real zaragoza

El expediente Gueye

De la compleja operación de su fichaje por el Real Zaragoza, sus problemas de adaptación y su gris nivel futbolístico hasta llegar a las palabras de Escribá subrayando la inconveniencia de alinearlo en La Romareda. Esta es la historia de una inversión convertida en carga.

Gueye, en La Romareda, después del partido contra la Ponferradina.
Gueye, en La Romareda, después del partido contra la Ponferradina.
Toni Galán

La ‘cuestión Gueye’ alcanzó su más elevado punto de temperatura al cierre del partido contra el Burgos, cuando Fran Escribá reconoció la inconveniencia de alinear al delantero senegalés en los partidos de casa ante el “runrún” ambiental tan enrarecido y perjudicial para el futbolista y el equipo que genera su discutida figura. Tal grado de franqueza del entrenador no viene más que a sublimar un problema del que ni el entrenador ni tampoco el protagonista del caso son responsables primarios. 

Gueye está en el Zaragoza porque así lo decidieron la propiedad del club, el director general Raúl Sanllehí y el director deportivo de entonces Miguel Torrecilla al aprobar, gestionar y recomendar una operación compleja, con demasiados rincones y páginas de clausulado, que le cuesta al club aragonés unos 600.000 euros de masa salarial. Con Gueye, no hay más conflicto de expectativa que éste: un delantero cuya irrelevancia deportiva incluso en semanas de bajas en la posición y cuyo desproporcionado coste condicionan al entrenador en la dirección del equipo y al club en la gestión de la plantilla.

El tiempo y el fútbol han constatado que el senegalés es un delantero muy alejado de los mínimos exigidos para ser descollante en el Real Zaragoza y en la Segunda División. Sin embargo, hasta el próximo 30 de junio, cuando Gueye dejará de ser un problema directo del club para pasar a serlo de otros, el asunto no tiene mucha más solución que intentar que el futbolista sume en aquello que pueda. Uno de esos escenarios, dadas sus características de ariete especialista en el juego aéreo, es, precisamente, el fútbol directo y de centros laterales como el que exigían los minutos finales del partido contra el Burgos. De ahí la resignada reacción de Fran Escribá, que había escuchado ya en el partido, las mofas y burlas al jugador el breve tiempo que salió a calentar.

Pero al “error Gueye” es necesario explicarle su adecuado contexto. Su llegada a última hora del mercado de agosto fue la salida al callejón que encontró el Zaragoza después de que durante todo el verano se le escaparan sus prioridades para el papel de delantero principal del proyecto. Hubo dos objetivo preferentes, ubicados en el ámbito de las sinergias con otros clubes del conglomerado al que se integró el Zaragoza con el cambio accionarial liderado de cara a la opinión pública por Jorge Mas. 

Esos nombres fueron Sergio Camello (Atlético) y Simon Banza (Lens). Eran opciones irreales para el Zaragoza, por mucho que los clubes amigos pudieran facilitar las cosas. Pero la voluntad de los futbolistas lo preside todo. Y el Zaragoza esperó varias semanas estas opciones mientras su mercado real se movía. Manejó también la opción de Bouldini (Fuenlabrada), muy cercano al ámbito de relaciones de Mariano Aguilar, consejero del Real Zaragoza en todas las acepciones del término, y desestimó finalmente la firma de Borja Garcés (Atlético) al no convencer del todo su perfil y esperar a otras opciones en el tramo final del mercado.

La desestimada compra de Mario González

Ya a las puertas del mes de agosto, al Zaragoza le llegó la oportunidad de Mario González, delantero propiedad del SC Braga que había destacado en los meses previos cedido en el Tenerife, adonde lo reclutó Juan Carlos Cordero. Mario era un futbolista muy del gusto de Miguel Torrecilla, quien ya había intentado su fichaje en el mercado de invierno. Aunque debía esperarse a las últimas semanas del mercado, el jugador iba a salir, más aún si la operación se estructuraba mediante un traspaso. Según fuentes de aquella negociación, Miguel Torrecilla propuso a Raúl Sanllehí que uno de los clubes participados por algunos de los inversores y propietarios del Real Zaragoza (Lens, Inter de Miami, Atlético...) abordara el traspaso de 2,5-3 millones exigido por el Braga para, después, cederlo al equipo aragonés. La operación estaba diseñada. Pero los dirigentes del Zaragoza descartaron esa opción, y Mario González acabaría en el Oud-Heverlee Leuven, donde lleva esta temporada 15 goles en 21 partidos, es uno de los artilleros de la primer división belga y su valor de mercado se ha duplicado.

