa o indirectamente- que no entran en los planes de la próxima temporada 2023-24.

Por el momento, no hay ofertas por James Igbekeme, que vuelve de su cesión en el Wisla de Cracovia polaco; tampoco hay nada avanzado con Manu Molina, que ni siquiera ha recibido la confirmación de que no se cuenta con él; y Jairo Quinteros sigue buscando acomodo en el fútbol de su país, donde sigue teniendo caché pero no tan elevado como demanda su entorno.

Todos ellos se personarán en la Ciudad Deportiva el lunes para pasar los pertinentes reconocimientos médicos y comenzar después (martes) los entrenamientos de preparación veraniega, con el duelo frente al Aragón del 19 de julio como primer partido amistoso a la vista.

Para entonces, se espera que Juan Carlos Cordero haya podido aligerar la plantilla dando salida a algunos de estos hombres, a los que hay que sumar los de otros futbolistas con contrato en vigor como Eugeni Valderrama (hasta junio de 2024) Marcos Baselga (2024) o Luis Carbonell (2026).

Por Eugeni no han llegado ofertas convincentes; Baselga está a la espera de ser renovado para volver a salir cedido a un Primera RFEF; y Carbonell, que este viernes finalizó su vínculo con el CD Teruel, también apunta a volver a salir a préstamo siempre y cuando el Zaragoza no apueste por una rescisión mucho más asumible que las referidas anteriormente. 

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