REAL ZARAGOZA

La enfermería del Real Zaragoza no cierra por Navidad

Las lesiones de Vada y Bermejo en las últimas 72 horas, aún sin diagnosticar, dos muescas más en una campaña trufada de problemas. Cristian Álvarez y Azón todavía esperan su alta médica después de sendas dolencias de larga duración.

Bermejo es retirado en camilla el lunes en Leganés antes de la media hora de juego.
Bermejo es retirado en camilla el lunes en Leganés antes de la media hora de juego.
Enrique Cidoncha

Vada y Bermejo han caído lesionados en las vísperas del parón de Navidad. El argentino ya no pudo viajar anteayer a Leganés (Madrid) para disputar el último partido de la primera vuelta y del año 2022 al sufrir una dolencia que aún no tiene diagnóstico oficial en forma de parte médico. Y el madrileño fue sacado en camilla en el minuto 28 del duelo en el estadio de Butarque, con gestos ostensibles de mucho dolor y sujetándose la zona inguinal izquierda, indicio de que el problema puede afectar a los musculos aductores. Ayer, el club tampoco publicó los resultados de las pruebas radiológicas a las que debió ser sometido, tal y como sí anticipó el Real Zaragoza en la madrugada del lunes tras el partido en el sur de Madrid.

El túnel de resonancias magnéticas nucleares definirá el verdadero alcance de estas dos últimos casos en el ámbito de los lesionados en esta temporada 22-23. Ni uno ni otro habían visitado la enfermería hasta ahora, por lo que sus bajas se añaden de nuevas a un listado que se va haciendo demasiado largo desde que todo se inició el 4 de julio con los primeros trabajos de verano en la Ciudad Deportiva, prosiguió en Boltaña (Huesca), se alargó en Marbella (Málaga) y llegó al principio de la liga el 13 de agosto tras nueve amistosos estivales. Este miércoles se esperan noticias sobre Vada y Bermejo para calibrar su periodo de ausencia en el equipo, contando en ambos casos con el factor favorable de que, por el parón navideño, hay 20 días sin fútbol de Segunda División y la próxima cita está ubicada el domingo 8 de enero en La Romareda frente al Mirandés.

Con estas dos lesiones, ocurridas de forma prácticamente consecutiva en muy pocas horas, son ya 16 las incidencias médicas de relevancia que han mermado en distintos momentos de lo que va de temporada el trabajo del equipo. Hay dos jugadores que han repetido tiempos de bajas médicas por distintos motivos: el portero Cristian Álvarez y el delantero Azón. Precisamente, ambos están aún fuera del trabajo ordinario de la plantilla en su segundo paso por las manos de los rehabilitadores del club, a la espera de concretar cuándo retornan al equipo tras sendos periodos de bajas de larga duración, el argentino por una fractura el codo izquierdo ocurrida en Vitoria el 4 de noviembre y el aragonés por una rotura muscular en el muslo derecho en el duelo ante el Villarreal B del 15 de octubre que aún no ha sanado.

Desde el inicio del verano

La temporada 22-23, que comenzó a efectos de trabajos físicos en el seno del Real Zaragoza el 4 de julio en la Ciudad Deportiva, está dejando demasiadas muescas en el conteo de lesiones en amplio reparto de componentes del equipo. Ciertamente, no ha habido una lesión de las denominadas graves, pero sí que son ya 16 problemas puntuales que han arañado el día a día del plantel en los primeros seis meses de campaña.

El verano empezó ya torcido al respecto. Los dos porteros principales del equipo, Cristian Álvarez y Ratón, estuvieron fuera de juego por completo el primer mes. Ni un solo entrenamiento con el grupo, ni tampoco los primeros amistosos, pudo contar con ellos el entonces entrenador, Juan Carlos Carcedo. Menos mal que se había fichado a un tercer portero, Rebollo (por rehúse súbito de la primera elección, Campos, a cuenta de un tuit ofensivo para el zaragocismo de este), que con el filial Acín sustuvieron la portería en aquel largo mes de la canícula.

Con ellos, en los entrenamientos aparte a cargo del recuperador Andrés Ubieto, siempre estuvieron Vigaray, Clemente y Zapater. El primero tardó hasta octubre en empezar a probarse en ejercicios exigentes después de año y medio de rehabilitación de una grave lesión de rodilla. Clemente, con dolencias nunca especificadas en parte oficial, estuvo fuera del grupo hasta que fichó por Las Palmas cuatro días antes del cierre del mercado estival. Y Zapater sufrió un latigazo en la zona lumbar, en la espalda, el tercer día de entrenamientos y debió parar en seco, arruinando su pretemporada por completo.

Después, el rosario de lesiones –ver cuadro adjunto– ha afectado dentro de la caseta a Azón, Francés, Eugeni, Quinteros, Francho, Cristian Álvarez, Larrazabal y los recién pasados por el triaje, Vada y Bermejo. Dos codos fracturados, rodillas con daños singulares, los clásicos rasgados musculares en los muslos y la zona inguinal, una conmoción cerebral...

El primer semestre de esta accidentada temporada ha tenido, incluso, dos hospitalizaciones de urgencia. La última, la del conmocionado Larrazabal por un balonazo en la cabeza. Y la más seria e impactante, la del primer entrenador del curso, Juan Carlos Carcedo, que sufrió un problema cardiaco el segundo día en Boltaña que terminó con un cateterismo, unos cuidados intensivos pautados y la concentración pirenaica reducida a la mínima expresión por el susto que aquello generó.

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