REAL ZARAGOZA

La liga espera al Real Zaragoza

Tras la positiva racha de cinco partidos encadenados puntuando, los de Escribá se colocan a 7 puntos de la promoción. Asimismo, el peligro de la zona baja se ha alejado en otros 7 puntos.

El Real Zaragoza, a siete puntos de la promoción y a otros siete de la zona baja de la tabla
El Real Zaragoza, a siete puntos de la promoción y a otros siete de la zona baja de la tabla
V. M.

La positiva racha en la que se halla inmerso el Real Zaragoza desde la llegada de Fran Escribá como relevo de Juan Carlos Carcedo al frente del banquillo ha empezado a lucir tras el brillante y contundente 3-0 endosado el pasado sábado al Huesca en La Romareda. Son cinco partidos consecutivos sumando puntos, a base de tres empates y dos victorias. Una renta parcial de nueve puntos sumados de 15 disputados bajo la batuta y el método del nuevo técnico, la cuarta mejor en este tramo del torneo (solo superada por el Eibar, el Granada y el Mirandés, con 10), que lo ha puesto en el fiel de la balanza exacto de sus aspiraciones puntuales a mitad de diciembre.

Porque el Real Zaragoza, más allá de que el puesto que ocupa hoy, el 14º, todavía sea feo y demasiado atrasado en el ranquin, está a siete puntos de la promoción de ascenso a Primera División y se ha alejado exactamente a siete de los puestos de descenso a la categoría inferior. Esta ubicación, ahora mismo, puede evaluarse como una progresión esperanzadora que atenúa el color gris oscuro del horizonte que se presentaba hace solo un mes, cuando esos puestos de peligro máximo estuvieron apenas un punto por debajo y, en aquella tesitura, citar la promoción era una frivolidad, ya que se hallaba a nueve o diez puntos de ella todas las semanas.

Después de la permanente sensación de zozobra sufrida por todo el zaragocismo –dentro y fuera del campo– en el primer cuatrimestre, echar un vistazo a la tabla clasificatoria a estas alturas genera, por primera vez en todo el curso, una sensación mitad de alivio por haber huido del riesgo serio y mitad de esperanza en poder alcanzar a medio plazo aspiraciones muy superiores.

A tiempo de todo

La liga está esperando a equipos como el Real Zaragoza. Ahí cabe incluir también al Sporting de Gijón, el Leganés, el Huesca, hasta el Tenerife o el Real Oviedo, ahora rezagados igualmente. El paso de las jornadas está conformando un patrón de competición muy particular, en el que por ahora nadie se escapa en cabeza y tampoco hay aún hundimientos decisivos en el fondo de la clasificación. Las rupturas en este curso llegarán más tarde que en otros modelos de liga de años precedentes.

El Real Zaragoza está todavía a tiempo de todo gracias a su buena reacción con Escribá. Esta vez, el mucho terreno perdido durante 15 jornadas (las primeras), aunque en puntos sea irrebatible, no supone tanto como otros años porque los de delante no se han ido a distancias desorbitadas.

Del líder –posición extremadamente voluble que ahora ocupa el Eibar– hasta el 7º clasificado hay solo cuatro puntos de distancia. Siete equipos han llegado a las puertas del ecuador de la competición de esta curiosa Segunda División en el estrecho margen que va desde los 36 puntos de los eibarreses a los 32 del Cartagena. Ahí se hallan incrustados Las Palmas y Levante con 35; Burgos y Alavés con 34; y, junto a los cartageneros, el Granada también con 32.

El pelotón de cabeza es más pelotón que nunca, un grupo numeroso que va bailando semana a semana según pequeños matices de marcadores, un gol arriba, un gol abajo, un empate aquí o una victoria allá de unos y otros. Y, para bien de los que los persiguen a media distancia (por ejemplo, el Real Zaragoza), su ritmo de suma de puntos es bajo, de un formato de liga que tiende a tardar en romper a hervir en los puestos clave.

Asideros para recargar el ánimo

El mejor, el Eibar, ha perdido ya cuatro partidos a estas alturas y ha empatado seis. Y, desde otro prisma, es llamativo que los Las Palmas, Alavés, Burgos, Granada y Cartagena, todos punta de flecha de la clasificación, solo tengan nueve victorias en su haber. Comprobar que el Real Zaragoza suma seis triunfos hace deducir que, pese a la gran distancia posicional que ostenta respecto de ellos (ese 14º puesto de los blanquillos es demasiado extraviado, y más que ha sido en este cuatrimestre ocupar el 17º o 18º), las cifras destilan mucha más cercanía real.

El Real Zaragoza, en otro parámetro que anima a creer que la reacción en la segunda vuelta es este año menos quimérica que en los anteriores, ha perdido siete veces. Y equipos de ese paquete de cabeza, casos de Granada y el Cartagena, lo han hecho en seis. No hay tanto salto de rendimientos y rentabilidad de facto. Estar siete puestos más arriba o siete puestos más abajo depende simplemente de una buena dinámica en un punto concreto de la liga, de un empujón de buenos marcadores que pueda surgir a base de una mejora particular o de ese factor suerte que también cuenta cuando se vive entre tanta igualdad.

La calidad, enrasada por lo bajo

La lupa del microscopio aplicada al valor de los goles en esta raquítica Segunda División en términos atacantes ofrece otra lectura que invita a la fe. El Real Zaragoza sufre una ceguera ante el gol que viene de mucho tiempo atrás y que ha sido especialmente grave en los 15 partidos con el anterior técnico, Carcedo: se marchó este dejando a un equipo que había anotado solo nueve tantos. Ahora lleva 17, porque con Escribá se han adicionado ocho en solo cinco citas ligueras (tres al Huesca; dos al Ibiza y el Burgos; y uno al Málaga, quedándose a cero en Albacete).

Y, simplemente con este impulso breve pero certero en las últimas semanas, ese defectuoso Zaragoza se ha equiparado prácticamente en esta faceta del juego al Burgos, que lleva 18 y hace cuatro días era el líder de la categoría (ahora es 4º). La epidemia de incapacidad goleadora es generalizada en la división de plata: los que más llevan están en la cota de los 24 (Eibar y Granada), seguidos por los de 23 (Las Palmas, Cartagena o los alegres Albacete, Villarreal B y Mirandés, que no están tan arriba por sus carencias defensivas). Nunca ha sido tan bajo este registro anotador en este hito de la liga, algo que disimula las máculas zaragocistas al igualar a todos por lo bajo, por lo insuficiente.

Esto también juega a favor de equipos como el Real Zaragoza que, en otro formato más exigente de liga, con más goles y más puntos en la zona alta, estarían ya destarifados en la pelea por los puestos nobles en este ecuador de la campaña y, sin embargo, esta vez pueden hacer sus cábalas por si, a mitad de camino, son capaces de reparar sus malas praxis en la segunda vuelta.

Cualquier paso adelante respecto del rendimiento presente hace posible aún un salto hacia arriba del Zaragoza. Lo de caer de nuevo hacia el pozo, sabido es, llegará si se interrumpe el buen camino iniciado por Escribá. Ahora el equipo está en plena encrucijada.

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