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Lapetra: "Tenemos la necesidad de regalarle una victoria a la afición"

El presidente del Real Zaragoza confía en cambiar la dinámica en el derbi, refrenda la confianza en Jim y asegura que las relaciones con el Huesca son cordiales.

Christian Lapetra, presidente del Real Zaragoza, en pleno centro de la ciudad.
Christian Lapetra, presidente del Real Zaragoza, en pleno centro de la ciudad.
Guillermo Mestre

Un partido puede cambiarlo todo. Siendo un derbi, aún más.

Sí, necesitamos refrendar con puntos los ratos de buen juego que hemos tenido. Además, conseguir la primera victoria en La Romareda es fundamental. Terminaría de enganchar a la gente.

¿Hasta qué punto puede repercutir positivamente una victoria?

Si ganamos, será porque lo habremos merecido y eso querrá decir que hemos jugado bien. Supondría pasar en la clasificación al Huesca y acercarnos al resto de rivales. La Segunda está en un puño.

Los números de Juan Ignacio Martínez, hasta ahora, son similares a los que firmó Rubén Baraja en el inicio de la pasada campaña. ¿Teme poder entrar en una depresión similar?

No. Creo que no porque el año pasado todos éramos conscientes de que había cosas que no funcionaban. El equipo era sólido atrás pero no generaba ataques. Ahora hay un equilibrio. Hemos tenido errores puntuales que debemos corregir, pero el equipo está creando fútbol ofensivo suficiente como para merecernos más.

El caso de Jim desmiente la teoría de que el fútbol tiene poca memoria. Cualquier otro, en su lugar, estaría en el alambre.

Hay que darle la confianza que se merece. El año pasado demostró que puede sacar lo mejor de este equipo; fue muy pragmático con lo que había que hacer, entendió que lo que necesitábamos era no perder partidos y lo consiguió. Los jugadores confían en él, y lo importante es que todo eso se transforme en ahora en puntos.

Hasta el momento la afición se está mostrando comprensiva, apoyando en todo momento al equipo. ¿Es más transigente que en otras épocas?

La situación del club es la que es, y es bueno que la gente la entienda. Valorar si eso supone que sea más o menos transigente ya no depende de mí. Lo importante es que los aficionados comulguen con el equipo y que nosotros consigamos que se sientan orgullosos.

El hecho de poder volver a llenar el estadio, dejando atrás las restricciones de aforo, supone un alivio económico para el club.

Desde luego. La temporada pasada perdimos ingresos que ahora podemos empezar a recuperar. En ese sentido hay que decir que la tardanza en sacar la campaña de abonados fue, precisamente, por eso. Como no sabíamos con certeza cuánta gente podríamos meter en el campo, no podíamos ofrecer un producto que no era real.

Falta por recuperar todo lo que rodea al partido…

Sí, sigo sin entender por qué los aficionados solo pueden beber agua y no pueden traer un bocata de casa. Reemprender la venta de alimentos y bebida en las barras, así como el ‘merchandising’, nos colocará en mejor situación.

¿El derbi es un partido más?

Numéricamente, sí. Estos tres puntos no serán definitivos para nada, pero tenemos la necesidad de ganar y regalarle una victoria a nuestra afición. Además, dentro del orgullo de cada uno está interiorizado que, si hay un partido que no podemos perder, es en La Romareda contra el Huesca.

¿Cómo son ahora mismo las relaciones entre ambos clubes?

Siempre han sido cordiales y lo seguirán siendo. Por encima de las personas están las instituciones, que merecen el máximo respeto. Además existen relaciones personales entre las directivas y, más allá de lo puramente futbolístico, hay unos vínculos positivos.

La visita del Huesca nos traslada, ineludiblemente, al 29 de junio de 2020. Cómo ha cambiado todo desde aquella derrota...

De haber empatado, que yo creo que era lo justo, hubiésemos dejado el Huesca a cinco puntos. Eso lo marcó todo. Todos nos acordamos de aquella jugada del gol del Huesca, en la que hubo una falta que no se pitó y marcó el devenir del partido y de la clasificación. Quién sabe si el Zaragoza estaría ahora en Primera.

Después de aquel ascenso frustrado vino el año más difícil de la entidad. ¿Cómo afectó el desgaste al presidente?

Afecta en lo personal y en lo colectivo. Tratamos de dar el máximo para que el Zaragoza tenga la mejor dotación presupuestaria y el mejor equipo posible. Cuando la competición empieza, a nosotros nos queda un trabajo arduo para tratar de hacer crecer al club. Sobre todo, en la parte más importante, que es la reducción de deuda. En 2014 este club desaparecía y sigue compitiendo.

El Huesca triplica el presupuesto del Zaragoza. ¿Cómo se consigue contrarrestar ese factor para confeccionar una plantilla?

Hay casos de clubes que con presupuestos inferiores han conseguido el ascenso. Hay que competir durante 42 jornadas. Consiste en acertar en los fichajes, que todos se integren, que haya un entrenador que conozca la categoría… Al final, si todos van a una, los resultados llegan de forma más fácil. Además, nosotros tenemos algo diferencial: la afición.

¿Es justo el reparto económico de los derechos televisivos?

De ninguna manera. Pero mientras lo rija un real decreto poco se puede hacer. Lo justo es repartir a los que más aportan, como se hace en Primera, pero en Segunda no ocurre lo mismo. Nosotros el año pasado rondamos el 30% de la audiencia y no puede ser que nos llevemos lo mismo que el que tiene un 3 o un 4%.

¿Se ve como presidente de un Real Zaragoza de Primera?

Seré presidente mientras el Consejo quiera que siga, ya sea en Primera o en Segunda. El club está por encima de todo, y en el momento que alguien quiera que no esté, dejaré el cargo.

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