Fue entonces cuando Raúl Sanllehí y Miguel Torrecilla, ya en las tres semanas finales del mercado, llegaron a la vía Pape Makhtar Gueye. El senegalés conformaba una terna con otros delanteros a la que la dirección deportiva puso esos días bajo estudio y valoración antes de decidir un candidato final con el que negociar. Torrecilla se decantó por Gueye y así se lo trasladó a Sanllehí, quien activaría ya la operación con todas las partes implicadas: los dueños del Zaragoza, los dirigentes del Oostende y el agente del futbolista, Florian Laurent, con quien durante el verano ya se habían mantenido conversaciones al representar también a Simón Banza.

Pape Gueye, contra la Ponferradina este lunes.
Pape Gueye, contra la Ponferradina.
Toni Galán

Darle forma a la operación fue una obra de ingeniería, pues el Oostende reclamaba un traspaso al que el Zaragoza no podía hacer frente. Fue entonces cuando, ahora sí, intervino la propiedad del club. El acuerdo final se cerró, tal y como informó Raúl Sanllehí, en una cesión de una temporada con una opción de compra de obligada ejecución por parte del Zaragoza en caso de ascenso a Primera. En caso de no ascenso, según ha conocido este diario, el futuro de Gueye quedaría en manos de alguno de los clubes de la multipropiedad en la que se integra el Real Zaragoza. El senegalés aguardó unos días en la capital aragonesa hasta que se ataron todos los cabos del complejo acuerdo y pudo ser presentado.

Cronología de un fiasco

El resto, es lo ya sabido. Basta con observar la evolución cronológica de las apreciaciones efectuadas por diferentes figuras del club sobre él para confirmar que, lejos de convertirse en un valor de futuro del Zaragoza, Gueye es ahora una carga. En su presentación, Raúl Sanllehí, aseguró que el fichaje fue un “trabajo de muchas semanas” y que en "el proceso para traer a un jugador como Pape fue importante el grupo inversor", mientras Miguel Torrecilla elogiaba al jugador: “Tiene una importante facilidad de definición ante el gol”. 

A las pocas semanas, a final de septiembre, Juan Carlos Carcedo, ante la ausencia de Gueye en sus planes, explicó: “Su adaptación no es fácil. Venir de una liga diferente, el aspecto del idioma, sobre todo, hace que en los entrenamientos quizás no esté aún al nivel necesario”. El 3 de noviembre aseguró: “Es un chico que vino más tarde y que cada vez está mejor. Tengo confianza total en él”. El asunto lo heredó Escribá, quien ha tratado de avivarlo dándole minutos y partidos en sus primeras semanas. Pero Gueye -con el episodio de su demora burocrática en Navidad en su país de por medio- no ha terminado de adaptarse -apenas habla español- ni de estar a la altura. "Viene de dos temporadas en las que ha hecho goles. Una puede ser casualidad, pero dos indica algo. Pero su adaptación es más lenta de lo que debería. Desde la confianza y la tranquilidad, estoy por la labor de recuperar su mejor versión. Pido paciencia con él. Necesita cariño y yo se lo voy a dar”, dijo el actual entrenador en noviembre. 

Incluso Juan Carlos Cordero salió en su defensa pública al cierre del mercado de enero: “Vamos a darle ese voto de confianza porque los jugadores a lo largo de una temporada cambian. Yo, por mi parte, voy a ayudarle a que mejore y así se lo voy a exigir a los que están a mi alrededor”. Y así, hasta la sentencia definitiva de Escribá: “Si hubiéramos jugado fuera de casa, hubiera sacado a Pape, te lo digo con sinceridad. Pero como la última experiencia no fue buena, se genera un runrún en el ambiente que no beneficia ni al equipo ni a nadie”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión