real zaragoza 1-0 lugo

El Zaragoza acaba la liga como local con un triunfo ante el Lugo en un mal partido

Tras un defectuoso primer periodo donde los gallegos fallaron varios goles claros, los de Jim anotaron el gol de Vada tras quedarse el rival con 10 hombres.

Al menos no se han estropeado más las cosas de lo que los jugadores las han resquebrajado en los dos últimos meses de liga. El Real Zaragoza, en un mal partido de fútbol sin interés alguno, ganó 1-0 al Lugo después de salir airoso de un defectuoso primer tiempo y de aprovechar que los gallegos se quedaron con uno menos durante más de media hora por una expulsión. Un tanto de Vada y la falta de acierto de los visitantes al final permitieron que este triunfo diga adiós a la liga en casa (queda una jornada, en San Sebastián) con un discreto buen sabor de boca.

La primera parte sirvió para tener la certeza de que lo visto el lunes pasado en Oviedo, aquella pizca de orgullo que pareció sacar la plantilla zaragocista de su faldriquera, fue mera casualidad o, en todo caso, algo fugaz. Se les gastó a los muchachos de Jim en el viaje de vuelta. Que despropósito de 47 minutos (hubo de suplicio-aumento), los primeros de este duelo entre los reyes del empate, Real Zaragoza y Lugo, dos equipos muy menores de la Segunda División 21-22 que ya se apaga, gracias a Dios. Un tostón descomunal. Y, como el día del Burgos, hace 25 fechas, lo mejor para los blanquillos fue el 0-0 con el que se llegó al intermedio. Porque el defectuoso Lugo, que tiene máculas serias a todas caras y una falta de calidad semejante a la de los aragoneses, falló cinco ocasiones meridianamente claras para haber marcado al menos un gol, quizá alguno más. Y, en frente, los de Jim solo tiraron dos veces… ninguna a puerta.

Moyano pudo hacer el 0-1 enseguida, en el miuto 5, en un error grueso de Lluís López (defensa blando in eternum), que lo dejó solo mano a mano ante un Cristian Álvarez que salvó milagrosamente el remate. A la salida del córner correspondiente, en el 6, el veterano Iriome cabeceó a placer en el área pequeña, sin marca, y cruzó en exceso la frente para marrar otro gol hecho. Y ahí se adivinaba un Zaragoza, de nuevo, mustio, apagado, sin motor, pasota, sin respeto a los mínimos que este último partido ante la afición (solo unos 8.000 seguidores hubo en las tribunas, todo un síntoma) merecía antes de las vacaciones.

En el 11, Chris Ramos extendió la serie de llegadas de gol lucense. Recortó en su galopada a Francés y remató de rosca desde el pico de área, alto por un metro. Y el mismo delantero de los, esta vez, rosas y negros, erró quizá la ocasión más cantada junto con la primera reseñada. Solo en el punto de penalti, tras el pase atrás de la muerte de Iriome, chutó sobre el cuerpo de Petrovic y el balón no llegó a puerta, con todo a su merced en el minuto 24. El Zaragoza no se enteraba del asunto. Flotaba en el campo como si no fuera con él este partido. Qué decepción de actitud. Ni una llegada al área. Ni una combinación. Ni cuatro pases seguidos. Nadie se salvaba del naufragio general. Jim miraba quieto en el banquillo, de pie. Había metido cambios, dejando en el banquillo a Zapater y Azón. Ni esos meneos del género aportaron ganas.

En imágenes | Real Zaragoza-Lugo
Resumen del partido en vídeo
Toni Galán

Hubo que esperar hasta el minuto 28 para ver un disparo de un zaragocista. Lo firmó Bermejo tras una de sus largas conducciones, alto, mal pegado. Para la estadística y poco más. Esto fue un acicate para un Lugo que se estaba adormilando una vez visto que su tino ante el gol es igual de desastroso que el de los aragoneses. Y Moyano, otra vez, en el 32, erró un cabezazo a placer dentro del área chica en un centro medido de Chris Ramos -se le había ido a la espalda a un Gámez volátil- y su testarazo centrado y sin potencia lo detuvo Cristian Álvarez con gratitud. El último cuarto de hora fue una proliferación de barullos dignos de patio de recreo, de esos en los que valía darle a la tapia. Impropio del fútbol profesional. Unos y otros, a cual peor.

Y justo antes del descanso, el inerte Sabin Merino falló la mejor y única llegada con cierto sentido de los zaragozanos. Voleó dentro del área un centro de Gámez y el balón se fue por encima del larguero, por poco, en el 40. No encuentra el vasco el sentido a su fichaje para golear como blanquillo. El silbido del silbado Moreno Aragón, árbitro desconcertante, fue motivo de una bronca sonora del público al Real Zaragoza. Demasiado callados estuvieron durante el juego los sufridos hinchas. La anestesia es general. El hartazgo, probablemente. El añito ha sido, de nuevo, de aúpa.

Jim, viendo el desastre colectivo reincidente, hizo doble cambio tras el refrigerio. Dejó en la ducha a Sabin Merino y a un apático Eugeni (que bajonazo ha pegado el catalán) y metió a Azón y Vada. Fue su primera medida reactiva. Debió pedir bula para cambiar los 10 de campo. Era lo suyo. La bronca segura del técnico hizo efecto a la salida del vestuario. Dominó con claridad el Zaragoza en el reinicio del juego y, en un ataque de Petrovic y Grau, Bermejo avanzó hasta golpear con cierta potencia una pelota que se colaba desde 25 metros y que el zaragozano Whalley evitó con la yema de los dedos, enviando la pelota al larguero y a córner. Era el minuto 52 y había síntomas de cierto alivio. No era difícil superar la catastrófica primera parte.

El Lugo debió agotar sus virtudes atacantes (pocas, como se vio) en la primera mitad y se desvaneció. Xavi Torres, su timón, se autoexpulsó en el minuto 58 por una entrada violenta sobre Gámez que Moreno Aragón -por supuesto- se comió y que Vicandi, en el VAR, le rectificó. El Real Zaragoza iba a jugar en superioridad más de media hora. El partido se ponía para ganarlo. Una obligación más para los alicaídos pupilos de Jim. El Lugo hizo un triple cambio tras la roja y modificó todo Rubén Albés. Preparó una defensa más rocosa y se la jugó al 0-0 y a ver si sonaba la flauta.

Jim le dio los primeros minutos a Lasure tras infinidad de meses fuera de la normalidad por un cáncer testicular felizmente superado por el aragonés. Fue lo mejor de la noche, con diferencia, ovación larga incluida. El equipo blanquillo era amo y señor del balón pero le faltaba imaginación. Hasta el 66 no volvió a rondar el marco de Whalley. Un rechace corto de la zaga gallega lo voleó bien Petrovic en la corona, pero el balón se estrelló en uno de los múltiples defensores plantados en la trinchera visitante. Pero el cuadro lucense empezó a notar pronto la falta de un jugador. No tenía fuelle y el Zaragoza estaba más enchufado. El resultado de esto lo manufacturó una jugada bonita, en el 74, iniciada por Francés con un pase de 40 metros a Azón. Este peleó el balón con su cuerpo, a su estilo, entró en el área y asistió atrás a la llegada en carrera de Vada, que fusiló a placer por bajo a Whalley. El 1-0 hacía justicia al mejor juego local tras el descanso. Ahí llegó la recompensa a los movimientos de Jim, tal vez errado en el inicio.

En imágenes | Real Zaragoza-Lugo
El gol de Vada en vídeo
Toni Galán

El último cuarto de hora, después de la pausa de hidratación (volvió la fórmula, por el calorazo ambiental), decayó ostensiblemente. El gol le dio al Zaragoza el bálsamo moral que necesitaba. Evitaba otro patinazo, otra cita a cero en casa. Era oro molido para que los chicos evitaran una despedida a grito pelado. Y apostaron por guardarlo ante un Lugo con 10 hombres. Error de los de Jim, que no están para esos lujos. En el 83, el recién salido Antonetti (ojo, singular delantero de Puerto Rico, país nada futbolero) cabeceó al larguero a placer, a espaldas de Lluís López. Ahí pudo estar el 1-1 y la pérdida de lo conseguido a trancas y barrancas. Tuvo suerte de nuevo el equipo zaragozano en este lance. No hay queja con las brujas. Porque, poco después, en el 88, Cuéllar le robó el balón a un lento Petrovic que acabó de central y, solo ante Cristian, remató fuera, a centímetros del palo izquierdo. Si llega a igualar el Lugo en inferioridad, el lío final hubiera sido de órdago. Ojo, Chris Ramos cabeceó fuera en el 90 otro centro al área local, en una tercera opción gallega para arreglar su derrota. El Zaragoza se había ido del campo ante de hora.

El choque acabó con una opción de Lasure, en un zurdazo bonito que Whalley le sacó a córner en un paradón en el 92, de cuyo lanzamiento otro inédito, Álvaro Giménez, sacó un cabezazo cruzado sin tino. La liga acabó en La Romareda con un triunfo que edulcora tantas y tantas abolladuras desde agosto pasado. Queda el trámite de San Sebastián ante el filial de la Real Sociedad. Y a otra cosa.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés (Francho, 88), Lluís López, Chavarría (Lasure, 64); Petrovic, Eugeni (Vada, 46), Grau; Bermejo (Puche, 81), Sabin Merino (Azón, 46); y Álvaro Giménez.

CD Lugo: Whalley; Campabadal (Ricard, 61), Alberto, Alende (Antonetti, 81), Lebedenko; Xavi Torres, Clavería, Señé (Juanpe, 77); Iriome (Cuéllar, 61), Moyano (Pita, 61); y Chris Ramos.

Árbitro: Moreno Aragón (Comité Madrileño). Expulsó a Xavi Torres (59) por juego violento, avisado por el VAR. Amonestó a Cristian Álvarez (17), Chavarria (41), Moyano (50) y Alberto (94).

Goles: 1-0, min. 74: Vada.

Incidencias: Tarde-noche absolutamente veraniega, con un calor asfixiante en Zaragoza, 34 grados y sol plomizo hasta el final del día. El césped de La Romareda presentó un aspecto irregular. En las gradas hubo alrededor de 8.000 espectadores, la peor entrada de la temporada.

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Partido Real Zaragoza-Lugo, en directo
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